Moda de Ibiza: El sueño Adlib de las hermanas de Can Mateu

El de este sábado será el primer desfile de la pasarela ibicenca que afronta en solitario Toñi Riera, el 50% de Ibimoda, un proyecto que, hasta su jubilación, ha compartido con su hermana Lali

MODA. «¿Y si probamos a hacer una colección?». Es la propuesta que Lali Riera le hizo a su hermana Toñi en 1997. Así nació Ibimoda, una de las catorce firmas que participarán en Adlib 2023. Las hermanas de Can Mateu (Sant Miquel) han sido, desde entonces, socias, compañeras y cómplices. Hasta ahora. Lali, la mayor, se ha jubilado y este sábado Toñi, la pequeña, presenta su primera colección en solitario: ‘Llum’. 

«Desde el primer momento nos calificaron como vestidos de novia», recuerda Toñi Riera buscando entre los azeta de su taller el que atesora las páginas de prensa en las que aparecen sus vestidos. «Mira», comenta señalando una foto de la primera vez que los diseños de Ibimoda se subieron a la pasarela de la moda Adlib. En la imagen se ve a varias modelos, todas ellas con vaporosos vestidos blancos, acompañadas de tres niñas que lucen, graciosas, vestidos y conjuntitos rosas. Un rosa que, en el papel de diario, se ve gris. De los días previos a aquella noche del 20 de mayo de 2001 Toñi recuerda la alegría y la ligereza con la que ella y su hermana Lali diseñaron los vestidos. Prácticamente sin hacer patrones, muy rápido, cortando la tela al bies y llenas de ilusión. Las hermanas estaban dando los primeros pasos en un proyecto que ha sido su vida. Un proyecto del que este 2023, tras la jubilación de Lali, Toñi afronta en solitario. Hace nada, en la Ibiza Bridal Fashion Week, le brindó «un pequeño homenaje» incluyendo en el desfile el primer vestido de novia que Lali diseñó. Y el último, con el que Ibimoda cerró la pasarela del año pasado.

El sueño Adlib de las hermanas de Can Mateu | JUAN A. RIERA

Imagen del primer desfile de Adlib en el que participó Ibimoda, en 2001 / Juan A. Riera

«La echo de menos. Al principio muchísimo, ahora ya me voy acostumbrando», comenta Toñi en el taller de la calle Vicent Serra i Orvay, el mismo en el que, en 1997, nació Ibimoda. Que su vida ha transcurrido ahí, entre rollos de tela y máquinas de coser lo dejan claro los pequeños detalles que salpican el espacio. Mariano Tur Riera, se lee, escrito en letra infantil, en tres peldaños consecutivos de una escalera gris de madera en la que se distinguen, también, algunos dibujos. Dos nombres y un corazón están grabados cerca del borde de la inmensa mesa que preside el taller. «La gente va dejando su huella», comenta, divertida, Toñi, observando el tablón, en el que no faltan tijeras, cajitas de alfileres, tejidos blancos, algunos libros, papeles y las planchas antiguas. Toñi las colecciona. Las usa para mantener quietas las telas con las que trabaja.

El sueño Adlib de las hermanas de Can Mateu | GABI VÁZQUEZ

Toñi Riera, ayer, en el taller de Vila, donde estos días ultima los detalles de la colección que presentará en Adlib / Juan A. Riera

El curso de costura y la abuela de Can Planells

Lo que están preparando para Adlib, el primero tras la despedida de Lali, permanece a recaudo, protegido de miradas indiscretas en el fondo más recóndito del taller. La modista —«nosotras somos modistas, no diseñadoras», reivindica— cierra los ojos cuando se le pregunta si ya lo tiene todo terminado. «Hasta el último momento estamos trabajando», indica mientras no deja de sonar el teléfono del taller, que pusieron en marcha en 1997. Lali tenía entonces 31 años y se había quedado sin trabajo en el taller de moda en el que trabajaba. Toñi apenas superaba la veintena y trabajaba para Bianca, la firma de Blanca de Orbe. Estudió cinco años de moda en la escuela a la que ahora ha vuelto para dar clases de patronaje. «Estudié dibujo técnico, que me encanta, y diseño. Siempre me ha gustado más hacer los patrones que coser», confiesa. Su familia, de Can Mateu, en Sant Miquel, tenía el local en Vila y fue Lali quien un día le dijo a su hermana: «¿Por qué no probamos a hacer una colección?». Ambas se habían relacionado con el hilo y la aguja desde pequeñas. Lali aprendió a coser en el típico curso de costura de antaño y Toñi, aún niña, recuerda cómo la abuela de Can Planells le enseñaba hacer ganchillo por las tardes, en silencio, mientras los jóvenes de la casa, los que llevaban desde el amanecer trabajando en el campo, descansaban. En aquellos momentos no pensaban que su futuro pasara por la moda.

