Psicólogo del SAMU 061 en Balears
Mateu Palmer, psicólogo del 061: «Un gran porcentaje de las personas que han muerto por suicidio lo habían avisado antes»
"Si alguien no tiene casa o dinero para pagarse la comida, probablemente el problema no es tanto sanitario como social"

Mateu Palmer Ferragut, psicólogo del 061, esta semana ante el antiguo edificio del Hospital Can Misses. / Vicent Marí

¿Hay un perfil concreto del paciente con conductas suicidas que llama al 061? ¿Predominan más en hombres o en mujeres? ¿Está siempre relacionado con trastornos de salud mental? ¿Es una cuestión médica o también social? Sobre estas y más cosas reflexiona Mateu Palmer, uno de los psicólogos del SAMU 061, tras pasar unos días en Ibiza para formar al personal de la isla. En el archipiélago hay tres psicólogos clínicos en la Central de Coordinación de Urgencias Médicas.
¿Qué se encuentran en el día a día?

Palmer, el miércoles, dentro de una ambulancia en Ibiza. / VICENT MARÍ
La mayoría de servicios que realizamos están relacionados con la conducta suicida. Nos encargamos de hacer contención verbal o de que el paciente con el que podamos hablar se sienta acompañado por nosotros en un momento difícil para él hasta que llegue algún recurso, alguna ambulancia.
¿Hay un perfil del paciente?
No le podría dar uno en concreto porque hay mucha diversidad entre la gente que llama. En cuanto al género, en cuestión de tentativas y lesiones autolíticas encontramos más mujeres que hombres. Pero respecto a años anteriores, esta tendencia se está reduciendo, es decir, cada vez más este número se está igualando por género, aunque actualmente sigue habiendo más mujeres que nos llaman por este motivo. No es así con las muertes por suicidio, donde hay más hombres que mujeres. Pero de nuevo se ve esta tendencia de que, respecto a años anteriores, la diferencia está reduciéndose. Cada vez hay menos diferencias por género en cuestión de números.
Durante la llamada, mientras el paciente espera que llegue el recurso, ¿qué herramientas utilizan ustedes como psicólogos?
Los tres psicólogos que trabajamos en ello en el 061 tenemos formación específica en esta parte del manejo de la conducta suicida en el ámbito extrahospitalario, en la calle o en la llamada. Tenemos un procedimiento para saber qué decir, cómo explorar esta ideación autolítica. Según lo que nos dicen, realizamos una valoración para ver si el paciente debe ir a Urgencias del hospital y si necesita que le atienda un psiquiatra o no, por ejemplo. Tenemos una serie de procedimientos y protocolos, una parte más bien técnica.
Y después de esta primera atención, se hace un seguimiento telefónico para saber si el paciente finalmente fue atendido, ¿no?
Correcto, esta es otra parte muy importante de nuestro trabajo. Nuestra intervención no acaba en el momento de la emergencia, sino que después realizamos un seguimiento de estos pacientes que han llamado al 061 para saber cómo ha quedado el informe de Urgencias, si están vinculados con algún servicio de salud mental...; y si no, si vemos que son pacientes que se han quedado descolgados y pensamos que a lo mejor deberían recibir alguna ayuda, nos encargamos de llamar en días posteriores a la intervención para aconsejarles sobre qué pueden hacer.
¿Quienes llaman suelen estar ya dentro del circuito sanitario de salud mental? ¿O hay de todo?
Hay un poco de todo. A veces hay mucha crítica, porque es verdad que hay listas de espera muy largas, pero la mayoría de los pacientes que acaban en Urgencias por una lesión autolítica acaban estando en seguimiento en algún servicio de salud mental. Es verdad que hay un porcentaje que no, pero la mayoría lo acaban estando. Y respecto a quienes llaman, hay de todo. Hay gente que está en seguimiento y gente que nunca ha estado en seguimiento de nada ni tiene antecedentes.
¿Las herramientas que utilizan estos psicólogos varían en función de cada paciente?
Claramente debemos tener en cuenta a quién tenemos delante o, en este caso, con quién estás conectado telefónicamente. No es la misma intervención la que haces con un adolescente tras una sobreingesta medicamentosa en un momento puntual de estrés, que con una persona de 65 años que tiene un plan estructurado que ha sido frustrado. La intervención cambia mucho según las características de la persona con la que hablas.
Cuando acuden al domicilio, entiendo que también hay un código sobre cómo tratar con los familiares o personas que estén en ese momento con el paciente.
Generalmente, cuando son mayores de edad, se le pide al paciente si tiene alguien a quien podamos avisar, que pueda estar en Urgencias. De esta parte se suele encargar el recurso asistencial: la ambulancia, el médico o quien sea que acuda al domicilio. Pero si son menores de edad tenemos la obligación de informar a los familiares o a quienes están a su cargo.
Se habla mucho del deterioro de la salud mental en los últimos años. ¿Desde este servicio también lo perciben?
Sí, pero he de admitir que es una percepción subjetiva. Supongo que se refiere a la pandemia o al periodo posterior, ¿no?
Exacto.
Nuestra sensación subjetiva es que, efectivamente, hay un aumento de la incidencia de cuestiones relacionadas con la salud mental.
Durante esta etapa se ha hablado mucho de los más jóvenes. ¿Ha habido una especial incidencia de las ideaciones suicidas en la adolescencia?
