Poca colaboración con los países vecinos

Más de 500 migrantes han muerto este año en la ruta argelina hacia Baleares

Un informe de la ONG Caminando Fronteras remarca que el itinerario de pateras hacia las Pitiusas y el resto de islas está consolidado y que se trata del más peligroso de los que cruzan el Mediterráneo

Migrantes rescatados llegando al puerto de Ibiza en 2022

Migrantes rescatados llegando al puerto de Ibiza en 2022 / J.A. Riera

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

El enorme aumento de la actividad experimentado este año en la ruta argelina de migración, que empieza en dicho país africano y acaba en Baleares, ha segado la vida de más de 500 personas a lo largo del año 2024 que está a punto de acabar. Concretamente, el Mar Mediterráneo se ha tragado 517 vidas en este trayecto, según los datos recopilados por la ONG Caminando Fronteras en su informe anual sobre mortalidad y migración en las costas españolas. El documento, elaborado a fecha de 15 de diciembre, pone cifras a todos esos dramas, tan anónimos como espeluznantes, que genera la depesperación por llegar a Europa a través de España en una patera o en cayuco.

10.457 muertos de 28 nacionalidades diferentes en todas las rutas hacia España. Un incremento del 58% respecto a 2023; 1.538 de estas víctimas eran niños; 30 cadáveres al día; 131 embarcaciones desaparecidas con todos sus tripulantes a bordo. Tantos números pueden deshumanizar la magnitud de la tragedia, por eso el informe incluye testimonios desgarradores como el de una mujer guineana identificada con las iniciales M.C.: «He perdido a mis dos hijos, los únicos que tenía. Les tuve que cerrar los ojos y tirarles al mar. Nos metieron en la barca, no teníamos GPS, ni comida, el motor se rompió. Pedimos ayuda, pero no venía nadie. Pasamos 11 días en el mar. La vida de mis hijos se fue apagando, les daba mi ración de comida pero se apagaban. Se murieron en mis brazos. Mi niña, mi niño, mis vidas, no pude salvarles. Pido a Alá que me mate a mí también, es lo único que quiero».

Baleares,«la más peligrosa»

La ruta Atlántica hacia las islas Canarias sigue siendo «la más letal a nivel mundial» y este año se cobró la vida de 9.757 personas, casi como toda la población de Formentera. Las otras rutas que se cobraron vidas, aunque en mucha menos que en la argelina y la canaria, son la del Estrecho (110) y la del Mar de Alborán (73). Caminando Fronteras describe una «situación de guerra» que atribuye «a la falta de activación de los protocolos de rescate, a los efectos de la externalización de fronteras y a la criminalización de las personas en movimiento».

En cuanto a la ruta argelina, también incluye las costas de Almería, Murcia y Alicante, pero Balears, y sobre todo Formentera, es «la zona más peligrosa» de todas y también la que registra un «mayor incremento de personas». La ONG habla de 43 tragedias distintas y de 26 embarcaciones totalmente desaparecidas. Y eso que se tenga constancia, claro, porque la cifra real seguramente es superior. Todo mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sigue defendiendo que esta ruta no está consolidada, para desesperación de administraciones locales y cuerpos de seguridad del Estado.

Mujeres violadas

En cuanto al origen de los migrantes que toman esta ruta, el 60% son argelinos, mientras que entre el resto hay predominancia de personas sirias, palestinas y yemeníes. Además, crece la migración infantil, con adolescentes que viajan solos, pero también con niños de corta edad, en su mayoría acompañados por sus madres. «Entre las personas que utilizan esta ruta hay mujeres en tránsito, muchas embarazadas o con hijos que en ocasiones son fruto de la violencia perpetrada contra ellas en las prácticas de control fronterizo», destaca el informe, que añade la losa de una violación a la mochila que cargan todas ellas.

La presión migratoria en las Pitiusas se ha disparado en los últimos tiempos de forma exponencial hasta convertir a Balears, con mucha diferencia, en la región de España que más ha crecido en este aspecto, con un subida del 181% por cierto en el último año.

Por ello, no es de extrañar que el presidente del Consell, Vicent Marí, se refiriera al tema en su reciente discurso navideño, en el que señaló a la inmigración como uno de los grandes retos para 2025. «Centraremos nuestras reclamaciones en conseguir una atención prioritaria de control sobre la ruta migratoria desde Argelia», prometió. n

El informe también le pega un palo considerable a Baleares, al denunciar que se trata de «la zona que más falta de transparencia presenta respecto a búsquedas de personas desaparecidas en el mar». En este sentido, considera que en las costas baleares, «siguen siendo mayoritarias las búsquedas pasivas y cerca del territorio» y también lamenta que haya «una escasa colaboración entre los países con los que se deberían compartir las operaciones de rescate, como Argelia, pero también Francia». El análisis de las tragedias sucedidas este año también «revela serias deficiencias en los protocolos de búsqueda y rescate». «Las alertas de familiares en esta ruta migratoria en muchas ocasiones llegan demasiado tarde, lo que reduce las posibilidades de rescate. En otros casos, aunque la alerta se emitió a tiempo, los medios de rescate no fueron suficientes para localizar y salvar la vida de las personas en riesgo», denuncia el texto. Además, la ONG destaca «las buenas prácticas de algunos servicios, como las policías judiciales de la Guardia Civil de Costa Teguise en Lanzarote, Huércal de Almería y la Comandancia de El Hierro», pero guarda silencio con respecto a las Pitiusas, donde Policía Nacional y Guardia Civil llevan mucho tiempo quejándose de la falta de medios.

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