Selectividad en Ibiza: «He tenido tres crisis y llorado cuatro veces»

Más de 540 matriculados se enfrentan desde hoy hasta el jueves a la PBAU en las Pitiusas.

Los estudiantes viven estas jornadas con nervios, pero también con ilusión por poner fin a una dura etapa

Selectividad en Ibiza

Nervios, ojeras, apuntes por aquí y por allá. ¿Dónde estará mi aula? Ya han comenzado los temidos exámenes de la PBAU, la antigua selectividad, para un total de 543 alumnos matriculados en Eivissa y Formentera. Aunque cada año aprueba una mayoría, en esta ocasión se trata de alcanzar la nota necesaria para acceder a un grado universitario u otro. La primera jornada ha servido para aligerar la tensión y comprobar que la selectividad no muerde.

Se nota la tensión. Un total de 543 estudiantes de las Pitiusas (534 en Ibiza y nueve en Formentera) se enfrentan estos días a los exámenes PBAU (antigua selectividad) y a primera hora de este martes comienzan a llegar a las instalaciones de la recientemente presentada Escuela de Hostelería (en sa Coma) y del Palacio de Congresos, en Santa Eulària, así como al IES Marc Ferrer de Formentera. Hay nervios, pero también emoción. Los jóvenes se presentan con ganas de poder darlo todo en estas pruebas de acceso a la universidad y quitarse ya (por favor) este peso de encima después de todo un curso en el que habrán oído la palabra ‘selectividad’ varias veces al día. Por parte de profesores, familiares y amigos.

El camino, desde luego, no habrá sido nada fácil. «He tenido tres crisis mentales y he llorado cuatro veces. Ahora mismo estoy en shock», cuenta medio en broma medio en serio la alumna Sarah Mérgola, del instituto Isidor Macabich, cuando el reloj marca las 10.25 y queda menos de una hora para su primer examen: el de Historia de España. Dice que al menos está viva. Mérgola está en la zona de sa Coma junto con varias compañeras de instituto: Ana Riera, Marta Ramon, Carla Francés y Sharice Dewald. Coinciden en que tal vez Historia de España es de las asignaturas más difíciles para la selectividad: «Es muy denso, mucha cantidad», señalan. Eso sí, intuyen que caerá una pregunta de la dictadura de Primo de Rivera, ya que este año se cumple el centenario de su golpe de Estado. [Finalmente sí que ha entrado en el examen].

Vídeo: Los alumnos de los distintos institutos de Ibiza afrontan el primer día de Selectividad

Toni Escandell

Mérgola confiesa que los nervios no se le han quitado al llegar a sa Coma. Otra materia que ella considera complicada es Matemáticas. Marta Ramon se muestra preocupada por Geografía.

Al ser preguntadas todas ellas por cuándo comenzaron a prepararse, señalan que fue al terminar oficialmente el curso cuando pudieron pasar a dedicarse única y exclusivamente de la PBAU. Si bien es cierto que todo el curso en sí ya es una preparación, estas estudiantes cuentan que repasarlo todo para hacer memoria conlleva bastante trabajo.

Tenía ganas de quitármelo de encima, porque sé que me lo sé y que he trabajado un montón

Chloe Riba

— Futura estudiante de Medicina

Mérgola quiere estudiar Derecho en Valencia, donde ya está buscando vivienda. Francés, en cambio, quiere cursar una FP superior de Deportes en el IES Algarb, pero se presenta a la selectividad por si después se interesa por entrar en estudios universitarios.

A pocos metros de este grupo se encuentra Sofía Roig, que tiene 20 años y se presenta un tiempo después de haber terminado el bachillerato (científico) en sa Serra. Ella también confía en que entre la dictadura de Primo de Rivera. «Como no he hecho bachillerato este año, estoy como un poco perdida, pero confío bastante». Y es que no pasa nada por no presentarse a la PBAU justo después de terminar el instituto: «[Este año] He estado trabajando en un museo de Valencia. Estaba allí estudiando un grado superior de Diseño Gráfico, pero no me gustó, cambié y estuve un año trabajando, y ahora me presento a la selectividad». Está interesada en volver a Valencia, pero esta vez para estudiar la carrera de Filosofía o la de Ciencias Políticas. Parece decantarse algo más por la primera opción.

Esta joven confiesa que, aunque inevitablemente hay nervios, intenta estar lo más calmada posible: «Sé que los nervios no ayudan, aunque es difícil no tenerlos». Hace ya «dos o tres meses» que comenzó a mirar los apuntes, y lleva uno estudiando y yendo a la biblioteca. Las dos últimas semanas, detalla, han sido las más intensas a nivel de estudio. «Subrayo lo más importante y pongo en un pequeño post-it las cosas más importantes», cuenta mientras muestra los apuntes encuadernados que tiene en la mano. Luego elabora esquemas para organizar sus ideas. «Después esclavizaba a mis amigas para que me preguntasen los temas», bromea Roig, que ha utilizado este método para comprobar que está preparada para explicar toda la información que tiene en la cabeza. Ha venido a sa Coma acompañada de otra joven que, aunque no se presenta, viene a modo de apoyo.

