Nacieron hace unos días y se han convertido en una atracción del parque de la Paz de Vila, donde es fácil ver a gente fotografiando a los patitos bajo la atenta vigilancia de la mamá pato. Sólo cabe esperar que los curiosos respeten a estos animales y no traten de tocarlos o cogerlos por el bien de unas crías que ya se enfrentan a otras amenazas, como las ratas.