El sueño Adlib de las hermanas de Can Mateu | JUAN A. RIERA

Toñi y Lali, juntas trabajando en 2014 / Gabi Vázquez

«Éramos jóvenes y a esas edades no sabes dónde te metes», bromea Toñi sobre el «sí» con el que respondió a la propuesta de Lali. «Esto no es un camino de rosas», reflexiona echando la vista atrás. La moda, indican, tiene más trabajo y dolores de cabeza que glamour, aunque a veces esto sea lo que más se ve. O lo que más llama la atención de la gente. Hay momentos duros. Instantes en los que hay que apretar la sonrisa, tragarse las lágrimas y seguir. Ellas lo saben bien. Apenas unos días después de la muerte de su padre, Joan, ambas estaban atendiendo su estand en una feria en Madrid. Hay momentos en los que toca plantearse las cosas y nadar a contracorriente para no traicionar los principios. Como cuando la importación se adueñó de Adlib, cuando no se cerraron las puertas a las confecciones made in India, made in Vietnam o made in China. «Queríamos seguir haciendo las cosas bien», afirman. Y momentos complicados, como la pandemia, durante la que hubo que bajar el ritmo. Pero durante la que Toñi siguió bajando al taller «con un permiso que me hizo el Consell como autónoma» para coser mascarillas y batas y todo lo que hiciera falta. También sustos. Como cuando a una de las top models que debía lucir uno de sus vestidos en Adlib le desaparecieron los zapatos, que luego, milagrosamente, aparecieron. Por suerte, uno de sus compañeros les prestó uno de los suyos.

Valija diplomática rumbo a Marruecos

También han vivido momentos muy buenos. Como cuando les llamaron para encargar un vestido «para la reina de Marruecos» y no tenían muy claro si era verdad o una broma. Era cierto. Al día siguiente la prenda (larga, cuajada de encajes, con una cola cuadrada y escote halter) salía rumbo a aquel país. O cuando ven la cara de las novias que se prueban sus vestidos. O el pasado verano, cuando recibieron la invitación para la recepción de los Reyes en Marivent y tampoco tenían claro si de verdad era para ellas «o se habían equivocado».

El sueño Adlib de las hermanas de Can Mateu

Un momento del final del desfile de 2013. / Juan A. Riera

Cuando se lanzaron a la piscina con su taller de costura las hermanas Riera no imaginaron que sus creaciones llegarían a todo el mundo. Colgado de una de las paredes hay un mapa que compraron después de su primera feria en París: «Vendimos a Isla Reunión y pensábamos, ¿dónde está?». Y ahí sigue el mapa. Detrás de las máquinas de coser. Un mundo de colores en un universo de telas blancas. Un recuerdo más de todo lo que han recorrido las hermanas de Can Mateu, que han sido compañeras y cómplices de una aventura que ahora, tras la jubilación de la mitad de Ibimoda, Toñi afronta en solitario. «Lali siempre estará», indica la modista antes de volver a la tarea de acabar los quince modelos que presentará en la pasarela. «¡Quince!», exclama.

Medio centenar de modelos desfilan en Adlib Ibiza 2023

Cerca de medio centenar de modelos (45 mujeres y 4 hombres) desfilarán en la pasarela Adlib 2023. Destacan Paula Willems, Neus Bermejo, Claudia Martín, Ana Vide, Felmanha Correia, Esmee Maria, Enma Knani, Lucía Kiripolska, Ana García Segundo (Miss Mundo España 2020), Marina Falcón, Sara Robles, Victoria Gallego, Sergio Romero, Antonio López y Atila Escolano. Todos ellos lucirán las propuestas de los 14 diseñadores que participan en la pasarela, para cuyo ‘front row’ están confirmadas personalidades como Elsa Anka, Paloma Lago, Jaime Astraín, Lourdes Montes y Eugenia Osborne. 

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