Violencia machista
Una mujer denuncia un intento de violación en una casa okupa de Ibiza
El presunto agresor le profirió amenazas e insultos asegurándole que después de violarla haría «desaparecer su cuerpo» y que «era su última noche con vida»

La sala amable para atender a víctimas de agresiones machistas del Hospital Can Misses. / Vicent Marí

Una mujer ha denunciado el intento de violación y de asesinato por parte de un hombre de su entorno, así como presuntas agresiones y amenazas, como refleja la denuncia presentada por la víctima. La denunciante acudió, el pasado 8 de septiembre, al cuartel de la Guardia Civil en Sant Josep para denunciar los hechos que había sufrido el día anterior en una vivienda okupada ubicada en la zona de Platges de Comte.
La víctima, de origen marroquí, explicó a los agentes que el hombre había actuado «de manera premeditada». Otro hombre la fue a buscar en coche a su casa, le tapo la boce con un trapo y la llevó al domicilio del supuesto agresor, quien la había citado con el falso pretexto de querer entregarle un libro.
La mujer, que camina con muletas porque está recuperándose de un esguince, indica que una vez que llegó a la vivienda donde el hombre reside con otras cinco personas, él la agarró del pelo y la cogió del pecho, tocándola, hechos que se describen en la denuncia.
Fue entonces cuando el hombre, que la mujer había conocido en el gimnasio, intentó violarla. La denunciante, sin embargo, consiguió zafarse debido a sus conocimientos en artes marciales y le propinó una patada en el escroto, lo que provocó que el hombre cayera al suelo de cara.
La caída le produjo varios cortes en la cara, según prosigue la denuncia, ya que en ese momento había cristales en el suelo. La mujer, por su parte, cayó sobre el sofá y en ese momento aprovechó para huir de la vivienda. Una de las mujeres que viven en el domicilio fue testigo de lo que sucedía.
«Será tu última noche viva»
«Soy afortunada de poder contarlo, porque casi no puedo», solloza la mujer, que asegura que tras intentar violarla tenía intenciones de terminar con su vida o así, por lo menos, se lo manifestó verbalmente. Durante largo rato, después de intentar violarla, estuvo profiriéndole amenazas que le condujeron a pensar que la intención que tenía el presunto agresor era matarla.
Entre estas frases amenazadoras, el hombre le aseguraba que , de ella, «tan solo iba a quedar la sangre» y que luego iba a «hacer desaparecer el cuerpo». También la intimidaba diciéndole que le «reventaría el pie del esguince», en referencia a la lesión que la víctima sufre. El presunto agresor, por otro lado, utilizó una de las muletas para golpearla, provocándole contusiones. Además, le aseguraba continuamente que «esa noche sería su última noche con vida».
En ese instante, otra mujer, que estaba observando la terrible escena, decidió intervenir. «No le pegues, no ves que tiene el pie mal», le espetó al hombre, a lo que él respondió dándole a ella también un golpe con una de las muletas para que se callara.
Fracturas y policontusiones
Después de sufrir el episodio, la mujer acudió al Hospital Can Misses donde fue atendida por los sanitarios del área de Urgencias afectada por un cuadro de ansiedad y en un estado de agitación y miedo que le provocaban continuos llantos. La mujer presentaba varias policontusiones a causa del forcejeo, entre ellas, un moratón en el ojo.
También tenía un «hematoma de gran tamaño» en su costado izquierdo, informa el parte médico del centro hospitalario, así como una fractura en el quinto metacarpiano de la mano derecha a causa de uno de los golpes que le propinó al hombre en la cara con la intención de defenderse, quitárselo de encima y así poder huir de la vivienda. Desde Can Misses, por otro lado, enviaron el parte médico al juzgado de guardia de Ibiza para que se hiciera cargo del presunto caso de violencia machista.
Al día siguiente, por indicación de los agentes, volvió al hospital para que los sanitarios describieran mejor las contusiones sufridas para adjuntar el parte de lesiones detallado a la denuncia y hacer una ampliación de la misma.
Los guardias civiles que la atendieron también le preguntaron por la identidad del hombre, a lo que la víctima contestó que podía proporcionarles una fotografía y les describió la complexión del presunto agresor, de origen marroquí. También les aportó los nombres de todas las personas que viven en la casa okupa donde se cometieron el intento de violación y las amenazas, junto con la calle y el diseminado donde se encuentra la vivienda.
Los agentes le preguntaron, además, a la denunciante, si la casa está en una parte aislada de esta zona de Sant Josep, o si, por el contrario, los vecinos de alguna casa contigua podrían haber sido testigos de la agresión. A lo que ella les contestó que si hubiera habido alguien en las viviendas cercanas a donde vive el hombre, podrían haber escuchado los gritos y los golpes.
En el cuartel le indicaron a la mujer el protocolo que tenía que seguir para seguir siendo atendida como víctima de una situación de agresión machista. «Quiero contar lo que me ha pasado, hacerlo público por si otras personas, igual que yo, estuvieran viviendo lo mismo», explicó ayer la mujer aún traumatizada por lo sucedido.
Por el momento, la Guardia Civil ya se ha hecho cargo del caso y desde el hospital ya derivaron el parte a los juzgados de Ibiza para que iniciaran, también, el procedimiento correspondiente, según las pruebas documentales aportadas por la víctima.
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