Ochenta personas esperan un trasplante de riñón una media de un año en Balears

La nefróloga de Son Espases Fátima Alvaredo aboga por recurrir a la transferencia de un órgano antes que a la diálisis como solución definitiva para los pacientes con enfermedad renal crónica | «Les dará más calidad de vida y supervivencia»

Fátima Alvaredo. | DM

Fátima Alvaredo. | DM / I.Olaizola. Palma

I. Olaizola

«¿Por qué tenemos que esperar a que un paciente con una insuficiencia renal crónica llegue hasta los tratamientos de hemodiálisis? Un trasplante de riñón le va a dar más calidad de vida y una mayor supervivencia que una terapia renal sustitutiva», sostiene la nefróloga de Son Espases Fátima Alvaredo.

Esta especialista ofrece hoy, sábado, una conferencia sobre los protocolos que se siguen con los pacientes de Balears que se encuentran en lista de espera para que se les trasplante un riñón en el marco de la primera reunión de la Sociedad Balear de Nefrología.

En las islas, revela, en esa lista de espera para el trasplante renal suele haber una media de 80 personas que aguardan la aparición de un órgano compatible una media de un año. Y aunque su número se reduce un 4% cada año, las nuevas incorporaciones de candidatos al trasplante son superiores, de un 10%, añade.

«En estos momentos tenemos en estudio a unos 250 candidatos al trasplante que se van añadiendo a la lista de espera», continúa.

Y es que esta especialista aboga por modificar el protocolo actual de inclusión en esta lista de espera para ir incluyendo cada vez a pacientes más frágiles.

«La edad no es determinante a la hora de ser un candidato a un trasplante. Pesa más el estado de salud general del paciente, si va a poder soportar bien la intervención quirúrgica o el proceso de inmunosupresión (para que su sistema inmunitario no rechace el órgano extraño)», defiende.

Por eso esta especialista aboga, en la medida de lo posible dado el déficit de riñones, el trasplante renal antes que dializar al paciente mientras se decide meterle en la lista de espera ya que, sostiene, «la diálisis empeorará sus expectativas de supervivencia. Además, con muchos pacientes se espera mucho y al final ya no pueden ser intervenidos».

Porque hay que cumplir una serie de requisitos de obligado cumplimiento antes de poder someterte a una intervención de esta complejidad.

Mismo grupo sanguíneo

En primer lugar, tener el mismo grupo sanguíneo; la edad debe ser similar, a lo sumo 15 años más joven o viejo que el donante y, por último, también se tiene en cuenta el tiempo que lleva en tratamiento de hemodiálisis porque el deterioro que provoca es general y provoca una mayor fragilidad en los pacientes que lo reciben.

Por ello, la doctora Alvaredo insta a ir encaminando al paciente con una enfermedad renal crónica hacia el trasplante desde el primer momento. E ir educándole porque en muchas ocasiones se trata de personas con una obesidad, un mal control diabético o una deficiente adherencia terapéutica (que no sigue los tratamientos o la toma de medicación pautada) que desaconsejarían la intervención. «Deben reunir unos mínimos», subraya.

Más donantes vivos

Con el objeto de conseguir más riñones para una lista de espera que se ampliará con la adopción de criterios más laxos de inclusión, la nefróloga sostiene que hay que potenciar los trasplantes de donantes vivos. Fundamentalmente de los propios familiares del paciente porque genéticamente causan menos problemas y el donante puede vivir perfectamente con un solo riñón.

En los últimos años, el hospital de Son Espases está alcanzado una media sostenida de unos 70 trasplantes renales anuales. Y a esta cifra ha contribuido en buena medida la implantación del programa de donación en asistolia controlada, esto es, con el donante en parada cardiorrespiratoria monitorizada en el hospital. En Madrid y Barcelona, ciudades con más necesidad de donantes, están captando órganos de pacientes en asistolia no controlada en el hospital. Esto es, que han sufrido un episodio cardiovascular en plena calle, revela la experta.

Hiperinmunizados. Rechazan hasta el 98% de los órganos y tienen prioridad

Cada comunidad autónoma gestiona la lista de espera de sus pacientes que aguardan la llegada de un órgano compatible con una única excepción, la de las personas hiperinmunizadas.

Por diversas circunstancias entre las que se encuentran las numerosas transfusiones de sangre o los múltiples embarazos, estas personas rechazan hasta el 98% de los órganos disponibles por lo que cuando aparece uno que les pueda servir se les da absoluta prioridad.

«Tienen en su sangre muchos anticuerpos que hacen que la mayoría de los órganos no les sirvan. Por ello, cuando aparece uno que sí lo es, se envía rápidamente a la comunidad del paciente para que sea trasplantado», revela la doctora Alvaredo.

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