Joe Thornley, un joven británico de 25 años que había trabajado durante la temporada en Ibiza, ha fallecido a causa de una operación de manga gástrica en una clínica de Turquía. El joven, que según explican sus familiares en declaraciones recogidas por la BBC, "no estaba contento con su peso," decidió someterse a una operación en una clínica de Estambul dedicada a este tipo de intervenciones.

El británico, que vivió en Ibiza a lo largo de varios meses puesto que trabajaba de temporada, viajó a la capital turca sin comunicar previamente la decisión tomada a sus progenitores hasta un día antes de coger el vuelo.

Una vez fallecido Thornley, los padres no recibieron la noticia hasta 24 horas más tarde de producirse la muerte. "Me envió un mensaje el día de la operación para decirme que le dolía algo, pero después no volvimos a saber nada", declara la madre. "Pensé que su teléfono estaba apagado o que estaba durmiendo", añade.

Fue la policía británica la que comunicó la noticia a sus progenitores. El personal del centro sanitario turco no disponía de los datos de contacto de sus familiares cercanos, por lo que se pusieron en contacto con el cuerpo británico para que fueran ellos los que contactaran con ellos y les trasladaran la noticia.

Posteriormente, la policía les proporcionó el número del médico de Thornley en Turquía. "El médico dijo que tenía la tensión baja. Tuvo un infarto, un paro cardíaco", explica por su parte Nick, el padre del joven británico. "Supusimos que su cuerpo había fallado", continúa. Cuando el cuerpo del joven llegó a Reino Unido y se realizó la autopsia, se dieron cuenta de que la información aportada por el médico turco "era irrelevante" y que la causa de la muerte fue una hemorragia interna provocada durante la operación.

La odisea de repatriar el cuerpo

"Fue una lucha devolver el cuerpo de Joe a casa", cuenta la madre. "Tuvimos que hablar con el consulado británico y luego pagar a los gastos de la funeraria en Turquía. Fue horrible", sentencia. "Puede que te cueste 3.000 libras (unos 3.400 euros) ir allí, pero si te mueres, fácilmente te cuesta entre 12.000 y 15.000 libras (entre 13.000 y 17.000 euros) si tienes en cuenta la repatriación del cadáver y el funeral", detalla.

El caso de Thornley, que se ha hecho público a partir de un documental del que la BBC y el periódico The Sun recogen varias declaraciones, es uno de entre los múltiples casos de ciudadanos británicos que, por motivos de estética, viajan a países donde las operaciones de esta índole se ofrecen a precios mucho más reducidos que en Reino Unido.

La pieza documental, además, revela que algunas clínicas de Turquía utilizan imágenes de archivo junto a reseñas por parte de los usuarios repletas de elogios, lo que pone en tela de juicio la credibilidad de estos centros.

Una pareja de amigos que vivió con Thornley durante seis meses en Ibiza y cuyas declaraciones también recoge el documental, advirtieron al joven británico que no se realizara la operación para adelgazar y le insistieron, en vano, de los riesgos de operarse en el extranjero.