Turismo: jornada de la Asociación para el Progreso de la Dirección

«Ibiza es un destino turístico maduro en alto riesgo»

La jornada de la Asociación para el Progreso de la Dirección aborda la transformación del modelo turístico de Ibiza, «un claro ejemplo de reconversión», según la directora balear de Turismo

Público asistente a la jornada de la APD.

Público asistente a la jornada de la APD. / Vicent Mari

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Con tal de venir Ibiza, los turistas parecen dispuestos a pagar lo que sea, incluso a soportar lo que sea, atascos, masificación, precios abusivos... Pero puede llegar un día en que ya no traguen, por ejemplo, soportar a ese elefante de la saturación del que habla el director general de Sirenis, Pedro Matutes (ver página 1). O al resto de paquidermos que le acompañan y que es posible que en algún momento nos pasen factura, como advirtió ayer Aniol Esteban, director de la Fundación Marilles, en el panel ‘Transformación del modelo de turismo de Ibiza’, el primero de la jornada de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) celebrada en Es Nàutic de Sant Antoni: «Ibiza es un destino maduro en alto riesgo. Tiene marca y reputación. Pero tiene un alto riesgo de que se erosione», alerta.

A Esteban le gustaría pensar que Ibiza está en proceso de transformación, pero no lo tiene claro: «Desde mi perspectiva, no, por las actitudes de los agentes económicos y públicos». Propugnan algo (hay que buscar la sostenibilidad, por ejemplo), pero hacen lo contrario o nada, puro postureo: «Dices que tienes unos valores, pero luego no te comportas en consecuencia». Estás a favor de reciclar, pero tiras latas de cerveza en el bosque: «Todos están a favor del reciclaje, ¿pero cuántos reciclan luego?», se pregunta. «Percibo —añade— en el sector que se ha asumido el discurso de que hay que apostar por calidad y no por la cantidad, pero el comportamiento que tienen es el de celebrar la cantidad»… que alimenta directamente al elefante de la saturación: «Y si sobrepasamos los límites físicos del espacio en el que operamos está en riesgo la calidad de la experiencia del turista en Ibiza».

Para Isabel Vidal, directora balear de Turismo, participante en esa tertulia, la pregunta que debe hacerse Ibiza es «en qué quiere reconvertirse». La isla ya es «es un claro ejemplo de reconversión, se ha ido repensando y ha sabido reposicionarse como producto internacionalmente». ¿Y qué hará en el futuro? «La función del Govern es hacer de paraguas, pero es Ibiza la que debe pensar qué vendrá después».

Juan Franch, profesor de Derecho mercantil y contratación turística de la UIB, considera que «la turismofobia impregna» todo este debate y que cada vez que se habla de sostenibilidad muere, a su entender, un gatito: «Se usan conceptos que legalmente empleamos mal y que socialmente se pueden usar de forma perversa». Contrario a la regulación excesiva (si por él fuera sería nula), dice que le preocupa que otros conceptos, como calidad o autenticidad, se trasladen a normativas legales: «Hay un exceso de intervencionismo por parte de las administraciones».

Para Franch, la moratoria de plazas turísticas le parece «obscena». También que «el sector público imponga al privado» que sea sostenible

Y un «exceso de derecho público sobre la actividad turística». En ese sentido, dice ser «crítico» con el decreto de excesos, del que se pregunta si «hay medios para que se cumpla. Ahí es donde falla (…) La administración, más que normas, debe poner medios materiales». Expone el ejemplo del West: «¿Tenemos Policía Local suficiente para hacer un barrido [policial] en ese barrio?». Para Franch, por cierto, la moratoria de plazas turísticas le parece «obscena». También que «el sector público imponga al privado» que sea sostenible.

Isabel Vidal, sin embargo, sí que respalda que la Administración meta mano en estos asuntos, por ejemplo «apostando por el valor del destino, con cambio de calidad y aumento de la temporada», pues, a su juicio, permite «modificar las conductas de excesos». Aún perviven resquicios del turismo de borrachera, admite, «pero ya se tiende hacia otro modelo» gracias a esa intervención.

Aniol Esteban considera que hay que reducir ese turismo de excesos y «planificar la transición» hacia otro modelo, pero, sobre todo, hay que «trabajar en la cantidad, con indicadores reales sobre la presión que pueden sostener las islas y que garantice la calidad de la experiencia turística».

«El turismo de lujo es la selección natural de Eivissa»

A Juan Franch, profesor de Derecho mercantil y contratación turística de la UIB, le preocupa «ese deseo de que todo sea 5 estrellas, que no haya otro tipo de hoteles en Eivissa», opinión que posteriormente, en la siguiente tertulia, fue contestada por Carmen Matutes, deputy CEO (directora general adjunta) de Palladium Hotel Group: «La forma de selección natural [en Eivissa] es el lujo. Sé que no es políticamente correcto, pero no tenemos otra solución porque no podemos competir con destinos como Túnez», afirma. «Sin ser lo único —añade—, hay que potenciarlo». Respecto a las críticas sobre ese tipo de turismo, señala que «nadie despotrica en Los Ángeles sobre Hollywood». El súper lujo es, pues, nuestra particular fábrica de sueños.

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