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Temporada en Ibiza: Requisitos a la baja para completar plantillas

Santa Eulària se n’Ocupa sufre una caída de más de 400 candidatos para los empleos ofrecidos en la feria, más de 3.000 este año

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Galería de imágenes de la Feria s'en Ocupa de Ibiza Vicent Marí

Hace diez años, era indispensable dominar al menos un segundo idioma extranjero, además del inglés, para optar a un puesto de trabajo de cara al público en turismo. Ahora mismo, basta con defenderse en el idioma de Shakespeare para tener un contrato garantizado esta temporada.

Santa Eulària se n’Ocupa, la feria pionera en poner en contacto a empresas que necesitan personal con gente que busca empleo, es un baremo más que fiable del mercado laboral de la isla. El año pasado, cuando más se sufrió para completar plantillas, acudieron a estas entrevistas de trabajo 1.115 candidatos a 2.800 puestos ofrecidos por 100 empresas.

Este año, con el mismo número de compañías, se superan las 3.000 ofertas y se han inscrito 680 aspirantes. La proporción era radicalmente inversa en la primera edición, en 2012, con solo una decena de empresas y más de un centenar de trabajadores. «Esperábamos unos 300 candidatos más», confiesa Sandra Marí, la técnica de Ocupación del Ayuntamiento de Santa Eulària.

Como el problema de acceso a la vivienda ahuyentaba a gran parte de la mano de obra, el año pasado prácticamente todas las empresas exigían que los candidatos contaran con domicilio en Ibiza antes de convocarles a una entrevista en profundidad.

"Hay algunas empresas que están bastante apuradas y ya no preguntan por el requisito de la vivienda"

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«Ahora hay algunas que está bastante apuradas y ya no preguntan [por el requisito de la vivienda]», apunta Marí. No obstante, a pesar de este panorama inicial, y de las dificultades que admiten todas las empresas, la mayoría afirma que la situación fue más grave el año pasado. Hay un fenómeno que matiza esta diferencia de candidatos entre 2022 y 2023: ha caído en picado la gente que venía de la Península a principio de la temporada a buscar suerte. De hecho, cuesta encontrarla en el Palacio de Congresos durante la primera sesión de entrevistas.

Más trabajo que en Canarias

«En Canarias hay mucho turismo pero poco trabajo y, como los hoteles abren todo el año, no es tanta fácil encontrarlo como aquí durante la temporada», detalla María Esther Páez. Ella llegó a la isla el año pasado desde Gran Canaria y, tras presentarse a Santa Eulària se n’Ocupa, logró un contrato en un hotel. «Al final me quedé todo el año, pero no por trabajo, sino por amor», confiesa la joven. En las dos sesiones de entrevistas de este año, prevé contactar con diez empresas que necesitan camareras de sala o de piso.

Camila Orozco es colombiana, pero vive en Ibiza desde hace cuatro años. Se ha inscrito a una decena de entrevistas para el sector hotelero y servicio al cliente. «La mejor presentación es ser honesta y transparente», subraya.

La feria sirve a las empresas para recopilar currículums y conocer el perfil del personal a través de entrevistas iniciales de unos tres minutos. Una preselección para después quedar de nuevo, y sin prisas, con los candidatos más aptos.

«Los currículums que se recogen se mantienen toda la temporada, porque se necesita gente en cualquier momento», precisa Sandra Marí. Durante doce ediciones de Santa Eulària se n’Ocupa, «el 99% de las empresas participantes ha contratado a personal a partir de estas entrevistas», destaca.

La cadena Meliá Hoteles necesita trabajadores para tres establecimientos. «Buscamos de todo. En oficina, recepción, restaurante, cocina o limpieza», detalla la responsable comercial de Me Ibiza, Mercedes Palenzuela. «Intentamos detectar a qué departamento los podemos enfocar, cuáles son sus aptitudes y experiencia. La temporada es muy larga y, al final, se puede necesitar opciones en cualquier departamento», añade.

