Mesa redonda - Conmemoración de los 40 años del Estatut balear

Aniversario del Estatut en Ibiza: Cuatro décadas de autonomía balear y muchas reivindicaciones pendientes

Los ponentes hablan de todo aquello que queda por hacer para mejorar el autogobierno y la representación de Ibiza en la Cámara balear, entre otros asuntos

Mari Àngels Marí, Antoni Costa, Lola Vera, Felip Cirer, Neus Marí y Vicenç Thomas en el acto.

Mari Àngels Marí, Antoni Costa, Lola Vera, Felip Cirer, Neus Marí y Vicenç Thomas en el acto. / VICENT MARÍ.

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

El Club Diario de Ibiza acogió ayer una mesa redonda para reflexionar sobre los 40 años de Estatut balear que se conmemoran este 2023, un acto en el afloraron, como era de esperar, las reivindicaciones pendientes de Balears y, sobre todo, de la isla de Ibiza.

El traspaso de algunas competencias, el desarrollo de otras que ya tiene el archipiélago, la infrarrepresentación parlamentaria de Ibiza con respecto a Menorca, el reparto de financiación entre las distintas comunidades o la lengua catalana fueron algunos de los temas que se trataron en una conversación en la que participaron Mari Àngels Marí, secretaria general de Pimeef; Felip Cirer, director de la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera y miembro histórico del Institut d’Estudis Eivissencs; la exdiputada y exconsellera Neus Marí, quien también fue la primera alcaldesa de Sant Josep, y Antoni Costa, diputado en el Parlament durante las dos primeras legislaturas, entre otras responsabilidades políticas. El acto estuvo conducido por Lola Vera, de Radio Ibiza Ser.

Bien es cierto que al comienzo del acto se mencionaron las (indudables) mejoras que aportó la autonomía para las Illes. En este sentido, el president actual del Parlament, Vicenç Thomas, pronunció unas palabras antes del debate [organizado por la cámara autonómica] y aprovechó para destacar los avances en el ámbito territorial, educativo, lingüístico, de bienestar social, patrimonio, turismo o economía, para lo que el Estatut, subrayó, fue clave. Antoni Costa, que era miembro de Pimeef y concejal del PSOE en Santa Eulària en el momento de la aprobación del Estatut, señaló que aquella nueva e ilusionante etapa se vivió «como una oportunidad real de modernizar un país que era casposo y que necesitaba nuevas instituciones».

Costa recordó la popular consigna ‘Llibertat, amnistia, Estatut d’Autonomia’: «Había unos que abogaban por una descentralización administrativa y otros apostábamos por regímenes de autogobierno con dos sistemas de acceso [vía rápida y vía lenta]. Nosotros queríamos ir por la vía rápida, pero, visto históricamente, esto era casi anecdótico, porque al final llegabas a la misma autonomía, aunque fuera de forma más lenta».

A ojos de Neus Marí, «uno de los temas más importantes del Estatut es la cuestión de las transferencias de competencias, tanto del Estado hacia la comunidad como hacia los consells insulars». La expolítica, que ha trabajado tanto en el Parlament como a nivel insular y municipal, destacó este aspecto y apuntó que «es de lo mejor» que que ha traído la autonomía: «Lo más importante que se puede ofrecer a los ciudadanos es proximidad». En esta línea, Neus Marí puso sobre la mesa que desde las administraciones más locales «sin duda se ofrecerá un mejor servicio» frente a los problemas más cercanos y que, por lo tanto, la gestión será más eficiente que si se realiza desde un Ministerio.

Comparaciones odiosas

Por su parte, Mari Àngels Marí afirmó que la autonomía «era necesaria», pero que su formulación fue «un poco tímida», al menos en lo económico: «El Estatuto de Canarias, aprobado un año antes, ya hablaba de un régimen económico propio, el de Balears no, y se podría haber reflejado».

En este sentido, afirmó que, mientras que en materia de medio ambiente, servicios sociales o igualdad se han logrado grandes avances, se ha ido mucho más lento en materia económica y criticó en varias ocasiones que «Balears es de las comunidades que más aporta y de las que menos recibe» del Estado, lo que influye en la ejecución de las competencias.

En esta línea también se pronunció Cirer: «No soy economista, pero sí que veo que casi todo lo que genera Balears se va fuera».

Al fin y al cabo, el asunto económico copó gran parte del debate y, de hecho, se habló mucho más de las reivindicaciones actuales que del contexto histórico de la aprobación del Estatut. Esto hizo que en ocasiones pareciera que la temática inicial de la mesa redonda quedara olvidada, aunque en realidad se demostró que las insatisfacciones con el actual nivel de autogobierno son evidentes y que lo que nació el primero de marzo de 1983 debe continuar desarrollándose para que los ciudadanos de las Illes perciban su autonomía como una herramienta útil para mejorar sus condiciones de vida.

Felip Cirer puso sobre la mesa que todavía no se han traspasado las competencias de justicia ni de los cuerpos de seguridad del Estado y que se puede reformar el Estatut para alcanzar más objetivos o bien trabajar para extraer todo su potencial.

Cirer expresó que, a pesar de la ambición del principio, hubo que abandonar las posiciones maximalistas: «Se cortó las alas a los partidos nacionalistas, que eran quienes más pedían tener muchas competencias en los estatutos». Sin embargo, también hizo alusión a que, por primera vez, la lengua catalana consiguió un reconocimiento oficial.

«Latinización» del catalán

«En la última encuesta que se hizo se reflejó que el 90% de la población entiende el catalán, pero la lengua vive un proceso de latinización. Hace unos años todo el mundo sabía latín porque lo había estudiado, pero nadie lo hablaba. El catalán va por la misma vía. Todo el mundo lo conocerá, pero en la calle y en los patios de las escuelas no se usa», lamentó también Felip Cirer, quien también abrió un melón que era imposible no comentar en una mesa redonda como la de ayer. El hecho de que Menorca tenga más diputados que Ibiza en el Parlament a pesar de la gran diferencia poblacional entre ambas islas, ya que el aumento demográfico en la Pitiüsa mayor ha sido mucho más pronunciado durante estas más de cuatro décadas de democracia.

La secretaria general de Pimeef recordó que, para solucionarlo, únicamente hace falta modificar el reglamento electoral de 1986, no el Estatut: «Creo que se trata de una cuestión de voluntad política». En este sentido, salió a colación en la conversación que tal vez no es tanto la cantidad de diputados de cada isla lo que determina las medidas que adopte el Parlament, como el carácter reivindicativo de los mismos. De hecho, Mari Àngels Marí expresó que la sensación es que en Menorca y Formentera hay un espíritu más reivindicativo en las demandas. «En Menorca todos van juntos, sean de derechas o de izquierdas», apuntó Cirer.

Aunque con matices, lo cierto es que todos los participantes de esta mesa redonda estuvieron de acuerdo en que la infrarrepresentación parlamentaria de Ibiza debe atajarse urgentemente.

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