También opina que la más compleja es la prueba de Historia de España: «Es un examen muy largo. Creo que si fuera más corto también se podría ver si los estudiantes saben o no de lo que están hablando».

Por otro lado, Irene Rodríguez (bachillerato científico), Alida Trif (social) y Patricia González (humanístico) también llevan dos semanas intensas de estudio («el 95% dedicándoselo a Historia») y cuentan que la noche anterior a la primera jornada de exámenes han preferido descansar bien antes que continuar repasando. Y es que esto a veces puede generar aún más nervios y dudas. «Me lo sé todo, pero ya veremos qué sale», «Yo no sé si me lo sé hasta que haga el examen», comentan entre ellas. Rodríguez quiere estudiar Ingeniería Robótica en Castellón y González, Educación Infantil en Madrid.

De la Consolación, Pau Riera y Carlos Rubio salen del examen de Química con muy buenas sensaciones, satisfechos con lo que han demostrado: «Teníamos bastantes opciones para escoger, así que ha sido fácil», en palabras de Rubio. Y es que, desde la pandemia, en la PBAU se entregan a los estudiantes dos modelos de examen y pueden escoger preguntas de uno y otro, es decir, ir mezclando. Esto, a ojos de la profesora de matemáticas en el Isidor Macabich Raquel Sogo, quien este curso ha impartido clase en segundo de bachillerato, puede ser un riesgo: «Deben tener una buena estrategia. [Poder elegir] Es arriesgado porque, por ejemplo, si hay ocho preguntas y hacen cuatro pero de las ocho saben un poco, es difícil saber con cuáles van a sacar más puntuación».

El joven Rubio también menciona Física como materia que puede ser ardua en selectividad. Pau Riera quiere estudiar Informática en Valencia (le piden un 10,5) y Rubio Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en Girona (necesita un 6,4), una ciudad que le gusta y en la que vive su hermano.

Raquel Sogo, que es vigilante de aula, explica que los nervios suelen quitarse el primer día: «Siempre pasa lo mismo, están muy nerviosos hasta que se ponen a hacer el primer examen. Normalmente les suele ir mejor de lo que pensaban y ya se sienten tranquilos». Esta docente admite que los chicos «han pasado muchísimo estrés a final de curso»: «Ha sido un maratón». En declaraciones a la prensa cerca de las 11 horas, Antoni Gamundí, jefe de expedición en sa Coma en representación de la UIB, apunta que no se han producido incidentes, que la jornada ha transcurrido con normalidad.

En un descanso, Paula Ferrer y Chloe Riba, del Mestral, cuentan que el examen de Química les ha ido genial y se muestran tranquilas ante la selectividad, y más teniendo en cuenta, como apunta Ferrer, que pueden escoger entre varias preguntas.

Esclavizaba a mis amigas para que me preguntasen los temas mientras estaba estudiando

Sofía Roig

«Durante el curso llevamos todo muy al día, así que estas dos últimas semanas han sido como un repaso de todo, porque ya nos lo sabíamos», declara Riba, quien afirma que viene a estos exámenes «bastante emocionada»: «Tenía ganas de quitármelo de encima, porque sé que me lo sé y que he trabajado un montón». Ambas quieren estudiar Medicina en alguna gran ciudad de la península. La madre de Riba es ginecóloga, así que esta joven lo lleva en la sangre. Además, la hermana de Ferrer ha terminado hace poco la carrera de Medicina y es su inspiración. Preguntadas por las asignaturas con las que se sienten más seguras, Riba señala biología y Ferrer inglés. ¿Y en el otro extremo? «Pues tal vez mates, porque por mucho que practiques, no sabes exactamente qué te pondrán», apunta Ferrer, con la que Riba se muestra de acuerdo.

Boris Casas y Gael Andretti, del Isidor Macabich, vienen a sa Coma algo inquietos, como todos. Repasan para el examen de Historia de España en las afueras de la Escuela de Hostelería: «Yo tengo claro que quiero ir a Barcelona, y estoy entre Filosofía y Economía», explica Casas, quien es consciente, eso sí, que estas materias son precisamente dos asignaturas en las que hay que estudiar mucho para la PBAU. Andretti quiere estudiar Ingeniería Electrónica Industrial y Automática: «El lugar no lo tengo claro, donde me lleve».

En total, hay 4.773 matriculados de toda Balears para la selectividad de este año. Mañana miércoles es el turno de Biología, Castellano, Inglés o Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales, entre otras materias.

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