Som pagès. En busca de soluciones para el campo pitiuso

«Antes había esperanza, pero esta vez tenemos que repartir pañuelos»

Varios expertos y representantes del sector agrario de Ibiza señalan las sequías y la falta de apoyo del sector público como causas de las difíciles condiciones de esta actividad económica en Pitiusas

Los ponentes invitados al acto ‘Som pagès’ cruzan opiniones durante la mesa redonda. | TONI ESCOBAR

Los ponentes invitados al acto ‘Som pagès’ cruzan opiniones durante la mesa redonda. | TONI ESCOBAR

El célebre físico Albert Einstein dijo en una ocasión que la manera más recomendable para solucionar un problema es buscar la pregunta adecuada. Esa fue la máxima del evento celebrado en el Club Diario de Ibiza ‘Som pagès. En busca de soluciones para el campo pitiuso’, patrocinado por CaixaBank, que reunió a varios expertos en el sector agrícola local para exponer la comprometida situación de esta actividad. Todos los ponentes apuntaron al mismo lugar: la sequía que amenaza a la economía de las islas.

Dolors Feliu, directora de Banca Retail de CaixaBank en Balears, fue la encargada de abrir la jornada. | T.E.

Dolors Feliu, directora de Banca Retail de CaixaBank en Balears, fue la encargada de abrir la jornada. | T.E.

El técnico de promoción alimentaria del Consell de Ibiza, Josep Lluís Joan, comenzó la mesa redonda con una frase que uno de los asistentes le había comentado en la antesala del Club Diario de Ibiza: «Tendríamos que venir con pañuelos». El también moderador de la conversación añadió que, en otras ocasiones, el público llegó con «orgullo y esperanza» y que el panorama que le espera a los trabajadores del campo «no es bueno».

Datos demoledores

Toni Tur Securrat, el presidente de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, expuso los primeros datos demoledores que daban la razón a Joan. «El año pasado no hubo recogida de cereal por la sequía», aseguró. El representante detalló que los productores recogieron 250 toneladas de grano en la cosecha anterior, lo que deja una comparación desoladora.

Una de las grandes afectadas de esta disminución es la ganadería, que no puede acceder a forraje para alimentar a los rebaños. El tesorero de la Asociación de Defensa Sanitaria del Ganado Ovino y Caprino de Ibiza, Isidro Ramis, mencionó el sobrecoste que supone el transporte de piensos desde fuera de las islas. Defendió que las ayudas que tratan de aliviar esta carga son «parches» y que los productores del sector han de tener ingresos de sus propias actividades. «Hay gente que se desharía de sus animales y puede que Ibiza se quede sin ganadería», zanjó.

El público escucha con atención la mesa redonda de expertos. | T.E.

El público escucha con atención la mesa redonda de expertos. | T.E.

Tur apuntó que estas condiciones hacen a los cultivos menos resistentes ante las plagas y puso como ejemplo los olivos centenarios que caen por la xylella: «Con todo el tiempo que han estado aquí y justamente nos toca a nosotros verlos morir». Señaló a esta bacteria como una de las causantes de que la producción de aceite haya bajado entre un 30 y 40 por ciento.

«Ser payés está visto de aquella manera»

Isidro Ramis, el tesorero de la Asociación de Defensa Sanitaria del ganado ovino y caprino de Eivissa, defendió que los oficios relacionados con el sector primario son «un trabajo como cualquier otro». Además, recordó que apostó por el campo durante la pandemia, cuando abandonó su puesto de conductor de autobuses: «Es posible, pero no es fácil». Señaló que las condiciones económicas no son las mismas en su nueva orientación profesional y que todavía no ha recuperado el poder adquisitivo que tenía en su anterior oficio.

Otro alimento que mencionó el presidente de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni fue el vino e indicó que en la actualidad se ha triplicado la cantidad de uva que viene de fuera de la isla. Como consecuencia, la Festa des Vi Pagès de Sant Mateu tuvo que suspenderse: «Si esta celebración se cancela, es que algo va muy mal».

La propietaria de la bodega Can Rich, Stella González, profundizó en las circunstancias del sector vinícola y explicó que su empresa apostó por la inversión para suplir las carencias del campo pitiuso. Así, comentó que un experto les ayudó a desarrollar técnicas de «agricultura de precisión» y que la finca cuenta con una estación meteorológica para predecir posibles plagas y «hacer menos tratamientos».

También explicó que su producción de vino «no ha bajado mucho» por la implementación del método de riego por goteo: «El acuífero que teníamos cerca se ha agotado y, si no es por este sistema, no conseguiríamos mucha maduración».

El papel del sector público

Ante una situación tan negativa, es natural preguntarse sobre qué políticas puede poner en práctica el sector público para tratar de paliar estos obstáculos. Los ponentes invitados a ‘Som pagès. En busca de soluciones para el campo pitiuso’ mostraron sus opiniones al respecto.

«Antes había esperanza, pero esta vez tenemos que repartir pañuelos»

Joan Coll, director gerente del Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de las Islas Baleares, ofreció estadísticas detalladas de la PAC en Eivissa. / .

Rafael Tur, el portavoz de Alianza por el Agua, hizo una enérgica llamada a los gobiernos locales para que se involucren más en la gestión del agua: «La Administración Pública está hipotecando el futuro del campo ibicenco». Según argumentó, no es necesario «quitar agua a la gente» porque hay suficiente: «Ibiza era rica en acuíferos, pero se han ido secando y salinizando».

Concretó que el agua subterránea debería reservarse para la agricultura, las edificaciones en diseminado que no tengan acceso al servicio de agua corriente y emergencias. Señaló que la alternativa para el resto de usos son las desaladoras, pero que no es atractivo por el mayor precio que supone porque «el agua de pozo vale 0,20 euros y la desalada cuesta 1,30 euros». Para colmo de males, aseguró que hay especuladores que compran este recurso «a precio de pozo y lo venden como si fuera desalado».

