Movilidad
Huelga de transporte: «No podemos estar conduciendo un autobús hasta los 67 años»
Los conductores de autobús de Ibiza se suman a la huelga general para reclamar una jubilación temprana y critican la imposición del Consell Insular
Un autobús de línea regular llega a la parada del Cetis para recoger a entre treinta y cuarenta personas. De normal no se acumula tanta gente pero un cartel en el ventanal del autobús anuncia el por qué de lo inusual: «Servicios mínimos», que se deben a la huelga convocada por los transportistas de viajeros en toda España para exigir que se rebaje su edad de jubilación. En Ibiza, sin embargo, a la huelga se suma otra protesta: los conductores de autobús denuncian que los servicios mínimos que ha impuesto el Consell Insular son «abusivos»: «Son del 100% en el servicio discrecional [que va y viene del aeropuerto] y 100% en transporte escolar», indica Toni Serra López, delegado de Comisiones Obreras (CCOO) y conductor de transporte discrecional en Ibizatours & Islandbus. Además, en el transporte regular, estos servicios son «del 75% de las expediciones en las líneas con origen o destino al aeropuerto de Ibiza y del 60% en el resto de líneas», según anuncia la empresa Sagalés en su web. «Somos la única isla de Balears con servicios mínimos abusivos y se nos ha coartado el derecho a la huelga», critica Serra.
Este lunes a primera hora de la mañana al menos una cincuentena de personas se acumulaban en el entorno del Cetis, pero la Policía Nacional les advirtió de que no disponían de permiso de manifestación: «Se tiene que solicitar con diez días de antelación y los servicios mínimos nos los han dado [el Consell] tres días antes, además de que son abusivos», insiste Serra, aún en el lugar, desde donde indica: «Los que estamos aquí es porque hemos terminado la temporada o porque trabajaremos por la tarde».
A pesar del descontento que ha generado la imposición del Consell, los conductores no olvidan el motivo por el que paran: «Nosotros pedimos que los mayores de 60 años puedan jubilarse antes», explica el delegado.
Jubilarse a los 60 años
Para cumplir este objetivo, los conductores piden que se apliquen unos «coeficientes reductores para trabajos muy exigentes», que ya se fijan en otros países de Europa.
«Cada año trabajado se multiplicaría por el coeficiente reductor y daría cuántos meses antes te puedes jubilar. Hablamos de que alguien que ha estado dado de alta como conductor durante 30 años, podría llegar a jubilarse con 60 años», explica Serra.
El delegado de CCOO apunta, además, a la carga extra que implica esta profesión en la isla: «El tráfico es impresionante y hasta asfixiante en verano. Súmale que hay compañeros que hacen servicio de línea regular y hay algunas, como el discobús, que pueden ser muy conflictivas. Eso carga más y la culpa siempre es del conductor, porque llega tarde y fuera de su hora. Además, las empresas no cubren los servicios para llegar y ayudar a complementarlos», lamenta, e insiste: «Es un desgaste físico y emocional y una carga extrema».
Por este motivo, Serra señala: «Somos conductores cada vez con una edad mayor y estamos conduciendo vehículos en los que llevamos a personas, no mercancías, y muchas veces caemos en la incongruencia que se hable de prohibir los carnets de conducir a los mayores de 65 años, pero un conductor [como él] puede estar hasta los 67 años».
A esto mismo se refiere Juan José González, conductor de autobús desde hace 34 años, que actualmente trabaja para Sagalés en la isla: «No se ha formado a gente joven y no hay renovación generacional... La media es de 50 años», aclara. Además, saca a relucir su experiencia al recordar que la reivindicación se hace «desde 2004».
Transportar personas
«También estamos supeditados a que llevamos a un grupo de gente que muchas veces no sabemos cómo va a reaccionar, si llegas tarde se queja, dice que no llega al médico... Y al final es tener paciencia», indica González, que también advierte: «Cuando decimos que perdemos reflejos con la edad nos dicen que eso lo compensamos con la experiencia, pero yo digo que he perdido la paciencia, porque los mayores cada vez tenemos menos».