Puede que la población infantojuvenil haya sido la más perjudicada en estos últimos años, y donde la incidencia de trastornos mentales ha subido más. Sí que es verdad que en cuestiones de conducta suicida sigue siendo un número menor respecto a otros rangos de edad. Desde los 45 a los 55 años, aproximadamente, es donde encontramos más casos, y también entre la gente joven. Hay un pico estadístico entre los 18 y los 28 años. Pero, aunque en la población infantojuvenil todavía no hay tanta incidencia como en el resto de la población, ha aumentado.
¿También a raíz de la pandemia?
No podemos decir claramente que ha sido a raíz de la pandemia, pero sí que espaciotemporalmente hablando coincide con que ha habido un aumento en los últimos años. La causalidad directa no podría confirmarla.
Uno de los mitos en torno al suicidio es que quien dice que lo hará, no lo hace; pero los profesionales insisten en que esto no es así.
Efectivamente. Hay muchos mitos respecto al suicidio. Este en concreto es uno de los más comunes y es muy fácil contradecirlo, porque hay datos que indican que un gran porcentaje de las personas que han muerto por suicidio lo habían avisado antes: habían llevado a cabo algún intento o ya lo habían verbalizado.
Se ha debatido mucho sobre si la salud mental empeora por cuestiones ambientales o genéticas.
Para mí, un fallo grande que cometemos es que actualmente tenemos la tendencia a abordar el tema de la conducta suicida desde un ámbito puramente sanitario. Deben proporcionarse muchos recursos, y faltan, desde la sanidad, pero es un problema igual o incluso más grande desde el punto de vista social, es decir, es una cuestión de todos y también debe haber un aumento de recursos desde la parte social, porque hay muchas cosas en ese ámbito que no favorecen a las personas de cara a estar protegidas de sufrir un trastorno mental. Hasta que no tengamos claro esto, que es una cuestión de todos, posiblemente no habrá una mejora significativa. Si alguien no tiene casa o dinero para pagarse la comida, probablemente el problema no es tanto sanitario como social.
Por lo que detectan desde este servicio, ¿cuáles son los motivos por los que la gente llama? ¿Sobre todo por problemas económicos?
Sobre todo, no. Es algo muy diverso, cada persona es un mundo y normalmente tiene un motivo diferente, pero sí que es verdad que es relativamente frecuente que la gente pueda llamar a causa de una problemática social, a raíz de la cual pueda aparecer esta conducta en torno al suicidio.
¿El suicidio va siempre ligado a problemas de salud mental?
Categóricamente, la respuesta es no. En la mayoría de casos sí ocurre así, sí pasa que de forma comórbida hay una cuestión de salud mental, pero no podemos decir que en todos.
Al margen del sistema sanitario, si nos encontramos con alguien que nos exprese su voluntad de suicidarse, ¿qué recomendaría que hiciésemos?
Esto va relacionado con lo de antes: es un problema de todos, no solo de psicólogos o médicos. ¿Qué hemos de hacer? Algo un poco difícil, pero hay que distinguir una situación de urgencia de una situación que se trata de algo un poco más crónico. Si es de urgencia, sin duda hay que llevar a esa persona a Urgencias del hospital y, en caso de que no se pueda, llamar al 061 para que desde aquí valoremos qué es necesario. Si es algo crónico, yo animaría a que lo pueda comentar con su médico de cabecera, quien a lo mejor puede derivar a una unidad de salud mental; y tú, como familiar o amigo, puedes ayudar a esa persona, intentar salir por ahí, realizar actividades juntos, que se sienta con la confianza de que te puede contar cosas... Los familiares y amigos también hacen una intervención en este sentido.
Antes decía que son tres psicólogos. Estos días han estado en Ibiza, ¿verdad?
Sí. Por ahora los tres trabajamos en la Central de Coordinación de Urgencias Médicas. Físicamente estamos en Palma. Estos días mi compañera Júlia Monge [ha estado en la base de Sant Antoni] y yo [en la de Can Misses] hemos estado en Ibiza y la semana que viene el otro compañero, Luis Conrado, para dar una formación al personal del 061 en cuestiones comunicativas, sobre cómo dar malas noticias, por ejemplo, y otros aspectos. Además, hemos estado rotando con las ambulancias, haciendo servicios. Se trataba también de conocernos entre compañeros. Nos hemos sentido muy acogidos, muy cómodos, la bienvenida ha sido espectacular; seguro que volveremos.
¿Cuántas llamadas atienden cada día en las Pitiusas?
Le puedo decir que a nivel general en Balears aproximadamente recibimos una media de diez llamadas al día relacionadas con la conducta suicida. Y en el 2023, este número de llamadas en las Pitiusas, fue, en términos de incidencia relativa, es decir, por población, muy parecido al que hubo en Mallorca.
Estas diez llamadas al día incluye tanto a personas con ideas suicidas como a quienes ya lo han intentado, ¿no?
Correcto, aquí entran llamadas de alguna persona que a lo mejor ha hecho una gran ingesta medicamentosa o personas que están pensándolo, que tienen la intención de hacerlo y alguien les dijo en su momento que llamasen al 061 si les pasaba.
Antes se creía que si los medios de comunicación hablan del suicidio estaban incitando o dando ideas. El efecto llamada.
En España tenemos la suerte de contar con una asociación muy potente, Papageno, que se dedica a estas cuestiones, y está más que demostrado que dar una noticia sobre la conducta suicida, contada de buena forma, es decir, escapando del morbo, se ha visto como una forma de prevención del suicidio. Que sea un tabú favorece que puedan continuar apareciendo estas conductas suicidas.
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