Polémica entre la Asociación de Vendedores del Mercado de Sant Joan y el Ayuntamiento apenas unos días antes de la reapertura del mercadillo (el próximo domingo) después de casi un año sin actividad. El colectivo que aglutina a los comerciantes denuncia que 30 vendedores se han quedado fuera de la lista definitiva después de haber advertido, «en reiteradas ocasiones», a los responsables municipales de que los baremos incluidos en las bases del concurso eran «injustos».
En concreto, la asociación critica que la antigüedad de los comerciantes del mercadillo tenía «el mínimo reconocimiento», con solo 10 puntos sobre 100, que, además se y otorgaban indistintamente a aquellos que tenían uno o 10 años de experiencia en el mercadillo. «Es una puntuación irrisoria si se compara con los hasta 40 puntos del baremo de la memoria del producto, una valoración totalmente subjetiva realizada por la propia concejala y su equipo y que es la que mayores discrepancias ha provocado», denuncia la asociación a través de un comunicado de prensa.
Además, los comerciantes asociados lamentan que la resolución definitiva está «plagada de puntuaciones erróneas, puntos no sumados, cambios arbitrarios en la categoría solicitada y que afectan negativamente a muchos vendedores y que tendrían que haber sido corregidos, obviamente antes de anunciar la apertura y hacer el sorteo de puestos del pasado domingo». «Es inconcebible que se siga el proceso sin tener las deficiencias subsanadas y las listas reajustadas», agrega la nota.
«Perplejidad mayúscula»
La «perplejidad» de los vendedores es «mayúscula» después de leer las declaraciones de la portavoz municipal, Carmen Rodríguez, en las que asegura que «el procedimiento ha sido fruto del acuerdo y consenso entre ellos, los vecinos y la oposición». También destacan las manifestaciones de la alcaldesa, Tania Marí, sobre que «las bases son equilibradas y sensatas para evitar conflictos».
«Nada más lejos de la realidad. Esta injusta situación aboca a muchas familias a un desastre en sus economías, ya mermadas, después de casi 11 meses desde el cierre inesperado, que se produjo en septiembre del año pasado por la lentitud en solucionar un problema que el propio Ayuntamiento había generado, al no haber tramitado las licencias municipales de ese mismo año», responden los comerciantes a través del comunicado, que agrega: «Que las cosas de palacio van despacio ya se sabe, pero las hipotecas o los alquileres hay que pagarlos».
Asimismo, la asociación recuerda que, en todo este tiempo, la ordenanza sólo se ha modificado a nivel fiscal para «subir la tasa a 1.800 euros al año, que el Ayuntamiento tuvo que rectificar y rebajar a 1.000 euros tras las quejas de los propios vendedores». También el Consistorio tuvo que dar marcha atrás con la propuesta de que el pago de la tasa se hiciera una vez al año, y dividirla en cuatro abonos (cada trimestre).
Este colectivo también lamenta que pese a las advertencias de los comerciantes sobre «el desastre que se avecinaba» tras ver las bases del concurso, la alcaldesa transmitía «confianza y tranquilidad» y les aseguraba que no había motivos para pensar en «un problema que no se iba a producir». «Pues finalmente ha sucedido y con la publicación de la lista, se han cumplido los peores pronósticos», denuncia la nota.
Reunión en el Ayuntamiento
Ante esta situación, un grupo de 40 vendedores (los excluidos y otros no afectados) se plantaron el jueves en el Ayuntamiento para que se aclarar todo este asunto antes de que el domingo se realizara el sorteo de puestos anunciado. Según relata el comunicado, después de varias horas de espera, fueron recibidos por la concejala de Mercados, Carmen Rodríguez, el teniente de alcalde, Andreu Roig, y Saigo Dicenta, nuevo organizador del mercadillo. Rodríguez contactó el viernes con los afectados para instarles a que presentaran por escrito sus quejas y peticiones, con el compromiso de que el lunes habría «una respuesta firme». Entre otras cosas, los comerciantes plantea al equipo de gobierno que analice la posible ampliación de las plazas del mercado o que se implemente un sistema de rotaciones similar al que se puso en práctica durante la pandemia.
Críticas del exedil del PP
Por otra parte, el concejal de la Agrupación de Electores de Sant Joan, Santi Marí, ex del PP, remitió ayer a los medios de comunicación una nota en la que denunciaba «la falta de transparencia y de igualdad de oportunidades» en la que ha incurrido el equipo de gobierno, además de aprobar «unas tasas disparadas», para la reapertura del mercadillo. Marí recuerda que antes los comerciantes pagaban 80 euros y que ahora tienen que abonar 1.000 euros.
Marí denuncia que el Ayuntamiento pretende «abrir a toda costa» el mercadillo «sin escuchar a nadie y sin cumplir con la tramitación legalmente establecida». «No es de recibo que se hayan quedado fuera 30 mercaderes que antes tenían un puesto, algunos con carnet de artesano», indica el comunicado, que agrega que es «mentira» que las bases y la reapertura del mercadillo se hayan consensuado con los grupos de la oposición. También destaca que el PP quiera abrir el mercadillo sin haber licitado su gestión. «Espero que no se haga con contratos menores», dice.