Las desaladoras siguen sin ofrecer agua a camiones cisterna a pesar de tener dispensadores desde hace nueve años
La conselleria del Mar y Ciclo del Agua estudia todavía el modo de utilizar la producción excedente de una de las desaladoras cuando la infraestructura para ofrecerlo a camiones cisterna casi ha cumplido una década

Dispensador de agua para camiones cisterna, junto a la desaladora de Eivissa. | MARCELO SASTRE

El año 2015 fue crítico en materia hídrica para Ibiza. La isla entró en situación de alerta de sequía antes del inicio del verano. Las reservas de agua subterránea se situaron en el mes de agosto en el 25%, el punto más bajo de la serie histórica. El suministro de agua desalada era limitado y los acuíferos sufrían una presión en verano superior a su tasa de recuperación.
En el mes de septiembre, el Govern balear, presidido por Francina Armengol, decidió impulsar una medida ambiciosa. El reglamento de declaración de situación extraordinaria de sequía en Ibiza obligaba a que toda el agua suministrada a través de camiones fuera desalada. Eso sí, añadía una coletilla: «En función de su disponibilidad cuantitativa y técnica».
La medida fue un brindis al sol. Las dos desaladoras que había en aquella época no contaban con la infraestructura adecuada para suministrar agua a camiones. La Agencia Balear del Agua de las Illes Balears (Abaqua) se puso manos a la obra e hizo los cambios necesarios para habilitar los dispensadores para camiones cuba. Las obras costaron 258.000 euros.
En agosto de 2024, con las reservas hídricas en descenso y la isla a punto de entrar en situación de alerta de sequía, sigue sin ser posible cargar ningún camión de suministro de agua a través de las desaladoras. Desde la dirección general de Recursos Hídricos indican que está en estudio, casi una década después de la instalación de los dispensadores, «la opción de utilizar una capacidad remanente de una de las plantas que no puede ser usada por limitaciones en la capacidad de transporte de la red de alta».
Confirman que las tres desaladoras de Ibiza disponen de dispensadores para agua a camiones. Su instalación fue en el 2015 y no se pusieron nunca en servicio.
Abaqua evalúa la posible puesta en marcha de un punto de carga, sin disminuir los caudales que se suministran a los Ayuntamientos a través de la red de suministro, para habilitar un dispensador.
Advierten que las plantas desaladoras «actualmente producen a total capacidad, incluso por encima de su caudal de diseño y se entrega íntegramente a los ayuntamientos de la isla».
Sin tarifas
Desde la conselleria del Mar y el Ciclo del Agua, señalan que el modelo de gestión del suministro de agua desalada para cubas en otras islas (Mallorca y Formentera) es municipal, mediante tarifas fijadas para el abastecimiento directo a camiones tanto de empresas privadas como de los ayuntamientos que puedan requerir este agua.
Sería por tanto necesaria la aprobación de estas tarifas, paso previo que todavía no se ha llevado a cabo. En una entrevista en la cadena Ser en el mes de enero, el director general de Recursos Hídricos, Joan Calafat, indicó que el Govern ya lo estaba preparando todo para que las infraestructuras y los precios estuvieran listos antes del verano, haciendo posible dar este servicio.
Sin embargo, ya en aquel momento advertía de las dificultades de ofrecer suministro de agua desalada en verano para los camiones, dado que «no es suficiente el agua que las infraestructuras son capaces de desalar y sólo alcanza para cubrir la demanda» de las redes municipales. Las desaladoras de la isla producen en época estival por encima del 100% de su capacidad.
En el año 2016, los ayuntamientos de Ibiza y Sant Antoni ya alcanzaron un acuerdo verbal para fijar una tarifa común de suministro a camiones de agua desalada en sus respectivas ordenanzas. Nunca se llegó a aprobar ante la falta de funcionamiento de los dispensadores.
Actualmente se debería incorporar el municipio de Santa Eulària a la fijación de estas tarifas.
Indignación de las empresas
Los recientes problemas de suministro de agua de pozo a las empresas de camiones de agua potable ha provocado indignación por la falta de puesta en funcionamiento de los dispensadores de las desaladoras, que podrían dar respuesta a esta situación y aliviar el consumo del agua subterránea.
«Se gastaron varios millones de euros para hacer la instalación en las desaladoras de Ibiza, Sant Antoni y Santa Eulària y ¡no se ha cargado ni un camión!», criticó indignado el empresario Enrique Tortosa, que lamentó que se hubiera anunciado «a bombo y platillo» la medida hace años para nunca ponerla en marcha.
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