Política

«Feijóo es otra cosa»

Hace cuatro años Pablo Casado atrajo a menos de 700 simpatizantes a un mitin gratuito que dio en el recinto ferial de Ibiza: ayer el candidato del PP fue arropado por 1.000 personas que pagaron 15€ por plato

Vídeo de la visita a Ibiza del presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

«Alberto Núñez Feijóo es otra cosa». José Vicente Marí Bosó, presidente del PP de Ibiza, contó en el acto celebrado en el recinto ferial que eso se lo dijo una mujer en el Mercat Nou. No lo concretó, pero se entiende que Feijóo es diferente en contraposición a Pablo Casado, el anterior presidente del PP español. «Hay una gran mayoría que le ve como la gran esperanza», añadió el ibicenco.

Sin encuesta precocinada por Tezanos que lo pruebe, sí podemos basarnos en otro dato para comprobar que, al menos hasta ahora, el actual presidente popular arrastra a más gente que su defenestrado antecesor. El anterior líder del PP visitó Ibiza el 9 de abril de 2019, a 19 días de las elecciones generales, que perdió. Aquella jornada, menos de 700 personas acudieron al mitin que ofreció, también, en el Recinto Ferial. 700 y con esfuerzos. Unas enormes cortinas negras achicaron a una tercera parte aquella enorme superficie para reducir así el efecto horror vacui. El PP necesitó fletar cinco autobuses para trasladar a Vila a 250 simpatizantes. Y aun así había sillas vacías.

Ayer, sin embargo, sólo se fletó un autobús. La mayoría acudió en su propio coche o a pie. Y pagando 15 euros (no fue gratis, como cuando vino Casado) por plato de arroz de matanzas. Se vendieron 1.000 tiques (a razón de 200 por municipio), pero podrían haber sido más, asegura Vicent Roig, candidato a la alcaldía de Sant Josep, si el aforo del Recinto Ferial hubiera sido mayor, por ejemplo para esos «1.500 asistentes» que creyó contar Feijóo. Dos horas antes de que llegara el gallego ya estaban ocupadas la mitad de las sillas dispuestas en 11 hileras. Los candidatos están ya tan en campaña que les bailan las cifras: Feijóo ve 500 asistentes más de los que había, mientras Marga Prohens no tiene claro si faltan 90 o 190 días para las elecciones en las que intentará echar a Francina Armengol del Govern.

Feijóo fue recibido casi como un mesías, con el calor que no tuvo el palentino. Sí, parece «otra cosa»

Y lo más significativo: hace cuatro años ni el ondeo forzado de las banderolas del PP (ayer no se repartieron) podía disimular el escaso entusiasmo que provocaba Casado. Ayer, por el contrario, Feijóo fue recibido casi como un mesías, con el calor que no tuvo el palentino. Sí, parece «otra cosa».

Como aquel 9 de abril de 2019, no faltó a la cita Abel Matutes, que se sentó en la misma mesa en la que el presidente popular comió arroz de matanzas junto a otras nueve personas, entre ellas María Luisa Cava de Llano, exdefensora del pueblo. Feijóo dijo de Matutes que era su «referente», recordó su largo currículo y, campechano, lo calificó de «currante». Confesó que cenó a la 1.30 horas de la madrugada con él en Madrid y que el exministro le dijo entonces que se apuntaba a viajar horas más tarde con él a Ibiza para escucharle. Grandes aplausos de la gente de bien presente a los que Matutes, cómo no, respondió levantándose de su asiento y saludando a la plaza.

«Esta mañana —añadió Feijóo— no ha podido hacer gimnasia, me ha dicho, pero se ha fumado un cigarrillo mientras yo me tomaba un café. A mí me gustaría tener la salud, el empuje y la determinación que tiene Abel Matutes. Yo le sigo con interés. Os propongo que hagáis lo mismo», dijo Feijóo, dejando en al aire la duda de si lo que recomienda es cenar de madrugada, fumar en el desayuno o qué.

«Es un buen tipo, que sabe lo que dice y de economía», dijo de Bosó, quién sabe si para que se vaya preparando para dirigir una Secretaría de Estado o, todo puede ser, un ministerio de Hacienda o Economía en cuanto llegue la ocasión

Feijóo es así, sencillo y campechano, como Mariano Rajoy, en las distancias cortas, que es donde un político se la juega. «Es un buen tipo, que sabe lo que dice y de economía», dijo, por ejemplo, de Bosó, quién sabe si para que se vaya preparando para dirigir una Secretaría de Estado o, todo puede ser, un ministerio de Hacienda o Economía en cuanto llegue la ocasión. Porque el tipo sabe, entre otras cosas, de tipos de interés.

Feijóo es consciente de que, como dice Bosó, es la gran esperanza blanca para muchos. Dijo haberlo notado ayer en el avión e, incluso, en un bar de la isla donde pararon tras aterrizar a las 12.50 horas para llegar en el momento justo, no fuera a pasarse el arroz. Dice sentir «emoción» en la gente. Quizás tenga razón Bosó y «España huele a cambio» en vez de a ajo.

También estuvo allí Roberto Algaba, de Ciudadanos, si bien alega (no hagan conjeturas) que «para acompañar» a su mujer, «que es del PP»

También fue recibido en loor de multitudes Vicent Marí, presidente del Consell, quizás porque los asistentes sabían que necesita apoyo moral en estos momentos. Bosó dijo de él que encarna «la tranquilidad» a la hora de gobernar y que es un político «serio y eficaz que está por encima del partidismo, pues gobierna para todos». Vicent Marí fue muy aplaudido cuando Bosó mencionó a todos los presidentes del Consell que procedían del PP, como Cosme Vidal, Marí Calbet, Vicent Serra y Pere Palau. Este último sí que acudió a la comida, vestido con chándal. También estuvo allí Roberto Algaba, de Ciudadanos, si bien alega (no hagan conjeturas) que «para acompañar» a su mujer, «que es del PP».

«Cogió el PSOE cuando era un partido de Estado, y fijaos en qué estado lo ha dejado». No da para el Club de la Comedia pero tampoco es mal chiste

Feijóo debió pensar que el presidente del PP insular hablaba de Pedro Sánchez cuando dijo que el 28-M hay que «dejar atrás la incapacidad, la soberbia y la hipoteca de tantos años de gobierno socialista». En realidad respaldaba a Rafa Triguero como candidato a Vila. Porque esas son palabras que el presidente del PP dedica al líder socialista continuamente: soberbio, frívolo, cínico...: «Cogió el PSOE cuando era un partido de Estado, y fijaos en qué estado lo ha dejado». No da para el Club de la Comedia pero tampoco es mal chiste.

Suscríbete para seguir leyendo