El exdueño de Privilege en Ibiza afirma que «fue una ruina»

Etxániz asegura que perdió dinero por la competencia desleal de otras empresas y denuncia lo poco que pagó Matutes por la discoteca

Etxániz ya no tiene ninguna vinculación con Privilege. | AISHA BONET

Etxániz ya no tiene ninguna vinculación con Privilege. | AISHA BONET / j.f.mestre. palma

J. F. Mestre

Palma

El empresario vasco José María Etxániz no guarda un buen recuerdo de su paso por Privilege, que años atrás fue declarada la discoteca más grande del mundo. Se vio obligado por una sentencia judicial a vender su parte de las acciones de la discoteca de Ibiza, por las que apenas cobró 20 millones de euros, una cantidad que considera casi ridícula, teniendo en cuenta que Pachá se vendió por más de 250 millones de euros.

Etxániz tiene que hacer frente a la segunda sentencia en la que se le condena por haber perjudicado económicamente a quien fuera su socio, el empresario Abel Matutes. El empresario y expolítico ibicenco se beneficiará de una resolución judicial, que ordena que su exsocio le abone una indemnización de 4.5 millones de euros. Los jueces interpretan que Matutes salió perjudicado por la mínima renta que pagaba la sociedad que explotaba Privilege, asociada también a Etxániz, que solo abonaba 200.000 euros al año por el alquiler de la discoteca.

El empresario vasco afirma que para él este negocio ha sido una ruina y que en los últimos años la rentabilidad fue negativa. De hecho, asegura que ha perdido alrededor de diez millones de euros y que gracias a que dirige otros negocios, no se ha arruinado. José María Etxániz culpa de la ruina del negocio, con una capacidad de más de 4.000 clientes, a la «competencia desleal» de otras empresas, denunciando que los políticos de Ibiza estén permitiendo que «se celebren fiestas en las playas», cuando antes era impensable.

Las pérdidas

El empresario vasco, sin nombrarlo, acusó a su exsocio de haber montado negocios de ocio, que han perjudicado los intereses de Privilege. Puso el ejemplo de que cada vez que organizaba una fiesta en la discoteca, con la presencia de un discjokey internacional, la competencia hacia todo lo posible para que el artista no actuara.

Un juzgado de Madrid cuestionó que el empresario vasco, que tenía una mayor participación que Matutes en la propiedad de Privilege, firmara un contrato de alquiler de la discoteca a una empresa que también le pertenecía. La sentencia considera que la cifra del alquiler anual estaba muy por debajo del valor real. Sobre esta operación, Etxániz afirmó ayer a este periódico que las pérdidas en la explotación de la discoteca de Ibiza eran tan elevadas, que ni siquiera se pudo pagar los 200.000 euros de renta. «En Privilege he perdido unos diez millones de euros».

En la actualidad ya no tiene ninguna relación con la discoteca. A raíz de un primer pleito judicial impulsado por Matutes, un juez ordenó que se valorara el precio de la discoteca. Se calculó en 40 millones de euros. El expolítico de Ibiza se hizo con la propiedad del negocio, abonando unos 20 millones de euros. Sin embargo, Etxániz afirma que con la mitad de este dinero tuvo que financiar las pérdidas del primer juicio contra Matutes.

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