Migración

La criminalidad no aumenta en Ibiza el año en que la inmigración se quintuplica

El balance que realiza el Ministerio del Interior desmonta el argumento de que los delitos penales han aumentado en las Pitiusas este año

La Cruz Roja y la Guardia Civil transportan migrantes en el puerto de VIla. | MARCELO SASTRE

La Cruz Roja y la Guardia Civil transportan migrantes en el puerto de VIla. | MARCELO SASTRE

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Por más que determinados políticos ya hayan empezado a agitar el fantasma de la migración, aferrándose al enorme incremento experimentado durante el último año en las Pitiusas, los datos desmontan una vez más los mensajes más que malintencionados. A nadie se le escapa que 2024 ha sido el de la consolidación de la ruta argelina hacia Ibiza y Formentera. Salvo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, empeñado en negarla por motivos que, lógicamente, prefiere no desvelar.

Semanas antes de que acabara 2024 se superaron los 2.500 inmigrantes llegados a las Pitiusas, una cifra que multiplica por cinco a la registrada en 2023. Habrá que esperar a que este mes la Delegación de Gobierno pueda ofrecer cifras definitivas sobre migración anual a las islas, pero no hay duda de que ha habido una explosión migratoria. Los políticos ya han colocado el asunto en primera línea de la actualidad, y así lo hizo sin ir más lejos el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, durante su tradicional discurso de Nochebuena.

Criminalizar al migrante

«Centraremos nuestras reclamaciones en conseguir una atención prioritaria de control sobre la ruta migratoria desde Argelia, que está provocando la constante llegada de pateras a la isla y causando la consecuente saturación de los servicios asistenciales», dijo Marí. Sus palabras fueron acogidas con satisfacción por la Policía Nacional y la Guardia Civil, que llevan mucho tiempo quejándose de falta de medios, pero de nuevo habrá que ver si esta solicitud es atendida desde el Gobierno central

Por otra parte, criminalizar al migrante es algo habitual en determinados sectores y ya hay quien advierte de que las Pitiusas son ahora menos seguras que hace un año. Pero los datos oficiales dicen lo contrario.

Según el balance de criminalidad que realiza trimestralmente el Ministerio del Interior, el número de delitos registrados en Ibiza durante la primera mitad del año no solo no aumentó, sino que experimentó un leve descenso del 3% respecto al mismo periodo del año anterior, con una cifra total de 1.959 infracciones penales.

Si se analizan únicamente los robos con violencia e intimidación, el descenso fue aún más acusado, hasta un 25% menos que en el mismo periodo del año anterior. Una reducción similar experimentaron los robos en domicilios, concretamente un 22%.

Repatriaciones imposibles

Estos datos no impiden que la ultraderecha se agarre al aumento de la migración para sacar a pasear su artillería habitual. El pasado mes de septiembre, la delegación del partido en Baleares acusó al Consell de Ibiza de «despilfarrar el dinero de los ciudadanos» por su aumento de la inversión para atender a menores migrantes que llegan solos a las costas de la isla, asegurando que medidas de este tipo, con un cariz claramente humanitario, sirven para aumentar la «delincuencia, violencia y la degradación» en las islas.

La solución que ofrecen es devolver a los migrantes a sus países de origen, principalmente Argelia, de donde proceden la mayoría de ellos, cuando la realidad es que eso es directamente imposible. En el verano de 2022, coincidiendo con el cambio de postura del Gobierno español sobre el Sáhara, Argelia anunció que suspendía el acuerdo de amistad, buena vecindad y cooperación que tenía con España y que llevaba vigente dos décadas. Una de las consecuencias fue que el país africano dejó de aceptar repatriaciones.

Además, la normativa del Consejo de Europa en materia de migración indica claramente que a «los grupos especialmente vulnerables de migrantes detenidos», categoría en la que se incluyen menores, se les debe «asegurar la atención específica que necesitan».

Por este motivo, es normal que aumente la inversión pública cuando la migración a través de la vía argelina sigue creciendo a un ritmo exponencial, a pesar de su enorme peligrosidad.

«Dejar fluir» al migrante en Baleares

Expertos consultados por Diario de Ibiza consideran que la política que se está siguiendo en Baleares con la migración es la correcta: «En Baleares se deja al migrante que fluya. El que llega a las islas se marcha enseguida rumbo a otra parte de España o a Francia o a Bélgica, en busca de un familiar que le va a acoger». Por eso, las Pitiusas se convierten en «un puente» hacia otras partes de Europa y prácticamente ninguno de los que logran tocar tierra se quedan en Ibiza o Formentera, sino que hacen escala camino de su destino final

.Por contra, Canarias, que concentra la mayor parte de la migración que llega a España, a menudo se convierte en una «encerrona» para los migrantes, ya que la única opción de llegar a la Península es por avión y esa mucho más complicada para ellos.La única certeza que comparten las dos regiones insulares de España es que no se convertirán en cárceles para migrantes, como ya ocurre en otros países del entorno europeo. «La Unión Europea está planteando si se hacen islas cárceles o no. Ya existen en Grecia e Italia, donde se pude deportar a personas a islas que pertenece a esos países. La normativa no permite que eso pueda ocurrir ni en Baleares ni Canarias», recuerdan las mismas fuentes.

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