Estraperlo con las sábanas de la abuela para ganar Futur Adlib

Abrir los viejos arcones de las abuelas. Airear telas olvidadas durante décadas. Sábanas. Fundas de cojín. Palpar los delicados bordados. Susurrarles que les espera una nueva vida. Abrirlas en canal a tijeretazos. Coserlas. Transformarlas. Llevar de la mano, hasta la pasarela, las sábanas de los abuelos. «¡Va por ellos!», afirma Sofía Binimelis Arias, apenas unos segundos después de saber que la osadía de buscar la materia prima para su primera colección en los rincones más olvidados de cómodas y armarios de su familia le ha valido el triunfo en Futur Adlib, el certamen para jóvenes promesas de la moda.

Binimelis, emocionada, habla con la prensa mientras su familia, casi más emocionada que ella, la graba rodeada de cámaras y micrófonos. Binimelis recuerda las historias de estraperlo y contrabando presentes en tantísimas familias de las islas. «Está muy ligado a la historia de mis abuelos, es muy emotivo», continúa la mallorquina, de es Calonge, que aún no puede creerse que ‘Estraperlo’, su primera colección, a la que lleva un mes dedicándole todos y cada uno de sus alientos, le haya valido la victoria. «Es como un pasito adelante», indica la joven, de 28 años, a la que aún le queda un curso en la Easdib (Escola d’Art i Superior de Disseny de les Illes Balears).

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A su espalda, sin parar de hacerse autofotos sobre la pasarela, algunas de las celebridades invitadas: Elsa Anka, Fiona Ferrer, Paloma Lago... La noche se cierne ya sobre el Passeig de la Mar de Sant Antoni, escenario del certamen, y las más de 500 personas que han seguido el concurso, se dispersan. El dinero del premio (2.750 euros), lo dedicará «a hacer una nueva colección», confiesa la promesa de la moda, que reconoce que trabajar con esas telas que llevaban varias generaciones arrinconadas en casa ha sido «complicadito». El tejido de antaño no se lo ha puesto fácil. Es algo que ya reconocían, un par de horas antes, después de pasar por el photocall, algunos de los miembros del jurado, presidido por el prestigioso modisto Roberto Diz e integrado por los diseñadores Luis Ferrer, Melania Piris y Virginia Vald, Rebeca Miguel, representante de la sección de Industria del Consell de Ibiza, y Marga Torres como representante del Ayuntamiento de Sant Antoni.

Las costuras y la percha

«No hay que fijarse sólo en la creatividad, sino también, y mucho, en la confección y en el patronaje», apuntaba Diz antes de confesar que él, lo primero que hizo al ver las prendas de los seis diseñadores que pasaron a la final del certamen, fue darles la vuelta. Mirar las entrañas. Comprobar que su belleza no se quedaba en el exterior. Diz defiende que la buena confección y el patronaje siguen siendo importantes en la moda actual. «Han cambiado los estilos. Antes, una prenda de Loewe la llevaba una niña bien y ahora, una con unas uñas de medio metro. Los estilos están cambiando, pero el público también», afirma mientras a la conversación se une Ferrer, que busca propuestas «divertidas», ideas «originales y una confección lo más impecable posible. «Me encantan las historias que se montan», comenta Piris. Virginia Vald, en cambio, espera ver las prendas «en movimiento» para acabar de tener las cosas claras. «Verlo en la percha es sólo el 50%», indica al tiempo que a la fiesta del photocall se les une la consellera de Promoción Económica y Empresarial, y Cooperación Municipal, Maria Fajarnés, enfundada en un vestido blanco de crochet en el que destaca la estructura perfecta del escote halter con choker. «Está hecho a medida y el ganchillo, a mano», comenta Monika Maxim, emocionada al verla con el vestido. Los rizos de la modista, que aún ultima detalles para la pasarela Adlib (hoy, 20.30 horas en el Recinto Ferial) están salpicados de hilos blancos.

El vestido de novia de mamá

El sol está ya muy bajito cuando, con casi media hora de retraso, comienza el certamen, presentado por Lidia Torrent y que abre, precisamente, Sofía Binimelis, con una propuesta de cortes arriesgados que contrastan con esas telas en las que no faltan las iniciales de sus antepasados bordadas. No es la única que tira de viejas telas. Lo hace también Carolina Galvis Balderrama en su colección, inspirada en la sal y en la que el blanco es el auténtico protagonista. Aunque la palma se la lleva Clara Martínez Hidalgo, la única ibicenca seleccionada para Futur Adlib y autora del gesto más punk de la noche: reutilizar el vestido de novia de su madre. Las notas de color las ponen, primero, muy suave, Aina Celia Borge, y un poco después Brigitte Espinosa García, que más que con el color juega con las texturas, los volúmenes y los contrastes de tejidos. Las dos únicas propuestas para hombre llegan de la mano de Margarida Aurembiaix Roig Soler, que cierra la fase competitiva y cuyas transparencias son un pequeño adelanto de las que sube también a la pasarela la ganadora del año pasado, Fatma Omarova, que profundiza en sus creaciones delicadas con detalles sorprendentes: un miriñaque exterior, un corsé largo de caderas pronunciadas, asimetrías con cortes estratégicos...

El estallido de color llega con los diseños de las alumnas de la Escola d’Art, que llenan la pasarela de azul, amarillo, negro, verde y algo de café. De ese tono es, precisamente, la gigantesca cola de uno de los modelos, que se infla con el viento en los primeros pasos, cuelga pasarela abajo un poco más adelante y acaba sobre el hombro de la maniquí. Cristina Sabiote Ávila, Jessica Sabiote Ávila, Marina Costa Riera, Larisa Diana Ferescu y Deac y Fin Hua Cerdà Rodríguez saludan, algo tímidas, justo cuando el jurado, que ya lo tiene claro, regresa de deliberar. «Ha sido relativamente rápido», confiesa Roberto Diz sosteniendo el sobre que esconde el nombre de la ganadora.

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