Antoni Domènech (Reus, 1959),después de una larga trayectoria profesional en Try Hotels, Meliá o Barceló, se incorporó en el año 2016 a Hiperion Hotel Group como director general y CEO de Vibra Hoteles. Esta empresa gestiona 32 hoteles y casi 5.000 camas en la isla de Ibiza, y su proceso de reconversión, en el que ha aumentado la categoría de sus establecimientos, ha contribuido a marcar el posicionamiento de la isla en los últimos años como destino turístico.
Estamos en la segunda semana de septiembre. ¿Qué valoración le pondría a esta temporada turística, que muchos han calificado como ‘rara’?
Para nosotros ha sido una temporada excelente. No tiene otro nombre. Si hablamos del número de noches de hotel, hemos hecho un 4% más que en 2022, que ya fue un año de récord. Más habitaciones reservadas y con un precio medio que ha subido un 12% respecto al año pasado. Y repito, siempre teniendo en cuenta que 2022 fue un año excepcional y de récord, en el que se lograron cifras nunca vistas.
Se habló de un importante parón de las reservas a mediados de mayo, que obligó a los hoteleros a bajar los precios.
Bueno, los números son tozudos y los resultados son excepcionales. Nuestra impresión es que hubo un par de momentos en los que el nivel de reservas aflojó. Uno fue cuando se convocaron las elecciones generales [Pedro Sánchez realizó el anuncio el 29 de mayo] y es cierto que ahí el mercado nacional aflojó. Los españoles suponen el 23% de nuestro mercado y notamos ese parón, evidentemente. Cuando la gente tiene incertidumbre y prefiere no reservar lo notamos, porque nosotros solo tenemos un 13% de reservas a través de turoperadores, el resto nos llega a través de venta directa y de webs, con mucha reserva de última hora. Después de la convocatoria tuvimos10 días flojos pero luego se recuperó. En agosto no hemos tenido que bajar precios. Además, se ha notado el avance del inicio de la temporada y la apertura de las discotecas. La ocupación en mayo se disparó, y abril también tuvo unas cifras brutales, de récord para este mes.
¿La recuperación del mercado británico ha sido la clave de esta temporada?
Efectivamente, de la misma manera que fue el mercado nacional el que lideró las subidas del año pasado, que fue una barbaridad. Este año, el británico ha vuelto a ser nuestro primer mercado, alcanzando un 33%. El italiano ha bajado un poco, se ha quedado en un 17%. A más distancia, ya llegarían el resto de mercados.
Este año se ha puesto sobre la mesa el debate sobre el turismo del lujo. Se cuestiona si se apuesta en exceso por un turismo de alto nivel adquisitivo que perjudica a bolsillos menos privilegiados y de clase media. ¿Cómo se posicionan ustedes?
Yo no juzgo lo que hagan las otras empresas, lo único que puedo explicar es el camino que hemos seguido en nuestra compañía. Vocacionalmente, el discurso de la empresa es que queremos ser una compañía de hoteles de tres y cuatro estrellas. La idea es estar en Ibiza en un segmento medio, medio-alto. No queremos ir a las cinco estrellas, ya que cuestan mucho los servicios y nosotros, en la gama que tenemos actualmente, ya estamos en una posición confortable. Tenemos una cuota de mercado que nos hace reconocibles, un estándar de tres y cuatro estrellas que funciona.
¿Qué fortalezas y debilidades le ve a Ibiza como destino turístico?
¡Es que se trata de un destino tan fuerte! El papel que juega la marca Ibiza en nuestros resultados es muy importante. Tenemos las mejores playas, un tiempo magnífico...
Pues hábleme, al menos, de las debilidades.
Existen, aunque creo que se están abordando seriamente. Por ejemplo, cuando se habla de la limpieza de Vila, que es un tema gravísimo pero sobre el que, afortunadamente, el nuevo equipo de gobierno municipal está trabajando. También está la sobreocupación que sufre la isla por culpa de los alquileres turísticos ilegales. Se están haciendo cosas para resolverlo, el Consell está en ello, la inspección parece que funciona pero hay que hacer mucho más. Tenemos un gran problema con las plazas ilegales. Luego está lo del aeropuerto, que no puede seguir así, no puede funcionar de esta manera. No pueden haber estas colas, no podemos estar con el parking sin acabar. Son cosas que para un destino tan fuerte como Ibiza, tampoco le hacen tanto daño, pero que no ayudan en absoluto. Si esto lo tenemos arreglado, Eivissa será indestructible.
