Propietaria en los Don Pepe: «Aunque me hayan destrozado, seguiré luchando por mi casa»

Las dos propietarias del bloque A accedieron al interior del edificio el pasado viernes, con la intención de demostrar que sus hogares se encuentran en «buen estado» y «siguen en pie», a pesar de que se identificase un peligro de derrumbe inminente. Su objetivo es seguir defendiendo su derecho de volver a casa. 

Isidora Martín y Anisa Mohamed, ayer por la mañana en Diario de Ibiza.

Isidora Martín y Anisa Mohamed, ayer por la mañana en Diario de Ibiza. / Toni Escobar

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

Isidora Martín y Anisa Mohamed llevan tres años viviendo fuera de su casa. La primera es vecina del bajo y la segunda tiene un piso en la quinta planta del edificio A de los Don Pepe, al que ambas entraron este viernes por primera vez desde que el edificio se desalojó en enero de 2021 por la identificación de un peligro de derrumbe inminente. Fueron las únicas que entraron anteayer, un acto con el que querían demostrar que sus casas siguen en pie: «Hace un año se habló en el Parlament de los Don Pepe. Es mi casa, no tenemos nada, estamos igual que antes y entre proponer una solución y otra sólo se pierde tiempo», lamenta Anisa. «Pedimos que se agilicen todas las reuniones y que si se puede, que se supervise y se revoque el expediente de ruina porque desde un principio pedimos la rehabilitación del edificio», insiste.

A su lado, y a pesar del agotamiento que le genera la situación, Isidora sonríe cuando habla de cómo ha encontrado su piso: «Tiene las paredes perfectas», se alegra, antes de explicar que sintió «pena de no poder estar allí metida porque está igualita [que cuando la dejó]», explica. «Dejé la cama hecha y limpié todo antes de salir... Porque pensaba que volvería pronto», añade. Isidora recuerda que tenía covid en el momento del desalojo, por lo que se vio obligada a pedir el alta para salir y no tuvo tiempo de sacar muchas cosas: «No pudo ni entrar mi hijo a echarme una mano», relata.

Exponer la intimidad

En ese momento, la hija de Anisa era menor: «Salía del instituto y preguntaba, ¿y ahora a dónde voy?, tengo mi casa y me están echando», cuenta su madre, dejando evidencia de una experiencia que recuerda como si fuera ayer.

Ella, Isidora y la mayoría de los vecinos de las otras viviendas que se desalojaron tienen una marca de por vida y aún así siguen con fuerza para «luchar por volver a casa», que es lo que siempre han pedido. El día que entró a su casa, antes de que llegase la Policía Local, hizo un vídeo para mandárselo a sus hijos y a su marido. Es el mismo que muestra en la redacción de Diario de Ibiza para reiterar que su vivienda está bien: «Tengo que demostrarlo porque no se nos ha creído desde un principio. Hemos tenido que grabar nuestras casas, invitar a la prensa a que entre... Nos obligaron a exponer nuestra intimidad para demostrar que vivíamos dignamente y eso es injusto», opina Anisa.

Tanto ella como Isidora son críticas con el anterior gobierno: «Ni Gelu [Ángel Luis Guerrero, exalcalde de Sant Josep] ni [Francina, expresidenta del Govern ] Armengol tuvieron consideración de nada y está comprobado que lo de ruina inminente era mentira. No se ha caído nada ni de mi casa ni del bloque», insiste Anisa, y añade: «Aunque nos hayan destrozado, voy a seguir luchando por mi casa».

En el caso de Isidora, llevaba viviendo en los Don Pepe desde que llegó a Ibiza, en 1980: «Pedí un préstamo para pagar y luego me separé de mi marido, por lo que tuve que pedir otro préstamo para pagarle su parte», explica. «He trabajado y sudado muchos años para que me hagan lo que me están haciendo, con todo lo que he sufrido para pagar mi casa», lamenta.

Pagar un alquiler y la casa

Desde que Isidora salió de su casa vive en un estudio de alquiler y sus pertenencias están repartidas en diferentes puntos de la isla. Hay cosas que aún están en los Don Pepe, otras las tiene en casa de su hijo y también dejó algunas en un local que les cedió el Consell Insular en sa Coma: «Gracias a Vicent Marí [presidente del Consell], que en ese momento fue el único que tuvo empatía con nosotros», recuerda.

Tanto Isidora como Anisa pagan, además de los alquileres en los que viven por ahora, «la hipoteca, el IBI, el mínimo de luz y un seguro de la casa» en es Codolar. «Mientras, mi casero me sigue subiendo lo que corresponde cada año por ley», indica Anisa, que avanza: «Estoy pagando algo que no es justo».

Tras entrar en sus casas, Anisa e Isidora están satisfechas de que el alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, anunciase que se pedirá otro estudio sobre el estado de la estructura. «Ahora esperamos que la señora [Marga] Prohens nos escuche y hable con su equipo de gobierno y que se agilice un poco la situación», apunta Anisa.

A pesar de haber encontrado algunas humedades en la escalera, o «algunas baldosas movidas» en casa de Anisa, ella misma insiste: «Llevo desde el minuto uno diciendo que mi casa no está en ruinas», tras apuntar, con rabia contenida: «Por mucho que se rectifique, el mal que se nos ha hecho no lo va a reparar nadie. Se ha hecho un daño psicológico muy grande porque nos sentimos en incertidumbre constante». Parte de este daño le salió a Isidora en forma de lágrimas después de ver su casa el viernes. Anisa, en cambio, sigue «en shock», pero asegura con fuerza: «Agradezco haberme encontrado con personas que me han transmitido humanidad, cariño y respeto y sigo hacia adelante por mi familia».

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents