«La incertidumbre en el bloque B de los Don Pepe es constante»
Los vecinos del bloque B de los apartamentos reconocen su preocupación ante la falta de información y por la posibilidad de que algún día les desalojen, como pasó con el vecino bloque A en enero de 2021.
El ambiente en los Don Pepe este domingo podría parecer más amargo que de costumbre por los nubarrones que pintan el cielo. De hecho a ratos llueve pero, aunque brillase el sol, los vecinos aseguran que no hay imagen más desoladora que la de vivir frente a un bloque de viviendas vacías desde hace tres años: «Ya ves lo que es salir cada mañana y ver este edificio, en el que tendría que residir gente», comenta un propietario que sale de uno de los portales del bloque B. Éste sigue habitado, pero su situación «es complicada» porque no cumple con la normativa urbanística actual: «Son todo hipótesis», se apena este vecino, pensando en lo que puede pasar en un futuro.
El hombre, que prefiere que no se publique su nombre, entiende a las dos mujeres del edificio de enfrente que l tarde del viernes volvieron al bloque A con la intención de demostrar que sus hogares se encuentran en «buen estado» (como explicaron el sábado a Diario de Ibiza), a pesar del desalojo de 2021 por la identificación de un peligro de derrumbe inminente: «Yo también lo hubiera hecho de encontrarme en esa situación», admite. Él reside en los Don Pepe «desde que tenía dos años» y es consciente de que si existiera este peligro en su domicilio, «sería el primero que saldría del edificio» porque tiene «dos hijas a las que cuidar».
El efecto de la duda
«La incertidumbre es muy grande y sólo ves a la gente hablar», critica otro hombre, de más edad, tras bajar de su coche. No quiere compartir su opinión y es algo que se puede comprender. Aunque siga en su casa, se nota que la situación le causa hastío, como a otra mujer, que espeta: «No voy a decir nada». A diferencia de ella, un vecino que sale del bloque sí quiere hablar: «La preocupación es constante». «Aquí llegaron y dijeron que todos fuera de un día para otro y a nosotros nos pueden hacer lo mismo».
Una pareja que acaba de llegar mira a la fachada y señala: «Estamos esperando para saber si podemos reformar o no desde que todo esto empezó». Sus paredes muestran un aspecto similar al del bloque A, con desconchados que revelan que llevan años sin rehabilitar: «Seguimos esperando una solución, porque ya se sabe cómo está aquí el problema de la vivienda», insiste la pareja.
El contrainforme
«Lo que se ve por fuera es la carta de presentación, pero dentro están nuestras casas», reclama otra vecina del edificio B. Junto a ella, una mujer apunta: «Si a mí me hubieran echado de mi casa y supiera cómo está, ya estaría dentro de nuevo».
Tanto la pareja como las vecinas citan el «contrainforme» que solicitaron junto a los propietarios del bloque A que indicaba algo diferente al realizado por los técnicos del Ayuntamiento de Sant Josep en 2020: «Se vió que las casas, que son hogares, se podían rehabilitar». «Parecía más una voluntad política que no un problema estructural», siguen quejándose cuatro años después.
«No nos dejan rehabilitar nuestras casas, no podemos hacer ningún tipo de trabajo y una casa que no se toca se va deteriorando», lamenta la presidenta del bloque B, Sorina Urian, que abre las puertas de su casa para hablar una vez más y sin reproche (a los medios) en representación de sus vecinos. «Vivimos con el miedo en el cuerpo y con incertidumbre porque no sabemos qué va a pasar con nosotros», explica. También tiene en mente a los habitantes del bloque A: «Si nosotros estamos cansados, ellos están agotados».
Para la presidenta, es «muy triste» que el alcalde josepí, Vicent Roig, «tenga que pedir urgentemente una reunión a raíz de que dos vecinas entren en sus casas y revivan todo lo que han vivido». Y reclama: «Ya que el alcalde se ha vuelto a comprometer delante de ellas, que consiga esa reunión que tanto esperamos».
El desconcierto de los vecinos
- Ni las vecinas del bloque A que entraron a su vivienda en forma de protesta el pasado viernes ni los vecinos del bloque B que siguen en los Don Pepe entienden por qué no se les permite rehabilitar «si en 2014 AENA hizo una inversión para instalar ventanas» para insonorizar sus viviendas.
- La presidenta del bloque B compró su piso «seis meses antes de que estallase todo» y «en la nota simple del inmueble no figuraba que el edificio estuviera fuera de ordenación urbana».
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