Quejas por la invasión de Can Bonet por una fiesta: «Esto es intolerable»

«Esto es una vergüenza», afirma Rafa, vecino «de toda la vida» del barrio de Can Bonet. «Llevan todo el verano de fiestas y molestando a los vecinos, pero nunca he visto algo como esto. Mi mujer ha salido a la calle y se ha vuelto a casa cuando ha visto la que hay montada. Están las calles bloqueadas por los coches y todo lleno de gente», continúa. Es la «invasión» que sufre el barrio, desde primera hora de la tarde de este miércoles, por la fiesta del 25 aniversario de Cocoon, una clásica de Amnesia que ha elegido para su cumpleaños el 528, aunque en la publicidad se anuncia también como Benimussa Park y todos los vecinos se refieren a ese espacio como el Gala Night. Otra vecina se expresa en términos parecidos en un vídeo enviado a Diario de Ibiza, en el que se puede ver la calle Garrovers, que baja del 528 a la rotonda de Can Tomàs, con una hilera de coches aparcados en su lado izquierdo. Aunque es de doble dirección en estos momentos solo se puede circular de bajada.

«Esto es un caos, es intolerable -señala la autora del vídeo-. Y la Policía Local no hace nada. Es vergonzoso. Y están dejando botellas por todas partes, gente haciendo pipí por todos lados. Es una invasión en toda regla».

Un vecino del campito llama a la Policía para preguntar si van a hacer algo: «Tenemos allí ahora mismo una patrulla y una grúa y hacemos lo que podemos», responde amable el agente que coge el teléfono, que pregunta si llama por el tráfico, por aparcamiento o por ruidos. «Por todo», responde el vecino.

La Policía está recibiendo decenas de llamadas por tener coches aparcados en sus plazas reservadas, salidas de garajes bloqueadas, caminos cortados... Entre estos últimos está el camino de tierra que va desde el 528 al agroturismo cercano. Aunque ya desde abajo, desde el Centro Social, los controladores de tráfico de la empresa, con chalecos amarillos, recomiendan a los conductores -y a los vecinos- que van en coches particulares que no suban.

El Ayuntamiento de Sant Antoni no puede decir que no sabía lo que iba a pasar. Hace semanas que la Asociación de Vecinos de Can Bonet se lo advirtió. De hecho, el domingo ya se produjo otra avalancha, aunque no tan intensa, por otra fiesta. Dos fiestones en tres días en un barrio habitualmente tranquilo.

Críticas de la asociación

De hecho, la asociación había solicitado a la Delegación Insular del Gobierno autorización para realizar una concentración junto a la entrada para hacer patente «el descontento general por las molestias generadas por los eventos organizados por el establecimiento 528, y protestar por la pasividad de quienes deberían velar por el bienestar de los vecinos. Máxime cuando se permite que eventos de un establecimiento privado ocasionen grandes molestias a los residentes», según un comunicado.

Pero la respuesta de la Delegación del Gobierno vistas las alegaciones de Guardia Civil y del Ayuntamiento de Sant Antoni ha sido denegar la autorización. «Por un lado la Guardia Civil alega la probabilidad de que produzcan altercados entre los vecinos y los usuarios del establecimiento, y por otro el Ayuntamiento considera que cerrar el acceso puede generar un caos circulatorio. En fin, por un lado, no sabemos qué clase de vecinos creen que hay en el barrio y por otro, los clientes del establecimiento sí tienen carta libre para colapsar las calles del barrio, pero los vecinos no para protestar por nuestros derechos. La balanza se decanta de nuevo del lado del poderoso», destaca la agrupación.

La asociación de vecinos se movilizó este lunes para obtener, con carácter de urgencia, la autorización de la Delegación Insular del Gobierno «para poder concentrarse en los aledaños del establecimiento y hacer visible así el malestar general por unos hechos que se han repetido demasiado a menudo este verano, y lo que es peor, que tememos que sigan repitiéndose en un futuro. Hoy son fiestas puntuales, pero a saber cuáles son las intenciones del promotor de cara a la próxima temporada», señalan.

La asociación considera esta fiesta «la gota que colma el vaso» tras lo ocurrido el domingo: «El pasado o domingo 22 de septiembre el caos volvió a adueñarse se los alrededores del establecimiento, un ir y venir constante de vehículos circulando por las calles del barrio, muchos de ellos a gran velocidad, algunos incluso en dirección prohibida; vehículos aparcados sobre las aceras, sobre los pasos de peatones, en los cruces de las calles, en las feixes que rodean la calle Garrovers; gente deambulando por las calles entre gritos y algarabía, algunos incluso orinando donde les iba bien en plena calle o en la puerta de algún vecino; botellones en cualquier calle; por no citar el reguero de basura que dejan a su paso y que la mañana del lunes todavía quedaba patente en la calle Garrovers», sigue la nota.

Por todo ello y vista la indignación general que se registra en el barrio, la asociación pedirá permiso para organizar una concentración de protesta en los próximos días.