Alzhéimer: recuerdos de mármol, recuerdos de arena
La librería Sa Cultural acoge hoy un coloquio sobre esta enfermedad en el que intervienen Carlos Cátedra (neurólogo), Rosa Sánchez (presidenta Afaef) y las psicólogas Alicia de San José y Zaida Zaldívar

Carlos Cátedra (a la izquierda), con la jefa de Neurología, Raquel Bernal, y el también neurólogo Edilberto Martínez. / Juan A. Riera

«La demencia de alzhéimer hace que los recuerdos recientes se desvanezcan. Mientras que los más antiguos son de mármol, los de hace poco, lo que han comido hoy o el tiempo que hizo ayer, se olvidan, se caen como un castillo de arena con la marea», explica Carlos Cátedra Caramé, neurólogo del Hospital Can Misses, cuando se le pregunta por el título del coloquio sobre esta enfermedad que acoge hoy (19,30 horas) la librería Sa Cultural, de Vila, dentro de la programación especial que ha hecho con motivo de las Festes de la Terra. En ‘Recuerdos de arena’ participarán, además de Cátedra, la presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Ibiza y Formentera (Afaef), Rosa Sánchez, y las psicólogas Alicia de San José y Zaida Zaldívar, que trabaja en la asociación. «Más que un coloquio va a ser un encuentro entre amigos. La librería nos ofreció la posibilidad y nos pareció una buena oportunidad para poner en contacto a afectados y familiares con estos profesionales», comenta Sánchez.
El neurólogo explica que la enfermedad sigue siendo la misma que hace años y señala que las demencias pueden ser genéticas o vasculares. «Al final tienden a lo mismo», indica el especialista, que recuerda que, por el momento, no hay tratamiento para este tipo de enfermedades. Este es uno de los motivos por los que al especialista le parece normal que los descendientes de personas con demencia en muchas ocasiones prefieran no conocer si, en algún momento, desarrollarán la enfermedad. «Saberlo o no, al no haber tratamiento para frenarla o curarla, tampoco supone ninguna ventaja. Es una decisión muy personal», comenta el neurólogo de Can Misses, que alerta, además, de una posible filtración de los resultados de esas pruebas sobre los factores genéticos, algo que, señala, podría tener «consecuencias».
La cura, un "caramelito" para las farmacéuticas
El especialista, optimista, confía en que en el futuro se descubra un tratamiento que o bien cure o retrase de forma significativa el avance de las demencias. «Creo y espero que llegue. No sé decir en cuanto tiempo, pero es algo que llegará», afirma. Uno de los motivos por los que está convencido de que la solución llegará es por el «premio» que supondrá para la empresa farmacéutica que lo consiga. «El número de personas afectadas será cada vez mayor y eso es un caramelito para quien consiga desenvolverlo y llevarse el gato al agua. Supondrá mucho dinero», explica Cátedra, que señala que, por el momento, sin embargo, los resultados son «poco alentadores».

Carlos Cátedra (a la izquierda), con la jefa de Neurología, Raquel Bernal, y el también neurólogo Edilberto Martínez. / Juan A. Riera
Y es que, detalla, aunque hay algún medicamento que ha demostrado cierta eficacia, ésta no es lo suficientemente relevante como para que compense su elevado precio.
El experto recalca la importancia de conseguir una detección precoz de las demencias, antes de que el paciente muestre síntomas, y que se puedan aplicar tratamientos eficaces ya en esas fases tan iniciales. «Hay ideas. Estudios en ciernes y hay que ver si tienen una aplicación», indica el especialista de Can Misses antes de señalar que estos tratamientos podrían servir no únicamente para las demencias sino también para otras enfermedades neurodegenerativas.
Los tabús de la demencia
Para Carlos Cátedra, lo importante, hasta que la curación o el retraso significativo del desarrollo de las demencias sean una realidad, es «visibilizar y normalizar» las demencias para evitar que tanto los pacientes como los familiares «se sientan mal». «Es importante que no se sientan desplazados», comenta el especialista, que insiste en que, a pesar de que hace mucho que se habla de este tipo de enfermedades aún siguen siendo «tabú».
El objetivo, indica, es acompañarlos durante la enfermedad y ayudarles a desarrollar los recursos que «cada paciente» tiene para afrontar la dolencia y el diagnóstico. Algunos los reciben con naturalidad y serenidad. Otros, con ansiedad, miedo o suspicacia. Y, muchas veces, además, pueden pasar de un estado a otro así como avanza la enfermedad. «Es un proceso muy dinámico, hay que ir adaptándose a los cambios y tratar de que sea lo más llevadero posible. Para ellos y para las familias. Porque sin los cuidados de estas últimas sería insostenible», concluye.
Suscríbete para seguir leyendo
- Una pasajera de un vuelo de Ibiza desviado a Palma denuncia el trato recibido: 'Viajaba con mi bebé y no nos dieron comida ni agua
- Una ibicenca viviendo en una caravana con su hijo: 'Me levanto cada día a trabajar y sigo sin casa. No me lo merezco
- Un hombre recibe al menos dos disparos en el estómago en una pelea en Ibiza
- Lucha contra los taxis pirata: 'Si vendo agua a 0,50 euros en el aeropuerto, ¿cuánto tarda AENA en echarme?
- Oportunidad en Ibiza: dos casas en plena naturaleza en Sant Joan por menos de 500.000 euros
- Sequía en Ibiza: Es Broll vuelve a brotar después de casi un año sin una gota para regar
- Un coche se estampa contra un camión de la basura en la autovía de Ibiza a Sant Antoni
- Premio millonario en Ibiza: la Bonoloto deja dos millones de euros en Sant Antoni