¿Qué opina de la moratoria de plazas turísticas? ¿Cree que debería haber un aumento?
Creo que la normativa es la correcta y que no se debería sobredimensionar las plazas de la isla, aunque puede haber casos especiales. Admito que me cuesta pronunciarme sobre este tema.
¿Han tenido problemas para completar la plantilla?
Es el primer año en los últimos tres en que lo hemos logrado. Contamos con 1.400 trabajadores en la isla, que son los que necesitamos. Tenemos una base sólida de 1.000 trabajadores y luego otros 400 que van rotando y que son difíciles de cubrir porque cuesta encontrar personal cualificado. No hemos tenido más remedio que hacer un esfuerzo brutal para encontrar alojamiento para el personal, lo que nos ha obligado a hacer una inversión de casi un millón de euros. Tenemos 800 trabajadores veteranos que llevan muchos años con nosotros y que viven de forma estable en la isla. Después hay 400 trabajadores más a quienes ofrecemos alojamiento y otros 200 que no lo tienen y que sufren muy directamente el problema de la vivienda de la isla.
¿Ofrecerán alguna opción habitacional a estos trabajadores?
Tenemos dos edificios que no cuentan con licencia turística y que hemos proyectado convertir en habitaciones para alojar al personal. Desde el año 2017 estamos a la espera de que el Ayuntamiento de Sant Antoni nos dé el permiso. Para uno de los edificios están a punto de decirnos que sí, y para el otro estamos esperando. Nos permitirían alojar a 150 trabajadores más. Uno de ellos es el antiguo hotel Picadilly, que tuvo okupas durante un tiempo. Presentamos el proyecto en 2017 y estamos todavía a la espera.
Sorprende que la tramitación del Ayuntamiento se demore tanto tiempo.
Y a mí. ¡Han pasado seis años! Y con el problema habitacional que tiene esta isla... Y el otro alojamiento sería en el antiguo Hostal Royal, en la calle Progrés.
Los anteriores propietarios del Grupo Playa Sol adquirieron el edificio Montemar, cerca de la Plaza Espanya de Sant Antoni, que lleva cerrado desde entonces.
Es un edificio residencial que no tiene licencia de hotel. Podríamos hacer apartamentos para venta y alquiler. Todavía lo estamos pensando.
Es un edificio grande, muy céntrico y que lleva tapiado muchos años.
El anterior propietario supongo que quería hacer un hotel pero no puede ser porque no tiene licencia. Está calificado como residencial y a ver qué podemos hacer. Se tapió la entrada y hemos hecho algunas intervenciones en el edificio para garantizar la seguridad.
En octubre empiezan las obras de reforma del antiguo Hotel Catalina, en ses Variades, para convertirlo en un hotel de cuatro estrellas. ¿Cree que ses Variades puede transformarse como ya lo ha hecho la zona de cala Gració?
Sí, y nos interesaba mucho este proyecto porque creemos que es muy importante para Sant Antoni. El Ayuntamiento está encantado y supondrá revitalizar la zona. Nosotros tenemos mucho que ver con la transformación de Sant Antoni. No olvidemos lo que era antes el Hotel Piscis, que se ha convertido en el Vibra District, como se llama actualmente. La entrada de la ciudad ha cambiado completamente de imagen, se ha pasado de dos a cuatro estrellas con una inversión importante. Respecto a ses Variades y el conjunto de Sant Antoni, creo que se está trabajando en la dirección adecuada y no sólo nosotros, hay otras compañías que están haciendo mejoras muy serias. Somos parte implicada porque en Sant Antoni y su área tenemos nueve hoteles y 1.735 habitaciones. Creemos muchísimo en Sant Antoni y soy muy optimista respecto a este pueblo.