Abaqua contrata por casi 50.000 € los trabajos de perforación para inyectar agua desalada en un acuífero de Ibiza

La infiltración se llevará a cabo para evaluar la posibilidad de almacenar en invierno agua desalinizada para utilizarla en las puntas de verano, cuando la producción de las plantas es insuficiente para cubrir la demanda

Parte de las instalaciones de la desaladora de Santa Eulària. | J. A. RIERA

Parte de las instalaciones de la desaladora de Santa Eulària. | J. A. RIERA / eugenio rodríguez. eivissa

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

La Agencia Balear del Agua y Calidad Ambiental (Abaqua), empresa pública de la Comunitat Autònoma, ha adjudicado, mediante un contrato menor, a Perforaciones Joan des Gall SL por casi 50.000 euros los trabajos de perforación y sondeo para inyectar agua desalada en el subsuelo en Santa Eulària, junto al depósito de Can Guasch.

Se trata de la prueba piloto, tal como publicó este diario, del proyecto de Abaqua para evaluar la posibilidad de almacenar agua desalada en un acuífero en invierno (las desaladoras no funcionan al cien por cien de su capacidad) con la finalidad de utilizarla, en caso de necesidad, en las puntas de verano, cuando la producción de las tres plantas de la isla es insuficiente para cubrir la demanda que genera el turismo.

El plazo de ejecución de la perforación y el sondeo es de dos meses. Este ensayo se fundamenta en que, según los técnicos, hay un elevado nivel de confinamiento del acuífero en una superficie aproximada de un millón de metros cuadrados, sobre todo en la zona del depósito de Can Guasch, donde se llevará a cabo el sondeo.

La cartografía geológica y las mediciones efectuadas en los pozos de control permiten pensar que hay «un alto nivel de probabilidades» de que se pueda almacenar agua en el subsuelo. De todos modos, se debe evaluar. Aun siendo una zona impermeable, se debe descartar que las calizas puedan estar fracturadas y, además, afinar más la superficie real.

Proyecto de ampliación de la desaladora de Santa Eulària

El director general de Recursos Hídricos, Joan Calafat, explicó que si esta prueba da el resultado esperado, se abre una vía para aumentar las reservas de agua de la isla a corto plazo mientras se ejecuta la ampliación de la desaladora de Santa Eulària. Precisamente, Abaqua ha adjudicado a Soluciones North Line SL, por 205.700 euros, casi 40.000 euros menos del presupuesto de licitación, la redacción del proyecto de ampliación de esta planta, con un plazo de ejecución de siete meses y medio.

Aparte, la conselleria balear del Ciclo del Agua y del Mar se ha dado un plazo de un año para estudiar la viabilidad de construir una cuarta desaladora en la isla; en concreto, en Sant Josep.

El año pasado se alcanzó una nueva cifra récord en el consumo de agua desalada en Ibiza, con un total de 12,4 hectómetros cúbicos, un 3,5% más que en 2022. A partir de 2019 se produjo un punto de inflexión, al pasar de 8,3 hectómetros cúbicos del año anterior a 10,7, cuando por primera vez la producción de agua desalinizada superó al consumo de agua de pozo.

150.000 metros cúbicos como mínimo

La prueba consistirá en una infiltración de agua desalada en el acuífero en el barrio de Can Guasch, junto al depósito de la interconexión, y otro al lado de la desaladora. El gerente de Abaqua, Emeterio Moles, estima que será necesario inyectar al menos un volumen de 150.000 metros cúbicos de agua para obtener un resultado concluyente.

Al estar por encima del nivel del mar, inicialmente el punto de infiltración de Can Guasch es el que genera más expectativas. En todo caso, también se ha previsto inyectar agua de la planta de Santa Eulària en un tercer punto, ubicado en el depósito de Can Ribas, en es Puig de sa Creu.

Si se confirma la viabilidad de esta iniciativa, la recarga del acuífero con agua desalada sólo se llevaría a cabo «en períodos de bajas precipitaciones y en situación de prealerta [como ahora] o alerta de sequía». De lo contrario, si se infiltrase agua cuando el acuífero se encontrarse a un nivel alto de su capacidad, se correría el riesgo de que se pudiera desbordar el espacio impermeable. Y si eso sucediera, no sólo se perdería el agua desalada inyectada en el subsuelo sino también la capacidad de que se almacenase el agua de lluvia.

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