Migración
Cruz Roja Ibiza: "Hemos estado a punto de activar el plan B" para picos migratorios
La organización benéfica, que cuenta con 80 personas en las Pitiusas, optimiza sus protocolos ante la creciente llegada de pateras a las islas

Llegada al puerto de Vila de migrantes rescatados / J.A. Riera
Cruz Roja está siguiendo muy de cerca la explosión migratoria que han experimentado las Pitiusas en los últimos tiempos y ya tiene diseñado un plan de contigencia para activar en caso de que el volumen de pateras siga aumentando y haya que dar una respuesta a esa posible carga de trabajo aún mayor. La organización benéfica es la responsable de dirigir y desarrollar la primera toma de contacto cuando los migrantes llegan a las costas de las Pitiusas. Su trabajo es fundamental, ya que desde que tocan tierra asisten con alimentación, bebida y ropa limpia a todas esas personas que llegan a nuestro país buscando un mundo mejor.
Durante el último año, la migración en Ibiza y Formentera se ha multiplicado por cinco, llegando a superar la barrera de los 3.000 migrantes, y desde la delegación pitiusa de la Cruz Roja reconocen que «a veces» se han visto «más apretados» y que por eso disponen de «un plan B» que aún no han llegado a ejecutar, pero que está listo para entrar en acción si la situación así lo requiere.
La primera ayuda
«Tanto aquí en Ibiza, como nuestros compañeros de Mallorca, por seguridad tenemos un plan de contingencia para activar si hiciera falta en un momento determinado. No me refiero a que, de repente, llegaran mil migrantes en dos horas, sino a que fuera una constante durante días. Si eso llegara a ocurrir, activaríamos el plan de contingencia, en el que contamos con apoyo de personal de otros territorios que podían estar aquí en un par de horas», explica Mary Castaño, coordinadora de Cruz Roja en las Pitiusas.
«En el caso hipotético de que nuestros voluntarios llevaran, por ejemplo, cinco días seguidos haciendo intervenciones... Llega un momento en el que el cuerpo se agota. Nunca hemos llegado a activar este plan, pero sí que hemos estado a punto. También hay que tener en cuenta que activar una serie de recursos y luego no utilizarlos sabe mal», añade.
Esas situaciones un poco apuradas en las que se han planteado activar ese plan de contigencia se han dado, habitualmente, coincidiendo con «un cambio meteorológico» que les ha llevado a decantarse por hacer «un esfuerzo extra sabiendo que iba a haber menos posibilidades» de que llegaran nuevas embarcaciones.
Cuanto una patera llega a las costas pitiusas, el centro de coordinación de Cruz Roja, que está disponible las 24 horas, recibe una llamada, ya sea desde Salvamento Marítimo, Guardia Civil o el 112. El siguiente paso es, desde ese centro de coordinación, llamar a la persona que está de guardia en la sede de la avenida de Espanya, en Vila. Luego, esa persona llama a los voluntarios disponibles, según unos cuadrantes de disponibilidad confeccionados para estar siempre listos.
Las cuatro de Formentera
«Tratamos de mantener motivados y activados a todos esos equipos de personas voluntarias, que por suerte ahora son unas 80. Mañana suben a 90, después bajamos a 70… Luego llega el verano y la gente, obviamente, tiene menos disponibilidad horaria», cuenta la coordinadora. «Ha habido momentos en los que las llegadas de pateras han sido más constantes, supone muchas horas de intervención y, al final, todo el mundo tiene muchas ganas de irse a casa», agrega, dejando claro que el plan de contigencia es una necesidad para evitar el colapso en esa primera asistencia que reciben los migrantes y que es de vital importancia.
El centro regional de Cruz Roja está en Ibiza, pero es Formentera quien recibe prácticamente al 90% de los migrantes que llegan a las Pitiusas. «Tienen que venir a Ibiza porque en Formentera no hay Policía Nacional. La Guardia Civil intenta hacer el trámite del traslado lo antes posible porque los espacios en Formentera son mucho más escasos y la Comandancia está preparada para lo que está preparada…», cuenta Castaño.
A la vista de esta situación, en Cruz Roja decidieron crear otra primera línea de ayuda en Formentera. «Hablando con la Guardia Civil y con el Consell vimos cómo podíamos organizar a un equipo de personas voluntarias que hicieran esa, llamémosle, preprimera acogida. Así que ahora hay un equipo de personas voluntarias allí, todas chicas, que están súper implicadas y tienen un compromiso brutal», celebra la coordinadora. Las cuatro voluntarias se organizan para realizar esas «preacogidas» y, una vez que los migrantes han cubierto sus necesidades más básicas, se les desplaza a Ibiza para realizar «el triaje sanitario y la entrevista con los equipos formados para ello», en las que se intenta extraer toda la información posible que sea útil para aclarar y mejorar su situación.
Mientras tanto, Cruz Roja continúa con su labor incesante de búsqueda de nuevos voluntarios que se unan a sus filas: «Nosotros siempre estamos con la captación de gente que esté implicada e interesada en aportar su granito de arena. El trabajo no es sólo la intervención, luego hay toda una parte administrativa que se tiene que hacer porque nosotros compartimos los datos con otras administraciones y es un proceso muy complicado», recuerda Castaño, que no se cansa de alabar y agradecer el trabajo de todos esos voluntarios que sacrifican su tiempo libre para echar una mano a los más necesitados.
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