Cabalgatas

Sus Majestades regalan gominolas a mansalva y ritmos africanos en Puig d'en Valls

Los Reyes Magos recorren en sus tronos las vías principales de Puig d’en Valls acompañados por el grupo de percusión Aiyé, casi medio centenar de alumnas del club de gimnasia rítmica de la localidad y una treintena de miembros de Ibizafitness AJ, inundando sus calles de alegría, música y caramelos

Mira aquí el vídeo completo de la cabalgata de Puig d'en Valls

M.Alvite

Maite Alvite

Maite Alvite

Aunque este año los hermanos Tomás y Joaquín Gómez Torres no van a ejercer de pajes en la cabalgata de Puig d’en Valls como en otras ocasiones, las ganas les pueden y a las diez de la mañana se asoman a la calle Norte para comprobar si sus Majestades de Oriente ya han hecho acto de presencia. El mayor, de trece años, llega en bicicleta, el pequeño, de once, en el patinete que acaba de recibir como regalo de Reyes.

No son los únicos que a esta hora aguardan el arranque de la comitiva real en el punto de partida del trayecto. También están allí varios familiares de las componentes del Club de Gimnasia Rítmica Puig d’en Valls, que lleva participando en este evento desde 2019. «Es una cita muy importante para nosotras», explica su responsable técnica, Ana Quintero, mientras termina de maquillar a una de las 40 jovencitas entre los tres y los 16 años que, ataviadas de ángeles y elfos, van a desfilar detrás de la carroza del paje real.

Entre las gimnastas que se estrenan en la cabalgata, está Amparo Schilardi, de siete años, que «esta mañana estaba muy ansiosa» de que llegara el momento de encontrarse con los Reyes Magos, según comenta su madre, Camila Escobar. A su lado, Cati Roselló y Carmen Molero, que son consuegras, contemplan divertidas la foto de grupo que se hacen las componentes del club minutos antes de que todo comience.

«Hemos venido para ver a nuestras dos nietas bailar y para coger caramelos porque en la cabalgata de Ibiza no tiraron muchos», explican antes de confesar cuál es el regalo que les gustaría recibir de los sabios de Oriente: «Alguna ayuda económica para el CGR Puig d’en Valls», dicen al unísono.

Sus Majestades regalan gominolas a mansalva y ritmos africanos

Las componentes del CGR Puig d’en Valls. / J.A. Riera

Además de las gimnastas rítmicas, se han apuntado a la cita mágica una treintena de miembros del club deportivo Ibizafitness AJ, que, vestidos de pajes y calzados con sus jumpers, van a escoltar a Baltasar. «Participamos todos los años», comenta la instructora, Amparo Jiménez.

María Asunción Ribas, la concejala junto a Antonio Marí de Puig d’en Valls, acaba de llegar a la calle Norte para supervisar que todo esté listo para empezar la cabalgata, porque, recuerda, los Reyes Magos tienen que estar a la una de la tarde en Jesús. Allí, explica, el cortejo que acompañará a Sus Majestades de Oriente será distinto. «Estarán los alumnos del estudio de danza de Adrián Pineda», apunta la edil, después de confirmar el dato llamando por teléfono al presidente de la comisión de fiestas de Jesús, Vicente Juan Torres.

A las once de la mañana la cabalgata empieza a moverse y pone rumbo al estrecho Camí de Puig d’en Valls con seis integrantes de Aiyé a la cabeza. Es el segundo año que el grupo femenino de percusión afro y samba pone banda sonora al día de Reyes en esta parroquia. «Este año solo actuaremos aquí, a Jesús no iremos», aclara su directora, Almudena Rubio.

200 kilos de caramelos

Le siguen la carroza del paje real y, detrás, las alumnas del club de gimnasia rítmica, que arrancan los aplausos de los asistentes con sus piruetas. El entusiasmo crece todavía más cuando los niños ven aparecer las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar. Van escoltadas por pajes y por monitores de la escuela de tiempo libre y animación S’Espurna, que vigilan que no se produzca ningún incidente, sobre todo, cuando la gente se lanza a recoger caramelos del suelo.

Este domingo los Reyes Magos llevan un buen cargamento, 200 kilos de gominolas «sin gluten ni materia grasa» para Puig d’en Valls y una cantidad idéntica para Jesús.

Leo Condro y sus amigos han salido a la calle con un par de cajas con el propósito de cargarlas con golosinas. Colocados en un lugar estratégico, en apenas unos minutos consiguen llenar uno de los recipientes de cartón gracias a la generosidad de uno de los pequeños pajes de Gaspar, que, confiesan, es su amigo.

«Menos mal que hemos venido a Puig d’en Valls porque en Ibiza repartían los caramelos de uno en uno, hay que dar trabajo a los dentistas», dice con guasa Inma Cáceres, mostrando una bolsa repleta de gominolas de todos los colores y sabores.

Azucena García Pastor contempla con cara de felicidad el desfile, que cierra un trenecito lleno de adultos y pequeños. «Me ha encantado, he disfrutado tanto como ellos», opina señalando a sus cuatro nietos, que andan alborozados con la visita real.

Sus Majestades regalan gominolas a mansalva y ritmos africanos

Sus Majestades de Oriente muestran sus respetos al Niño Jesús. / J.A. Riera

Al llegar a la calle Vicent Marí Mayans, donde se concentra la mayor parte del público, sus Majestades de Oriente descienden de sus tronos, momento que algunos aprovechan para hacerse una foto con ellos. Las componentes de Aiyé siguen tocando y Baltasar se suma a la fiesta bailando al ritmo de los tambores hasta llegar a la iglesia de Puig d’en Valls.

En el templo acaba de concluir la misa. «Preparaos para el baño de masas. Se acabó la paz, ahora llega la alegría de los niños», advierte bromeando el párroco, Francey Gómez Salazar. Se abren las puertas y aparecen los Reyes de Oriente, que se dirigen al altar para adorar al Niño mientras el coro de Puig d’en Valls, dirigido por Lina Veny, interpreta ‘Es gotxos de Nadal’.

A falta de oro, incienso y mirra, depositan en las pequeñas manos de la talla de Jesús recién nacido unos caramelos y Melchor regala otro a Gómez Salazar. Los feligreses aplauden y el coro se arranca con otro villancico, uno compuesto por su pianista, Juanjo Díaz, ‘Es Nadal a Puig d’en Valls’, que, a estas alturas, ya se ha convertido en el himno de las navidades del pueblo.

Sus miembros siguen cantando mientras en el exterior, en la plaza de la iglesia, llega el momento más esperado para los pequeños, el reparto de regalos.

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