Para dar a entender su agotamiento, el conductor cuenta: «Tenemos problemas con sillas de ruedas, con escolares, con niños rebeldes... Tenemos un chorro de problemas que no se tienen en cuenta». González aprovecha para opinar también sobre su salario: «Por 1.400 euros te va s a trabajar a un Mercadona, donde lo único que puede pasar es que se te caiga un bote de tomate. Tú pegas aquí un frenazo y se te echa toda la gente encima», se queja. A esta realidad, el conductor le añade la dificultad de ajustarse a los horarios de llegada al destino: «No se dan cuenta de que han ido cambiando las señales. Hay zonas en las que antes podías ir a 50 y ahora vas a 30 y ves que no llegas».
El impacto en la salud
Además de la pérdida de la paciencia o los reflejos con la edad, González se refiere al estado físico de los conductores: «Estamos sentados y la mayoría de la gente que hay aquí tiene la L1, L2, L3 [en referencia a las vértebras de la zona lumbar] hechas cisco, las cervicales reventadas...». El veterano también reivindica que no cuentan con apoyo de la Seguridad Social: «Somos el único sector que no tiene enfermedades laborales porque a la mínima dicen que es algo crónico», critica antes de apuntar que, para él, la edad ideal para jubilarse en su profesión sería: «Parar automáticamente a los 60 si llevas 25 años de profesión, e incluso tendría que reducirse más para los que llevamos 34 años».
«A partir de los 60 o sesenta y algo, cuando alguien no se vea en condiciones de llevar a tantas personas», responde Anastasio, también conductor de autobús que lleva ocho años en Alsa. En su caso se dedica actualmente al transporte discrecional, pero conoce, como indica González, que en el transporte regular se llegan a subir «entre 60 y 70 personas por vehículo y por viaje».
El cansancio y la seguridad
«Considero que somos un gremio diferente al de los transportes, porque ellos llevan mercancías [...] pero nosotros llevamos vidas y una persona con 65 o 67 años no está en las mismas condiciones de trabajar», aclara Anastasio.
El chófer pone la atención en que su trabajo se resume en: «Muchas personas, muchos viajes y muchas horas conduciendo», por lo que «si una persona normal acaba harta después de un viaje de tres o cuatro horas, se pueden imaginar cómo estamos los que hacemos entre diez y doce horas todos los días». Él también responde que están «hartos de reclamar que den más tiempo entre líneas [de autobús] para no ir agobiados, porque es un superestrés. La gente a quien regaña es al chófer, y nosotros lógicamente no tenemos la culpa, ojalá pudiéramos llegar siempre a tiempo», ansía.
Sus palabras se vuelven realidad en ese preciso instante, cuando una señora se acerca a uno de los conductores en huelga a preguntar por los retrasos en el transporte público del día. También, en una de las marquesinas del Cetis, un señor lamenta que lleva «media hora esperando al autobús» y que (cuando llegue) no sabe «dónde parará». Por este motivo, Anastasio concluye: «Esperamos que esto se solucione» porque «a partir del 23 de diciembre si no se consigue nada, la huelga será indefinida».
El Consell dice que el servicio al aeropuerto debía cumplirse
El director insular de Transportes, Roberto Algaba, señaló ayer a Diario de Ibiza que el 100% de los servicios mínimos requeridos a los transportistas en la huelga convocada en Ibiza se decretó para «el transporte discrecional que va y viene del aeropuerto» y que, en cambio, el resto «del discrecional está al cero». «Todas las excursiones que estaban programadas hoy [por ayer] se han suspendido», explicó Algaba. Al ser preguntado por los servicios mínimos impuestos en el transporte regular, en comparación con el resto de Balears, indicó: «Hemos hecho el 75% [de servicios mínimos] en los que van al aeropuerto y el resto es como en el Govern Balear, que es el 60%». «Como estamos en una isla, el servicio esencial de ir al aeropuerto a coger un avión se debe cumplir, por eso hemos puesto el 75%», insistió. Sobre los relevos generacionales de los trabajadores, apuntó que «el Estado y el Govern fomentan cosas para traer conductores». Al cuestionar si está de acuerdo con la reducción de la edad de jubilación de los conductores indicó que el Consell «no tiene base sobre la que opinar» ya que es «competencia del Estado».
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