Un miniaeropuerto detrás de es Daus de Ibiza

El puerto de Ibiza se convirtió ayer por la tarde en un escenario de película. No tanto del estilo de ‘Disco, Ibiza, Locomía’ como de uno de esos filmes en los que Tom Cruise sale vivo de alguna de sus hazañas volando. Volando y, como sería en este caso, en un hidroavión de flotadores. La presencia de esta nave en el puerto es una escena que corre a cargo de la empresa Isla Air Express, que lleva más de seis años tramitando las autorizaciones pertinentes para obtener los permisos de vuelo de hidroaviones aquí. Su intención es habilitar un servicio de cuatro vuelos diarios durante todo el año entre Palma y Ibiza o Ibiza y Menorca, e ir ampliando a destinos como Valencia o Alicante.

El mejor ejemplo de lo que ha costado conseguir los permisos lo ofrecieron ayer todos los operativos movilizados en el puerto para que el hidroavión despegara: una embarcación de la Guardia Civil pendiente de todas las maniobras, conexión con la autoridad portuaria para que la navegación del hidroavión no interfiriera con la de las embarcaciones y coordinación con la torre de control de Ibiza para estar también al tanto de la salida de los aviones comerciales.

Rechazadas por motivos de seguridad las pruebas de amerizaje de una línea de transportes con hidroaviones en el puerto de Ibiza

Como cualquier embarcación

La imagen de todos los dispositivos desplegados sería surrealista si se llevase a cabo en verano, por todas las embarcaciones que también estarían en la zona. De hecho, esta es la razón por la que el año pasado Capitanía Marítima emitió un informe negativo para la realización de las pruebas de amerizaje y despegues en la Zona I del puerto por motivos de seguridad, teniendo en cuenta que el puerto ibicenco es uno de los que soportan mayor densidad de tráfico de Europa. El órgano de administración marítima emite estos informes a la Autoridad Portuaria de Balears (APB) para todo tipo de actividades y es a ésta última a quien le corresponde autorizar las actividades.

Vídeo: Un miniaeropuerto detrás de es Daus de Ibiza

Antoni Jiménez, representante de Isla Air en Balears, considera que este año han conseguido las autorizaciones «haciendo un trabajo de hormiga», y apunta que lo importante era realizar el vuelo de prueba, para demostrar que «la operación es viable».

El representante señala, además, que «cuando el hidroavión está en el agua, es un barco más [...] Para moverse dentro del puerto no es diferente a un catamarán o a otra embarcación, y tiene más movilidad». Ésta es básica para que el hidroavión salga del puerto y se dirija a una zona apta para el despegue. En este caso la pista se ubicó tras es Daus, a donde la nave llegó tras quince minutos de navegación y donde esperó otros diez a recibir el permiso de despegue. Luego, tardó solo cinco minutos para alzar el vuelo.

Despegue desde el mar

La zona que hay detrás de es Daus no es sencilla: «Está movida por la entrada y salida de barcos y tiene cambio de vientos», señala Jiménez. Por este motivo, tras unos quince minutos de vuelo y el amerizaje del hidroavión, Jiménez indica que el paso ahora se centrará en «hacer un replanteamiento para saber dónde será viable y dónde no [ubicar la pista], antes de iniciar la tramitación de los permisos definitivos».

Quienes tengan ganas de probar la experiencia, aún tendrán que esperar, porque por el momento se desconoce «cuándo será posible empezar a operar», indica Jiménez. Para ayudar a mantener las ganas cuenta las ventajas de este tipo de transporte. Es «más fácil de coger», porque sólo requiere llegar media hora antes del vuelo, además de que caben 19 personas máximo y no hay personal de cabina. También es «más sostenible» porque «sólo requiere un pantalán, no se tiran anclas y el consumo de combustible es mucho más bajo por persona que en un avión convencional». Además, la idea es que los precios estén en línea con los de los vuelos comerciales y se pueda aplicar el descuento de residente.

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