Medio ambiente

«El alcantarillado es como el hermanito pobre del ciclo del agua»

La Alianza por el Agua pone sobre la mesa el problema que representan los vertidos de aguas pluviales con plásticos para el ecosistema marino

Imagen de archivo de una playa cerrada por un vertido en Sant Josep

Imagen de archivo de una playa cerrada por un vertido en Sant Josep / Ayuntamiento de Sant Josep

Pilar Martínez

Pilar Martínez

Ibiza

Las primeras lluvias que caen sobre los núcleos poblacionales acaban directamente en el mar, ríos o torrentes, arrastrando consigo toda la suciedad de las calles y generando un impacto en el ecosistema del que no siempre somos plenamente conscientes.

A pesar de existir una normativa legal que obliga a prevenir, controlar y limitar estos vertidos, que transitan por las mismas redes que los residuos del drenaje urbano, pocas poblaciones están preparadas para cumplir con el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, aprobado por el Real Decreto 849/1986, de 11 de abril y que desarrolla la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas.

Para dar a conocer este marco normativo, presentar la situación actual de la isla de Ibiza en este aspecto y guiar a los ayuntamientos con ejemplos de posibles acciones, la Alianza por el Agua ha organizado una jornada de debate que tendrá lugar el miércoles 25 de septiembre, de 16 a 19.30 horas en la sede del Consell insular.

Uno de los ponentes, Vicente Medina, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, explicó ayer a este diario la problemática que supone el sistema de drenaje urbano compartido con el pluvial que impera en la isla de Ibiza, mayoritario también en el resto de España, y que supone que cuando llueve, las primeras aguas que se recogen por las calles van directamente al mar a través de los aliviaderos, en lugar de ir a la depuradora para su tratamiento.

Depuradoras superadas

Esto se hace así porque «las depuradoras son biorreactores, seres vivos, ya que en su interior viven las bacterias que son las que limpian el agua», detalló Medina. Si las primeras precipitaciones van directamente a la depuradora, «de repente les metemos un volumen muy elevado de agua que perturbaría el equilibrio, se alterarían los procesos biológicos y las bacterias dejarían de desarrollar su cometido» disminuyendo la eficiencia de esta infraestructura.

Hasta ahora, «la ley que habla de contaminar el mar tiene una excepción, que son estos vertidos urbanos que se pueden tirar al mar durante las 72 primeras horas de lluvia a pesar de que incumpla las estrictas condiciones de calidad de agua de baño», explicó.

El problema es que esas aguas contienen no solo los residuos que arrastran a su paso por las calles, como colillas, toallitas y plásticos de todo tipo, sino que también limpian las alcantarillas de todos los sedimentos, por lo que tiene «una carga bacteriana potencialmente nociva muy fuerte», advirtió el experto. Estos vertidos, que salen por los aliviaderos, son conocidos como ‘plumas’ y se hacen visibles en el mar tras las lluvias por su diferente densidad.

El nuevo marco jurídico del que trata la jornada del miércoles intenta poner coto a este tipo de vertidos, exigiendo a los organismos encargados de la gestión del agua que tengan, para empezar, un plan integral de gestión del sistema de saneamiento que evite la contaminación del medio receptor. Para elaborar este plan se dan diferentes opciones, pero también órdenes más estrictas como la obligatoriedad de que «todos los aliviaderos tengan un sensor que al menos avise a la Administración de que se ha producido este vertido y su volumen para que puedan actuar en consecuencia», apuntó Medina.

Esta primera exigencia se está incumpliendo en toda Ibiza, «porque ningún aliviadero tiene sensores», aseguró ayer Marina Moheno, coordinadora técnica de la Alianza por el Agua.

También sugiere el decreto, como posible actuación que los ayuntamientos pueden reflejar en su plan integral, la instalación de sistemas de retención de sólidos, como las rejas de desbaste, para atrapar la basura de mayor tamaño antes de que llegue al mar.

En esos planes que deberán elaborar ingenieros especialistas por encargo de las entidades responsables, también puede programarse la instalación de depósitos intermedios, conocidos como tanques de tormentas. Estos depósitos almacenan el agua de la lluvia contaminada por el arrastre de residuos y poco a poco la van trasladando a la depuradora para su tratamiento.

El ejemplo de Barcelona

El problema de estas infraestructuras, de las que Ibiza solo dispone de una y hacen falta muchas más, es que, en el caso de las islas, «tienen que estar delante del mar porque el agua se recoje por gravedad, va siguiendo las pendientes y las interceptamos en el punto que podemos, antes de que salgan al mar y justo esta primera línea de costa es la más valorada, así que realizar ahí una actuación de este tipo, con las complejidades que tiene, es muy costoso y complicado técnicamente», expuso ayer este experto durante su conversación con este medio.

Este tipo de construcciones suponen una intervención en las ciudades que no suelen ser bienvenidas por la población local, un «problema muy grande» al cual Medina no es ajeno: «Las actuaciones que se hacen bajo tierra la gente ni las ve ni las valora, tienen un mal impacto político y mediático», consideró ayer. «Cuando hay mejoras en el agua potable sí se habla, porque es algo que la gente ve si abre el gripo y no hay agua, pero en el acantarillado es poco mediático, es como el hermanito pobre de todo el proceso del ciclo del agua», afirmó.

«Si queremos solucionar este problema de contaminación de aguas, todo el mundo tiene que ceder un poco», afirmó el experto universitario. «Lo que era aceptable hace 50 años en términos medioambientales hoy en día no lo es», aseveró Vicente Medina, que protagonizará una charla el miércoles con el título ‘Soluciones para el control y prevención de los vertidos al mar. El caso del Área Metropolitana de Barcelona’.

Jornada de debate

A las cuatro de la tarde del miércoles dará comienzo esta jornada con la bienvenida a cargo del conseller insular de Medio Ambiente, José Ignacio Andrés, seguida de la presentación del evento por Juan Calvo, director de la Alianza. A las 16.30 horas empezarán las charlas, que presentarán la situación de la prevención y los impactos del plástico en el mar en Ibiza, con ponencias de Marina Moheno, coordinadora técnica de la Alianza; Carme Alomar, investigadora del IEO-CSIC, y David Gamero, cofundador de Ocean Keepers. A las 18 horas será el momento de las propuestas de soluciones con Vicente Media, de la UPC; Carlos Garau, de Garau Ingenieros, y José Lluis Lucas, ingeniero electrónico del WDNA.

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