Economía

Balears registra la mayor caída de riqueza de España en esta década

El observatorio de la OCDE tabula una pérdida superior al cuatro por ciento en renta real entre 2019 y 2023, doblando ampliamente a la penúltima región

El hundimiento del turismo por la covid es la causa principal pero no única de la caída balear. | GUILLEM BOSCH

El hundimiento del turismo por la covid es la causa principal pero no única de la caída balear. | GUILLEM BOSCH

Matías Vallés

Matías Vallés

Balears no se ha recuperado todavía de la covid, cuando se cumple el quinto aniversario de una pandemia con repercusiones económicas parejas a las sanitarias. El archipiélago ha registrado la mayor caída de riqueza de las comunidades españolas a lo largo de esta década. Así se desprende del observatorio bajo el genérico de ‘Una Mirada a las Regiones y Ciudades’, que acaba de presentar la OCDE o patronal de los Estados más ricos del planeta.

Al medir la variación de la renta real de las comunidades españolas en el periodo abarcado por 2019 y 2023, Balears se sitúa en la posición de colista con un margen que obligaría a dudar de que comparta país con los restantes evaluados. A lo largo de ese quinquenio ha registrado una pérdida por encima del cuatro por ciento anual, hasta un 21 porcentual en el lapso contemplado. Dobla ampliamente a la penúltima clasificada, porque la caída de Canarias en el mismo periodo no alcanza al dos por ciento en cada ejercicio.

El apéndice «real» que adjunta la OCDE a sus datos consiste en tabular las rentas una vez descontada la inflación, de peso desigual en las distintas comunidades. El batacazo registrado por Balears es de tal entidad que equivale a la variación sufrida por la suma de otras once comunidades españolas. De nuevo, la reducción del turismo a la mínima expresión en 2020 y 2021 se convierte en la causa principal pero no única del quebranto.

El seísmo provocado por la pandemia se advierte con mayor claridad en la homogeneidad autonómica correspondiente al quinquenio anterior, de 2014 a 2018. La mayoría de regiones vieron incrementada su renta real por encima del dos por ciento anual durante los periodos citados. Con un 2,2, también Balears mantenía la sintonía estatal. Ahora bien, se veía superada en impulso por otras doce regiones. Es decir, proseguía a buen ritmo el proceso de igualación característico del siglo XXI, y que se vio bruscamente acelerado con la llegada del coronavirus.

La covid golpeó a la única industria relevante de Balears, hasta el punto de desplazar a la comunidad de la posición número siete a la quince en las clasificaciones autonómicas de renta. Pese a la recuperación a buen ritmo de 2023, consolidada en 2024, no se ha restaurado la situación imperante hace cinco años. La OCDE también analiza en su observatorio la evolución del Producto Interior Bruto. De nuevo, el archipiélago se ha mantenido por debajo de la media española en el periodo aquí contemplado, entre 2015 y 2022. El desfase supera al dos por ciento.

El retraso de Balears respecto de España, aunque se produzca todavía desde una situación privilegiada, ha provocado un curioso achatamiento en la distribución de la riqueza. El archipiélago conforma ahora mismo la sociedad más equilibrada del país, pero esta igualación de las rentas se produce a costa de un hundimiento de los segmentos superiores sin que pueda hablarse de redistribución.

La OCDE estudia asimismo la productividad por trabajador, que sitúa a España en el entorno de los cien mil euros anuales. Para Balears se fija en torno a 105 mil en 2022, el ejercicio que mide el retorno a la normalidad tras la covid. En este apartado se reproduce estrictamente la clasificación de riqueza vigente desde que el archipiélago perdió su abrumador liderazgo económico. Empata prácticamente en la sexta posición con La Rioja, por detrás de clásicos como País Vasco, Navarra, Madrid o Cataluña.

Aunque la OCDE se centra en los macrodatos económicos, también atiende al crecimiento demográfico. Mallorca es ya la isla de cierta entidad más densamente poblada del Mediterráneo, con la sola excepción de Malta entre los enclaves de su liga. La ‘Mirada a las Regiones y Ciudades’ asigna a la comunidad balear un incremento de residentes por encima de las veinte mil personas anuales. De mantener este ritmo, se avista la fecha en que se doblará el censo registrado a comienzos de siglo.

Es improbable que Balears sea rescatada por sus titulados universitarios. El mapa de la OCDE que dibuja el número de instituciones de educación superior por habitante, así como la incorporación de licenciados al mercado laboral, ofrece un panorama desolador. El archipiélago se encuentra en clara desventaja en ambos parámetros, frente a la mayoría de sus vecinos europeos. Hay que remitirse a las regiones interiores de Turquía para encontrar una parquedad similar en la contribución de las contrataciones de alto nivel académico.

La levedad del influjo universitario repercute en otros aspectos ligados al acondicionamiento de la sociedad futura. La OCDE confirma por ejemplo la posición zaguera de Balears en investigación o innovación, por detrás de las locomotoras continentales. La inversión en este capítulo es irrisoria, según coinciden todos los estudios publicados. Esta parquedad investigadora caracteriza a un archipiélago colista en la solicitud de patentes. La cifra de invenciones tramitadas presenta una ratio inferior a una por cada cincuenta mil habitantes.

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