La fuerte subida del consumo de agua desalada en Ibiza se adelanta un mes

La producción de las tres desaladoras alcanzó el pasado mes de abril el 80% de su capacidad, cuando en 2022 este porcentaje se produjo en mayo y en 2019, antes del covid, en junio | Si se alcanza antes el techo, se avanza el uso de pozos salinizados con la pérdida de calidad del agua

‘Performance’ de Extinction Rebelion en el parque de la Paz en el Día Mundial del Agua. | J. A. RIERA

‘Performance’ de Extinction Rebelion en el parque de la Paz en el Día Mundial del Agua. | J. A. RIERA / EUGENIO RODRÍGUEZ. EIVISSA

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

El consumo de agua se ha disparado con el adelanto de la temporada turística, hasta el punto de que las tres desaladoras de la isla funcionaron en abril al 80% de su capacidad, un porcentaje totalmente inusual y que supone un mes de adelanto sobre las cifras del año pasado. En abril del año pasado, la producción de las plantas desalinizadoras fue del 65% de su capacidad. Si nos remontamos al mismo periodo de 2019, el año previo a la pandemia del covid, el porcentaje se situaba en el 55,8%. En mayo de ese año, se alcanzó el 70,2% y fue en junio cuando se rebasó el 80% (84,4%, en concreto).

Producción de las desaladoras de Ibiza

Producción de las desaladoras de Ibiza

En los tres primeros meses de este año, la producción de las desaladoras fue superior al primer trimestre de 2022, pero el salto se ha producido en abril, coincidiendo con el inicio prematuro de la temporada. Precisamente, este dato fue el que encendió «la alarma» en la dirección general de Recursos Hídricos y la Agencia Balear del Agua (Abaqua) y motivó la reunión con los ayuntamientos de la isla para pedirles que adopten ya medidas de contención en el consumo de agua para evitar problemas de suministro en las puntas de verano.

El secretario general de Abaqua, Juan Calvo, señala que las reservas de los acuíferos y los indicadores de sequía son similares a los del año pasado, pero con la diferencia de que este año «se ha incrementado antes la presión humana». La previsible consecuencia de esta situación es que se adelante también el techo de la producción de las desaladoras, lo que obligará a utilizar antes agua de pozo con la consiguiente reducción de calidad en el caso de los municipios, como Sant Josep, en el que las masas subterráneas están sobreexplotadas y tienen una alta concentración de cloruros.

Precisamente, el verano pasado, por ejemplo, Sant Josep tuvo que cortar en verano el suministro de agua desalada a la zona de sa Caleta porque Abaqua no podía dar a este municipio más agua del sistema de interconexión de las desalinizadoras.

En verano, cuando se alcanza el techo de producción de las plantas, se redistribuye el caudal del agua desalinizada en función de lo que cada ayuntamiento tiene contratado todo el año, por convenio, con Abaqua. En estas condiciones, Sant Josep decidió el año pasado abastecer la zona de sa Caleta con agua de pozo (salinizada) porque es la zona del municipio en la que la red de abastecimiento tiene más fugas. En todo caso, hace unos días, el alcalde, Ángel Luis Guerrero, dijo que este verano no se actuará igual y que «no se cortará el suministro de agua desalada por sectores», sino que «se mezclará» el agua desalinizada disponible con la de pozo para que «toda la población tenga la misma agua».

En junio del año pasado, se alcanzó el 96,6% de la capacidad de producción de las tres plantas y en julio el 99,5%, cuando en los mismos dos meses de 2019 se registraron el 84,4% y 95,2%, respectivamente. En agosto del año pasado se rebasó el máximo (103%). Según explica Calvo, esta cifra se explica por el hecho de que las tres desaladoras producen un máximo de 44.000 metros cúbicos de agua desalada al día, pero Abaqua cuenta con un margen de «seguridad» de 1.500 metros cúbicos más (conseguido con una mejora en la planta de Santa Eulària). En agosto, cuando se alcanza el tope de la demanda, se necesita este aporte previsto para casos de emergencia, lo cual explica que el porcentaje de producción del sistema se situase en 2022 en el 103%.

Política de consumo en invierno

Como el caudal de agua desalada es insuficiente para atender la demanda de verano, desde hace unos años, Abaqua aplica la política, incluida también en el Plan Hidrológico de Balears, de incentivar el consumo de agua desalada en invierno (el precio es más económico que en temporada, aunque todavía más elevado que la del agua de pozo) para

El municipio de Ibiza se abastece en invierno sólo de agua desalada y explota los pozos solamente en verano. El 90% del agua que consume la población de Sant Josep en temporada baja procede también de las plantas desalinizadoras. Sin embargo, Sant Antoni, Santa Eulària y Sant Joan aún tienen más margen para incrementar el consumo de agua desalada en invierno. De todos modos, Calvo valora que Santa Eulària ha aumentado un 43% el uso de agua desalinizada en invierno.

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