«Antes había esperanza, pero esta vez tenemos que repartir pañuelos»

Stella González e Isidro Ramis, durante la mesa redonda. / .

Agregó que la medida que propone tampoco es perfecta porque la red que distribuye el agua extraída del mar pierde el 30 por ciento del fluido por el camino: «Llegó a ser el 70 por ciento, pero todavía hoy desperdiciamos lo que produce una desaladora de las tres que hay en Ibiza». Por ello, señala la necesidad de mejorar los canales de transporte.

Además, critica la prioridad que le conceden los gobiernos al consumo urbano por encima del rural, al que «se le recorta» la cantidad que puede gastar. Según el portavoz de Alianza por el Agua, esta manera de hacer «derrocha y no da opciones de recuperar agua».

Josep Lluís Joan señaló que la gente que vive en núcleos urbanos no tiene «cultura de agua», como la de los agricultores. Añadió que la falta de este recurso hace que los jóvenes no se animen a cubrir el relevo generacional en el sector. «Si no hay gente en el campo, tendremos que apagar incendios», razonó en referencia a la falta de mantenimiento de los terrenos rurales.

Toni Tur Securrat afirmó que la mitad de los agricultores están cercanos a la edad de jubilación y señaló que, a pesar de que las subvenciones a los jóvenes son mayores, cada vez hay menos que quieren incorporarse a esta actividad: «Las ayudas no garantizan el éxito como lo haría el precio justo y unos fundamentos mejores».

Por su parte, el director gerente del Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de las Islas Baleares (Fogaiba), Joan Coll, se mostró de acuerdo con los que opinan que las ayudas económicas deben ser solo una parte de la solución: «Si montas algo pensando solo en las ayudas, no irá bien». Por ello, aseguró que la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea se trata de un apoyo comunitario para que las personas dedicadas al sector primario tengan «el mismo nivel de vida que el resto de la sociedad». La contrapartida que espera la organización supranacional es «un suministro de productos a buen precio, fijar a la población en el medio rural y promover empleo y sostenibilidad».

«La burocracia excesiva de la PAC perjudica a los organizadores y los productores»

El directivo detalló que la PAC constituye el 33,2 por ciento del presupuesto comunitario y que ha variado mucho para adaptarse a los cambios sociales desde su inicio en 1962: «Es el caso de las exigencias modernas de cultivo verde y sostenibilidad». También indicó que la partida que concede más subvenciones es la de ayudas directas a la renta, que comprende actuaciones medioambientales y de promoción de la producción, entre otras. Coll anunció que pronto habrá una línea de préstamos oficiales especializados porque «el problema no son los intereses que pagan los agricultores, sino los avales que han de aportar».

«Si se unen el sector privado, el público y la comunidad agraria, daremos con soluciones»

A continuación expuso que las transferencias que esta parte de la PAC concedió a Ibiza crecieron casi un 80 por ciento entre 2022 y 2023 y que espera que sigan al alza en los próximos años. Los datos de 2024 no están disponibles todavía porque los pagos comenzaron la semana pasada, pero Coll adelantó que subvencionará la misma superficie y a menos solicitantes. Confirmó que esto es algo que ocurre a nivel nacional.

El representante de Fogaiba recordó que las ayudas de fomento de la agricultura ecológica son muy demandadas y que las de aprovechamiento de aguas regeneradas volverán a abrirse el año que viene porque no hubo solicitantes. Además, remarcó que la línea de apoyo a la incorporación de jóvenes al sector es «prioritaria y se tiene que cubrir».

Coll se refirió a las tractoradas de principios de año debidas a la «burocracia excesiva» de la PAC: «Perjudica a los organizadores y a los productores». Detalló que se dijo que los requisitos para acceder a las ayudas «se iban a simplificar, pero se han complicado dos veces más». Por ello, recomendó «profesionalizar» la solicitud de las prestaciones porque a los agricultores y ganaderos «se les escapan muchos temas jurídicos».

«Antes había esperanza, pero esta vez tenemos que repartir pañuelos»

Los dos representantes de CaixaBank charlan antes del inicio. / .

Ayuda financiera

Los representantes de CaixaBank ofrecieron otra vía para sobrellevar estos obstáculos. Toni Palau, el director de Store Pimes Ibiza i Formentera de la entidad, afirmó que no puede «hacer que llueva», pero ofreció la línea de negocio AgroBank a los empresarios del sector agrícola. Detalló que esta financiación está diseñada para «ayudar a pasar la crisis de la sequía» y que, además, cuenta con expertos en promover la sostenibilidad y el ahorro de agua: «Aunque sabemos que no se malgasta ni una gota».

El compromiso de la entidad bancaria con la digitalización del sector se plasma en el programa AgroBank Tech Digital INNovation, que impulsa start-ups para ofrecer soluciones tecnológicas. Además, pone a su disposición orientación legislativa, líneas de microcrédito para acompañar los procesos de incorporación de jóvenes, líneas de facturación exprés y servicios de leasing y confirming. Palau confirmó sentirse satisfecho de «ver que la financiación sirve para mejorar la eficiencia y para dar apoyo al papel de la mujer rural».

La directora de Banca Retail de CaixaBank Baleares, Dolors Feliu, detalló que Agrobank trabaja con 850 clientes y que maneja 80 millones de euros en Pitiusas. También añadió que la línea de negocio presta asesoramiento para explorar nuevas actividades rurales y que tiene en cuenta el respeto al entorno y la sostenibilidad. «Si se unen el sector privado, el público y la comunidad agraria, daremos con soluciones», argumentó.

Tracking Pixel Contents