Una chef privada de Ibiza en 'Next Level Chef': "Los clientes se creen que tengo un supermercado en la casa"

"¿Cómo puedes decir que no soportas a tus clientes?". Es la pregunta lanza Blanca Romero, presentadora de 'Next Level Chef', el nuevo programa de cocina de Tele5, estrenado ayer por la noche, a Melissa Herrera Martos, una de las concursantes, una granadina de 39 años que trabaja en Ibiza como chef privada.

Melissa destaca entre los 21 aspirantes, colocados en grupo antes del inicio del primer programa, por su colorido pelo, teñido de rosa fosforito. Es una de las participantes profesionales del concurso, donde compiten en igualdad de condiciones tres tipos de aspirantes: chefs, influencers de cocina y cocinillas.

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Melissa (que recientemente acudió con otras dos chefs de la isla a ayudar en las zonas afectadas por la dana) es una de las primeras escogidas por el programa para las presentaciones con vídeo, que se van sucediendo a lo largo de la emisión, en función de cómo se va desarrollando la trama.

Su presencia en el programa tiene morbo. Y es que Melissa no es la primera vez que participa en un talent culinario, ya lo hizo hace años, como aspirante a 'Top Chef', donde protagonizó un intenso enfrentamiento en los fogones con otra de las concursantes, Rakel Cernicharo, curiosamente, una de las tres jueces del recién estrenado programa junto a Marcos Morán y Fran Paniego. La trama está servida.

"Cada día te piden cosas diferentes"

En el vídeo, la granadina afincada en Ibiza explica que aunque ahora es chef privada, durante "muchos años" trabajó en cocinas de restaurantes. "Cada día te piden cosas diferentes. Hoy quiero cocina vietnamita, mañana la quiero china, japonesa, española, tailandesa...", justifica la chef sus irónicas quejas sobre sus clientes en el vídeo de presentación.

En éste se la ve en la isla, tumbada en una hamaca tomando el sol junto a una piscina infinita con vistas al mar en una de las mansiones en las que cocina, una relajante situación que se acaba de un plumazo cuando una compañera de servicio de la villa la avisa de que llegan los clientes y tiene que prepararles la comida.

"Se piensan que tengo un supermercado en la casa. Piden cualquier cosa y es complicado", continúa explicando Melissa Herrera en su presentación, en la que confiesa que le encantan "el riesgo, la aventura y la velocidad". Ya en el plató, la chef continúa desgranando detalles del comportamiento de sus clientes: "Se levantan a las tres de la mañana y me piden que les haga comida mexicana. ¡Sí! ¡Claro! Tengo ahí una cantina mexicana... A mí me encanta cocinar, pero que tocan los cojones un rato...", ironiza la chef, que en el primer cocinado de la noche tuvo suerte relativa, ya que le tocó hacerlo en la cocina normal.

Las tres cocinas: del ático al infierno

Y es que una de las características del programa son las tres cocinas en las que, en función de una prueba, les toca preparar un plato: el sótano, una cocina mugrienta en el que los hornos y los fuegos funcionan regular y el menaje es malo (sartenes que se pegan, cucharas de madera rotas...), por lo que alguno de los jueces la han bautizado como "el infierno"; el primer piso, donde hay una cocina como la que cualquiera pueda tener en casa, y el ático, una cocina profesional con todas las facilidades y tecnologías.

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Otro de los aspectos más llamativos del concurso es la plataforma. Los alimentos con los que deben preparar sus platos llegan, desde arriba, en una plataforma. Tienen 30 segundos para cogerlos y deben emplear todos los que cojan. Esa misma plataforma baja después al primer piso, donde ya sólo quedan los elementos que no han cogido los concursantes del ático, y luego al sótano, donde llega ya prácticamente esquilmada.

En el equipo de Marcos Morán

Pasada la primera prueba, en la que la chef granadinoibicenca convenció a los jueces, Melissa Herrera fue escogida por Marcos Morán, uno de los jueces, para su equipo. Algo que no gustó a Rakel Cernicharo, quien, a pesar de su rivalidad en 'Top Chef', la quería en su equipo.