Movilización contra las excursiones en ‘buggy’ por caminos de Ibiza

La proliferación de excursiones guiadas con buggies por Ibiza empieza a generar un movimiento de oposición, al igual que ya sucede desde hace meses en Mallorca. Esta semana, un grupo de vecinos de los alrededores del instituto de Sant Agustí ha iniciado una recogida de firmas para que se ponga fin a las molestias que ocasionan estas rutas motorizadas.

En su escrito de denuncia, que presentan mañana en el Ayuntamiento de Sant Josep, los afectados critican que los grupos de buggies pasan dos veces al día delante de sus casas «sin respetar caminos residenciales, levantando polvo y produciendo ruidos insoportables». También advierten de que se trata de vehículos de gran tamaño que suponen un peligro para la gente que transita por la zona.

"Van a toda velocidad y ni tan siquiera la reducen cuando pasan delante de nuestras casas"

Las familias afectadas viven en casas de campo diseminadas a las que acceden por caminos sin asfaltar. Las molestias empezaron este mismo verano, cuando una empresa de Sant Antoni empezó a comercializar excursiones motorizadas por el litoral de Sant Josep y por el interior de este municipio.

Velocidad y molestias

Según detallan, los grupos de turistas forrman convoyes de hasta una decena de vehículos de grandes ruedas y para cuatro plazas. «Ellos mismos van con gafas protectoras y tapados con pañuelos para que no les entre el polvo. Van a toda velocidad y ni tan siquiera la reducen cuando pasan delante de nuestras casas», se resignan.

Además, como se trata de un fenómeno que han empezado a sufrir esta temporada y ya se ha consolidado con rutas diarias por la mañana y por la tarde, se temen que «esto va a ir en aumento y puede ser un sinvivir».

A raíz de la presión popular, varios municipios mallorquines han modificado sus ordenanzas municipales para restringir estas excursiones

En estos momentos, hay cinco empresas en Ibiza que ofrecen en internet la posibilidad de reservar rutas guiadas en grupos de buggies. Cuatro de ellas tienen sede en Sant Antoni y la otra, en Platja d’en Bossa.

En Mallorca, los movimientos vecinales contra esta práctica ya se originaron a principios de verano. Esta oposición logró gran notoriedad a principios del mes pasado, cuando unos vecinos de Son Macià (Manacor) cortaron con balas de paja un camino por el que transitaban los buggies, en las que se sentaron a merendar melón.

A raíz de la presión popular, varios municipios mallorquines han modificado sus ordenanzas municipales para prohibir estas excursiones o vetar su paso por los caminos en espacios protegidos. Es el caso de Algaida, Andratx, Felanitx o Santanyí.

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