Obras

Remodelación de Ca na Negreta: «Habrá ruido y polvo, pero es para mejor»

Los vecinos del barrio están satisfechos por las mejoras que traerán las obras, que en esta primera fase se centran en 485 metros lineales que van de Can Toni hasta el inicio de la zona industrial. La semana pasada se cortó uno de los accesos al núcleo urbano y este lunes se ha empezado a trabajar en el carril que conduce de Eivissa a Santa Eulària.

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

El mes de julio ha sido definitivo para el inicio de la remodelación del núcelo urbano de Ca na Negreta. El pasado día cinco se dieron por iniciadas las obras de la primera fase y, tras los trabajos realizados en aceras y en las zonas anexas a la vía principal del barrio, la semana pasada se empezó a trabajar en el carril dirección Ibiza-Santa Eulària, que está cerrado desde entonces. A pesar de las molestias que generen las obras, que está previsto que duren diez meses según el contrato que se adjudicó la UTE formada por Hermanos Parrot y Tecopsa, la sensación general entre los vecinos es de alegría y agradecimiento por los que traerán.

Ahora «habrá ruido y polvo, pero lo aguantamos porque luego tendremos beneficios y las casas se van a revalorizar», afirma Encarna Gómez, vecina de la zona desde hace más de 52 años, lo que para ella supone «toda una vida». Gómez es sevillana y se mudó a Ibiza, y en concreto a Ca na Negreta, porque su familia fundó en este núcleo urbano la empresa Toldos Sánchez hace más de 30 años.

Encarna Gómez, cerca de una parada de autobús. |

Encarna Gómez, cerca de una parada de autobús. / Marcelo Sastre

La vuelta de la tranquilidad

En todo el tiempo que Gómez vive en este barrio, recuerda que sintió una «tranquilidad enorme» cuando se llevó a cabo la desviación de la carretera principal a Santa Eulària. También menciona el esfuerzo que le suponía cruzar desde la empresa familiar al otro lado de la carretera, donde se encuentra su casa, antes de que se instalase el semáforo: «He estado trabajando 20 años en Toldos Sánchez y tenía que salir antes de la una porque si no estaba un cuarto de hora esperando», explica en alusión al volumen de tráfico que había antaño. Las modificaciones realizadas no supusieron un contratiempo para el negocio «porque las pocas industrias que hay aquí tienen su clientela y como aquí el boca a boca va bien, los clientes buscan el sitio», asegura Gómez.

Las obras actuales se centran en 485 metros lineales que van desde Can Toni hasta la zona industrial. En este tramo está previsto incluir plazas de aparcamiento, un carril bici y aceras para peatones, y Gómez considera que «los beneficios que vengan, serán buenos para todos».

Un parque para grandes y «chiquitos»

En su caso, también apunta a las obras que llegarán en otra fase, que traerán «un parque infantil y creo que jardines» en un solar que Gómez apunta que «siempre ha estado vacío». Ella tiene tres hijas que ya son mayores pero, de haber contado antes con estas instalaciones, está segura de que las hubieran usado. Explica que «jugaban en el campo que hay detrás [de las casas], donde habían algarrobos». De hecho, Gómez apunta a una de las costumbres adquiridas entre algunas de las madres del barrio, que muchas veces se juntaban: «Decíamos que hacíamos una excursión a Jesús» para llevar a los niños al parque del pueblo.

Nadia reside en Ca na Negreta desde hace 23 años y se acostumbró a hacer estas caminatas: «Siempre íbamos hasta Jesús. Como yo no tengo coche, iba andando», relata sobre un recorrido que solía llevarle media hora de caminata. «Ahora estoy muy contenta porque van a hacer un parque para grandes y chiquititos», asegura. Los hijos de Nadia ya son mayores, pero recuerda que siempre iba con el carrito y la zona era muy insegura antes de la llegada de los semáforos: «Había muchos accidentes», recuerda. Además del parque, a Nadia también le gusta la idea del carril bici: «Siempre tengo miedo por mi hijo. Me asomo a la terraza cuando veo que sale. Es peligroso», relata sobre una situación que está segura de que cambiará tras la primera fase de las obras.

Precisamente, para Lluís Daifa la importancia de esta reforma se encuentra en la mejora de la seguridad de la zona para sus habitantes. Es vecino del barrio desde 1974 y dueño de Can Daifa desde los años noventa.

Modificaciones en el entorno

Considera que para su negocio, la circunvalación ha traído mejoras: «Antes los clientes no podían venir porque había mucho tránsito, no podían salir a la carretera. No había aparcamiento. Bueno, todavía no lo hay, pero como hay menos tránsito y la gente aparca aunque sea sobre la acera... Los clientes están más contentos y vienen más», afirma.

Al hablar de los aparcamientos, su ubicación es una preocupación para Emilio Moreno, vecino de Ca na Negreta desde hace 61 años, que vive «justo frente a la parada del autobús». «¿Dónde van a hacer ahí aparcamientos?», se pregunta con la preocupación de que afecten al entorno de su hogar. «No pueden hacerme aparcamientos delante de mi casa, porque daría a la ventana [del cuarto] donde duermo. Que hagan acera o jardinería, pero aparcamientos no», insiste, antes de apuntar que su hijo forma parte de una de las asociaciones de vecinos del barrio y no olvida reiterarlo en las reuniones que se celebran.

Para Toni Marí Marí, dueño de la serrería de Ca na Negreta, las obras no traerán mejoras directas: «Yo me comprometí a que la cerraría», comenta en referencia a una promesa que hizo al anterior alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, según detalla. Por el momento, la empresa no produce, pero vende el material que tiene en stock: «Mesas, maderas...», detalla Marí. Sobre sus motivos, apunta que «si hacen una obra de estas, la serrería es molesta para el casco urbano». Teniendo tan claras las cosas, Marí considera que las obras son «muy buenas para el barrio. Ahora habrá que darle un cambio, más enfocado a viviendas y no a la industria», opina.

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