Vox cumple con sus amenazas y tumba los presupuestos de Prohens para 2025

«No nos tomarán más por tontos». Vox consuma todas sus amenazas al tumbar los presupuestos de Marga Prohens en el primer trámite parlamentario y deja en el aire la aprobación de las segundas cuentas de la legislatura. La consigna del partido de Santiago Abascal es clara: si el PP quiere los votos tendrá que aceptar las enmiendas aprobadas por error hace una semana.

El PP tiene ahora dos oportunidades más para salvar el texto legal. La primera será el próximo martes en ponencia. Si vuelven a encontrarse con la negativa de Vox, más adelante tendrán una última ocasión para aprobar el presupuesto en el pleno del Parlament. Todo apunta a una negociación agónica a contrarreloj.

Los puentes entre formaciones saltaron por los aires después de que el PP aprobara la semana pasada por error 34 enmiendas de Vox que eliminaban el catalán de la función pública y la educación pública, así como permitían construir en áreas protegidas, entre otras. El Govern anunció al minuto que sacaría adelante un nuevo decreto urgente para que estas medidas no entren en vigor en ningún momento, lo que ha provocado un enfado enorme en las filas de Vox, que ahora exige su mantenimiento.

La relación entre ambas formaciones se encuentra en estado crítico. El Govern es muy pesimista con lo que pueda suceder en las próximas semanas. Las conversaciones parecían dirigirse a buen puerto, aunque en los últimos días ha habido un cambio en la actitud de Vox por la presión de la dirección nacional, que se mantiene firme y no cede. La situación es tan tensa que ayer la presidenta reunió a todos sus consellers para prepararlos ante cualquier escenario, antes de convocar un comité de crisis por la tarde con sus colaboradores más cercanos para preparar la estrategia.

La hostilidad se hizo evidente ayer en el choque de alto voltaje entre Marga Prohens y la portavoz de Vox, Manuela Cañadas, en el Parlament en el que tanto la presidenta del Govern como el PP adoptaron una estrategia totalmente beligerante con sus teóricos socios.

La presidenta del Govern interpeló directamente a Cañadas para advertirle en tono desafiante que «no permitiré chantajes ni que haga política con un error» y recordó a la líder de la ultraderecha que tener palabra tanto en la política como en la vida es «muy importante» después de que el partido de Santiago Abascal formulara en el pleno su primera amenaza de tumbar los presupuestos de 2025.

«Orgullo, soberbia y descortesía parlamentaria»

La portavoz de Vox replicó a la popular con un aviso tras las palabras del conseller de Turismo, Jaume Bauzá, quien afirmó que «la injusticia o lástima es que la soberbia y la descortesía parlamentaria» del partido de Abascal no permitiese una rectificación de las enmiendas. «Orgullo, soberbia y descortesía parlamentaria es creerse que tienen mayoría absoluta y que pueden engañar a Vox para tener unos presupuestos», zanjó Cañadas.

Vox reivindicó el legado de José Ramón Bauzá durante la legislatura 2011-2015 para criticar las últimas decisiones de Prohens, aunque la dirigente autonómica salió al paso para renegar por completo de aquella época, cuando ella era diputada de los populares en el Parlament: «Este es un partido que cuando se equivoca, rectifica. Por desgracia durante una época quien lo presidía dejó de escuchar a la calle, a los alcaldes y dejó de conocer cómo era la gente de esta tierra. Volver a esa manera de gobernar y hacer política, no se engañe, solo alegraría a la izquierda».

La presidenta recordó que aplicaron la libre elección de lengua, justo antes de enviar un dardo directo a la portavoz de Vox acompañado de un gran aplauso de los diputados del PP: «Nos da muchas lecciones de la época de Bauzá cuando usted estaba en el PSOE. Siempre hemos negociado con ustedes con sinceridad y respeto, así que le pido también respeto por los más de 100 mil votantes del PP y por el partido que ganó las elecciones».

Tanto el PSIB como Més per Mallorca cargaron contra la presidenta por su incapacidad de conseguir ningún acuerdo. Mientras el portavoz socialista, Iago Negueruela, acusó a Prohens de «dinamitar el pleno e insultar a cada grupo que le ofrece un pacto», el líder de los ecosoberanistas, Lluís Apesteguia, reprochó también que lo sucedido no es un error humano del PP, sino la «culminación del error» político por gobernar con Vox.