La presencia, clave

Aunque esta jornada sea para una primera toma de contacto, Palenzuela tiene claro qué perfil queda descartado de primeras. «La presencia es muy importante y si vienes a la preselección desaliñado, es una bandera roja porque nos indica cómo te vendes y las ganas que tienes», subraya. 

Se nota la diferencia con las temporadas previas a la pandemia, cuando no teníamos ninguna dificultad para encontrar trabajadores

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La empresa de alquiler de coches K10 se estrena en esta edición de Santa Eulària se n’Ocupa para evitar que se repitan los quebraderos de cabeza de 2022. «Fue muy complicado encontrar personal, aunque este año parece que hay más oferta. Pero aún se nota la diferencia con las temporadas previas a la pandemia, cuando no teníamos ninguna dificultad», explica el gestor de ingresos de la compañía, Florian Pau.

En este rent a car quieren personal para recepción, conductores, teleoperador y agente de reservas. Unas seis plazas a repartir en sus cuatro oficinas, en las que llegan a trabajar cerca de cuarenta trabajadores en pleno verano.

Pau es de los que admiten abiertamente que las exigencias se han flexibilizado para conseguir mano de obra. «La experiencia da un poco igual, porque todas las personas se pueden formar en la empresas. Lo que queremos es voluntad, disposición e idiomas, aunque, hoy en día, solo con el inglés ya nos apañamos».

Franc Monfort, de la empresa de alquiler de scooters Cooltra, busca a diez personas para completar una plantilla de 26. «Lo indispensable es inglés y saber conducir moto», precisa. A lo largo de la jornada de entrevistas, prevén atender a una cincuentena de candidatos.

Carnet y coche propio

Chiara Deparis, de 27 años, acude por quinto año en busca de trabajo de temporada al Palacio de Congresos. Casi siempre ha tenido suerte. «Tengo experiencia en cocina, camarera de pisos o alquiler y limpieza de coches. Siempre en turismo», apunta. Ella ha constatado que las empresa son menos exigentes ahora. «Al principio pedían idiomas y estudios, pero este ni se fijan en ello. Me piden si tengo casa en la isla y, sobre todo, carnet de conducir y coche propio». Ella recurre al de sus padres.

Deparis ha concluido las ocho entrevistas de la primera jornada [tiene cinco para la segunda] y espera a su amiga Adina Epure. Esta joven, de 19 años, estudia inglés para mejorar su currículum y confía en firmar un contrato como camarera de comedor. El año pasado, en sus primeras entrevistas, Epure logró un puesto en un hotel de es Figueral.

«Me he apuntado a ocho entrevistas. Estaba muy nerviosa al principio, pero ya llevo unas cuantas y me he relajado», apunta. No es el caso de Paco Cabello, que está hecho un flan mientras guarda cola para una entrevista en una cadena hotelera. Y eso que es cocinero, una de las especialidades que se rifan las empresas. «Sí, nunca he tenido problema para trabajar en la isla», valora.

Ester Alvarado y Nuria Díaz, del departamento de recursos humanos del CBBC, necesitan ocho cocineros, dos para Santa Eulària y seis para Cala Bassa, y la misma cifra de camareros. «La vivienda es el principal problema», confirman. Por eso, la empresa dispone de alguna habitación para ofrecer a los candidatos.

Aunque el turismo y el comercio siguen siendo mayoritarios, la feria cada vez cuenta con más presencia de otros sectores que, además, ofrecen contrato indefinido. «Este año hay incluso vacantes de técnico agrónomo, además de fisioterapeutas, psicólogo, mecánicos o jefes de máquinas de barcos», detalla Sandra Marí.

Una de las empresas que ofrece trabajo todo el año es Amadiba, la Asociación de Madres y Padres de personas con discapacidad. Laura Marí, administrativa y futura orientadora laboral de la entidad, espera atender a 23 candidatos. «La gente llega nerviosa y no sabe qué decir para romper el hielo, como si estuvieran en un examen. Por eso intentamos ser distendidos y cercanos», indica. Ahora, confía en empezar a conocer a los perfiles idóneos para cubrir una docena de puestos de profesor de primaria, atención directa o monitor de ocio y deporte.

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