Empleadas del aeropuerto de Ibiza piden más buses para poder llegar puntuales al trabajo

Las trabajadoras piden que el autobús de la línea 10 inicie su servicio a las 6 de la mañana, que tenga una frecuencia de 20 minutos y sea puntual, para no llegar tarde a su trabajo en la terminal

Un grupo de trabajadoras frente al edificio del Consell de Eivissa, tras registrar su petición.

Un grupo de trabajadoras frente al edificio del Consell de Eivissa, tras registrar su petición. / DIB

David Ventura

David Ventura

Las trabajadoras de la limpieza del aeropuerto de Ibiza se han cansado del deficiente servicio de transporte público que padecen, y que no solo les hace llegar tarde al trabajo sino también un importante perjuicio económico. Piden que se amplíen los horarios de la línea L10 que une Vila con el aeropuerto, que aumenten las frecuencias durante todo el año y no solo en verano, y que los buses salgan y lleguen a su hora puntuales.

«Entro a trabajar a las 7 de la mañana», explica Marilina Costa, que trabaja como limpiadora en el aeropuerto, «y es habitual que el autobús salga con 10 o 15 minutos de retraso. A mí me obligan a fichar a las 7, y si no ficho a mi hora, me marcan como ‘absentista’ y me penalizan. No les importa si les digo que el autobús ha pasado tarde, me marcan que he llegado tarde y eso repercute en la nómina».

Esta falta de puntualidad provoca que las trabajadoras, por el miedo a la penalización por llegar tarde, tengan que ir al aeropuerto en taxi. «Imagínate, cobramos poco más de 1.000 euros y, encima, nos tenemos que pagar de nuestro bolsillo 15 euros en taxi para no llegar tarde. Si los autobuses funcionasen bien, no tendríamos que pasar por esto. Es una vergüenza», denuncia esta trabajadora.

Un bus que cubre el trayecto entre Vila y el aeropuerto. | D.V.

Un bus que cubre el trayecto entre Vila y el aeropuerto. / D.V.

Una crítica que comparte también Isabel Jiménez, limpiadora de aviones de Iberia: «El servicio de autobuses es pésimo. Yo lo cojo en la parada que hay enfrente de la comisaría de Policía y hay veces en que el autobús ya llega tan lleno que pasa de largo. Cuando eso sucede, yo ya no llego a la hora», lamenta.

Jiménez también critica que el nuevo autobús que se ha incorporado a la línea 10 no está adaptado para prestar servicio a los usuarios de un aeropuerto: «No hay un espacio adaptado para poner las maletas, que acaban siempre rodando, y vamos todas como sardinas en lata».

Recogida de firmas

Como fruto de su indignación, las trabajadoras han recogido 294 firmas en 24 horas y han presentado en el registro del Consell una petición en la que reclaman una ampliación del horario de autobuses y una mejora de su puntualidad. Por su parte, desde la conselleria de Innovación, Transparencia, Participación y Transportes se asegura que «el conseller [Javier Torres] siempre tiene las puertas abiertas para recibir y atender las consultas de la ciudadanía».

Respecto a la petición de las trabajadoras, una portavoz del Consell ha explicado que el departamento de Transportes «ya está trabajando para que la primera salida del autobús sea a las 6 de la mañana», y que «no solo en esta línea, sino que en muchas otras aumentarán las frecuencias respecto a otros años».

«La sensación es que los horarios están pensados para los turistas, pero no para los que vivimos aquí», explica Marilina Costa, que reclama también que los horarios de los autobuses se adapten a las frecuencias de los vuelos: «Hay dos vuelos a las 7 de la mañana, y estos pasajeros no pueden venir al aeropuerto en transporte público. Lo mismo sucede con los últimos aviones de la noche».

«El último autobús es a las 23.30 horas, y cuando hemos salido del trabajo a las 23.45 ya no tenemos con qué volver», explica Isabel Jiménez, que reclama «un servicio digno para las que necesitamos el transporte público para ir al trabajo».

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