Ibiza medieval 2024 | Tercera jornada
Ibiza Medieval: Un Medievo para comérselo
La Fira Eivissa Medieval 2024 cuenta con una gran cantidad de puestos que permiten probar, gozar y llenar la barriga de comida. Las empresas vienen desde todas partes de España y ofrecen productos internacionales y locales. Todos los platos se pueden probar hasta hoy por la noche.

Mira aquí las imágenes de la oferta gastronómica de la Feria Medieval de Ibiza / Toni Escobar

Sólo con pensar en la gran variedad gastronómica que se ofrece en la Ibiza medieval, se hace la boca agua. Patatas artesanas, salchichas, salchichones, quesos de todas las partes del mundo, una gran variedad de carnes... Y que no falten los dulces, entre los que se pueden degustar pastas marroquíes, árabes o turcas, además de infusiones y las más atractivas chucherías.
Entre los alimentos que se ofrecen hay de los que se traen desde la Península, y están los que se adquieren en Ibiza. Como es el caso de los del puesto Cerdo estilo medieval que se encuentra subiendo al baluarte de Santa Llúcia y ofrece un cerdo asado cada día de la feria, según cuenta Derlis, sobre el ejemplar del que «se come todo y no queda nada de nada» al final de la jornada. Para obtener este resultado, el cerdo se cocina desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche y hay dos personas pendientes de él todo el día, pues «conforme se va haciendo, se va fileteando». También tienen piezas de jamón asado porque «hay bastante gente y no se da abasto con un único cerdo», afirma Derlis mirando la pieza en plena cocción, que atrae mucho a los turistas: «Ver un cerdo pinchado les parece muy curioso». Todo el material con el que cuenta su puesto se compra en Ibiza: «Lo pedimos por encargo», señala. Además de los cuatro cerdos, que llegan pesar «1.200 kilos», también encarga «unos 700 kilos de jamón».
Ibiza, destino preferido
El medieval de Ibiza es «uno de los mejores eventos que hay en toda España», afirma Derlis. Aquí, su «plato fuerte» es el bocadillo de cerdo, que es lo que más vende.
Frente a su puesto está Pulpalia, que dispone de una parrilla de carne y una gran cazuela, frente a la terraza que tiene habilitada como comedor, de la que asoman varios brazos de pulpo. Como el cefalópodo atrae la vista, es el plato estrella, cuenta Francisco, aunque «hay que ser honestos», contesta al preguntarle por su procedencia. «Galicia poduce muy poco y cada vez está más demandado a nivel mundial, por lo que el mayor producto de calidad es el de Marruecos. Es un pulpo con el brazo más grande, la cabeza más pequeña y es un poquito más duro, por lo que se puede aprovechar al día siguiente», apunta. Octópodos a parte, entre la carne que se cocina hay «costilla de cerdo, chorizo criollo, chorizo rojo, pimientos de Padrón, pollo, jamón cocido...», e incluso tarta de Santiago.

Imagende la oferta gastronómica de la Feria Medieval de Ibiza. / Toni Escobar
El puesto de Francisco estuvo por primera vez en el medieval de Ibiza hace 20 años, y considera que Dalt Vila es «un entorno lleno de belleza y alegría. Te impacta agradablemente». Para estar aquí un año más, ha viajado desde Lugo hasta el puerto de Valencia con varios vehículos industriales, una experiencia que no deja de considerar «superbonita», al ser la isla su destino.
Producto local
Unos pasos más adelante, se encuentra el foodtruck negro (camión de comida) de Salewski Artesanos, nombre que hace honor al apellido de Werner, el actual charcutero, cuyo padre inició una fábrica de embutidos artesanales «alemanes, pero hechos aquí», hace 48 años. Según cuenta, ahora sólo hacen salchichas, y Werner prepara «unas 2.000» para el medieval, en el que participa desde hace tres años. Ofrece cuatro variedades de salchichas que tienen «muy buena acogida de todo el mundo», indica. La que más suele vender es la salchicha clásica y cada año «va a mejor». Cuando no está de ferias, las vende en su fábrica, en el barrio de Can Marsà.
Otro de los puestos que ofrece comida preparada con producto local es Patatas artesanas, desde donde Joaquín explica que ha comprado «unos mil kilos» de patatas. La empresa para la que trabaja es de Jaén y él lleva desde el lunes preparando el viaje a Ibiza. Aquí le preguntan mucho sobre su cocina, con preocupación por los alérgenos, pero «solo se fríen papas», asegura. Pela las patatas a mano y tarda entre tres y cuatro horas: «Todo el día, pero a gusto, porque tengo aquí unas vistas preciosas, el personal es encantador y el público excelente», sentencia.
A unos pasos de Joaquín está Miguel, en el puesto Bocadillo Medieval, que pasa su cuarto año en la feria. Trae desde Murcia unos «700 kilos entre hortalizas, carne y pan», porque su producto más vendido es el bocadillo. Afronta «con ganas» su presencia en la isla porque supone «visitar un lugar nuevo, mundialmente conocido», cuenta Miguel.
Un poco de picoteo
A quienes se acerquen al medieval sin la voluntad de quedarse a comer, siempre les puede tentar picar de una bandeja de quesos o embutidos, como las que ofrece Carlos en Ibéricos, Esencia Extremeña. «Morcillas patateras, tacos de jamón, lomo de bellota...» son algunas de las variedades que trae de Extremadura. Viene al medieval desde hace «nueve o diez años» y aquí siempre vende «queso, los choricitos de herradura o salchichón», comenta. Para llegar a la isla, hace siete horas de trayecto en coche hasta Denia para coger allí el barco: «Y a la vuelta igual, aunque esperamos descargar lo menos posible», asegura con esperanza de vender mucho. Estar aquí le supone «más gastos que una feria normal en la Península», aunque le gusta y por eso sigue viniendo.
También con quesos de todas las variedades, e incluso internacionales y premiados mundialmente, el puesto Quesos artesanos hace 18 años que participa en el medieval. Trabajan «principalmente con el queso Vélez Málaga, además de varios quesos manchegos», entre otros, que enumera Olinga, trabajador del tenderete. Cuentan con «varios premios de ámbito internacional» en quesos de cabra, aunque también hay un queso manchego de cinco años con una medalla de bronce y venden el «moliterno italiano tricampeón del mundo», asegura. En Ibiza el queso de cabra es lo que más se compra, aunque «el chorizo de ciervo también está gustando», afirma Olinga.

Oferta gastronómica de la Feria Medieval de Ibiza. / Toni Escobar
Caprichos dulces
Para quienes son más de dulce, pero dulce medieval, en Sabores del mundo Amira vende pastelitos turcos y árabes que vienen desde el antiguo Imperio Otomano. Hace cuatro años que viene a Ibiza, donde lo que más vende son «los pastelitos de almendra y coco», aunque, como señala, siempre depende de los gustos. Anás, que también tiene un puesto con dulces, opina igual. Depende de los gustos, trata de explicar. En su caso, tiene el puesto en el baluarte de Santa Llúcia y cuenta con dulces árabes y «nueve de Marruecos». Estos últimos se preparan «en casa», que para él es León. «Todas las pastas llevan frutos secos», cuenta sobre las alrededor «10.000 pastas» que traen y ofrecen con té verde y hierbabuena.
También con gominolas naturales y tisanas, Mateo cuenta en El Ermitaño que recoge y seca las plantas con las que crea todo tipo de infusiones: «Para problemas articulares, nerviosos, depurativos...». Ahora, lo que más le piden se centra en la «operación bikini», asegura.
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