Institutos y colegios blindan la seguridad de sus docentes con un nuevo protocolo ante agresiones

Se ha activado 12 veces desde que se puso en marcha hace dos meses, nueve de ellas en Infantil y Primaria y tres en Secundaria.

Sindicatos y responsables de la conselleria de Educación, ayer en la presentación del nuevo protocolo.

Sindicatos y responsables de la conselleria de Educación, ayer en la presentación del nuevo protocolo. / CAIB

Los profesores y maestros de Balears ya pueden activar un protocolo ante las agresiones que sufren en las aulas por parte de los alumnos y sus familias, ya sean físicas, verbales, sexuales o incluso virtuales. El plan de actuación se ha activado 12 veces desde que se puso en marcha el pasado mes de noviembre, nueve de ellas en escuelas de Infantil y Primaria y el resto en institutos de Secundaria. Todos continúan en fase de tramitación y son en centros públicos de Mallorca, aunque el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales trabaja con hasta 20 casos de agresiones en este periodo de tiempo, ya que algunos docentes no llegan a dar el paso de denunciar.

Pese a la cantidad de agresiones registradas en dos meses, el conseller de Educación, Antoni Vera, niega que se pueda hablar de un «ambiente violento» en los centros educativos de Balears ni que el problema haya aumentado, si bien admite episodios conflictivos puntuales: «Cada vez los centros que han tenido más casos están bajando los niveles de conflictividad, que es lo importante», asegura. Apenas en «dos o tres» centros, insiste, ha habido que implantar medidas como videovigilancia o personal de seguridad por culpa de una conflictividad superior al resto.

Así se expresó el conseller en una rueda de prensa ayer para presentar el nuevo protocolo que contempla la puesta en marcha de una nueva herramienta para notificar las agresiones (Nadib). Hasta ahora no existía ningún plan de actuación frente a agresiones por parte del alumnado, pese a que en los últimos años algunas han llegado a trascender más allá del centro. Se entiende por agresión, explicó Vera, cualquier amenaza, abuso verbal, físico, intimidación ataques, coacciones o agresiones sexuales. También las calumnias, injurias, vulneración de datos privados, violencia digital, mensajes de odio y difusión de contenidos sexuales sin consentimiento están incluidos en este protocolo, inspirado en el que ampara a los profesionales de la salud.

El documento lo ha elaborado el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la conselleria con la colaboración de los sindicatos STEI, ANPE, UOB, UGT, COO, USO y SIAU, en cumplimiento de uno de los puntos del acuerdo marco que se firmó en la anterior legislatura. El ex jefe de este departamento, Rafel Castells (recién jubilado hace apenas unos días), ha sido el responsable de la puesta en marcha del protocolo. Según explicó, cuando un docente notifica una agresión a través de Nadib llega directamente a los servicios jurídicos de la conselleria para que estudien el caso, incluso podría llegar a intervenir la Abogacía autonómica. Al mismo tiempo, el departamento de Inspección Educativa también valora qué medidas inmediatas se pueden tomar contra este alumno en función de la gravedad de la agresión, ya sea un cambio de aula, de centro o una expulsión. Esta decisión, insistió el conseller, debe tomarse en cuestión de días para que las agresiones no vayan más allá, independientemente del proceso jurídico posterior. El nuevo protocolo también contempla un seguimiento de la salud del docente posterior a la agresión, tanto médico como psicológico. En el momento de la agresión, el documento recomienda mantener la calma, intentar contener la situación y pedir ayuda a un compañero si es necesario.

En declaraciones posteriores a la rueda de prensa, la presidenta de la Junta de Personal Docente no Universitario de Mallorca, Catalina Bibiloni, recordó que esta era una de las reivindicaciones de los docentes desde hace años y que antes de la creación de este protocolo, las agresiones se notificaban y redactaban de forma manual, lo que suponía todavía más burocracia en los centros. Con este nuevo sistema, advirtió, es posible que se notifiquen más casos que nunca, si bien la idea es que también funcione de manera «disuasoria». Sobre la diferencia entre las agresiones reales y las que finalmente se notifican, Bibiloni animó a los docentes a denunciar y a despojarse de su «mentalidad de secuestro»: «Algunos no lo hacen porque no quieren perjudicar a los alumnos. Pero estamos viviendo cosas que nunca habíamos visto, es un cambio en la sociedad». n

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