La VI Jornada Caminos hacia la sostenibilidad en Ibiza y Formentera terminó con una cata de agua oganizada por Aqualia. Antes, Pedro Puigdengoles, director de la delegación Illes Balears de Aqualia explicó que el agua de las redes municipales de la isla de Ibiza se puede ya que cuenta con todas las garantías sanitaras.

La cata estuvo organizada por Aqualia. | Vicent Marí

La cata de agua sirvió para comprobar si los participantes descubrían qué tipo de agua estaba bebiendo: agua embotellada o procedente del grifo y, por tanto, de la red pública municipal. Puigdengoles explicó que para que el agua del grifo proveniente de las redes muncipales no tenga sabor a cloro es recomendable mantenerla en una jarra durante dos días en el frigorífico. Y así estaban las aguas seleccionada para la cata en el Club Diario de Ibiza.

Los participantes eligen las muestras de agua. Vicent Marí

Las muestras de agua utilizadas, todas las misma temperatura, fueron: Solan de Cabras, Bezoya, Aquabona, agua de la red municipal de Ibiza 100% desalada, y agua de la red municipal Santa Eulalia (desalada y de pozo).

Los participantes respondieron a una pequeña encuesta. Vicent Marí

En la cata y en la encuesta participaron 25 personas que reconocieron las aguas del grifo por su dureza y sabor parcialmente a cloro lo que supone un 75 % de los participantes. El 30 %, confundió la muestra de Solan de Cabras con las aguas procendentes del grifo, debido su dureza.

Te puede interesar:

Las cinco jarras de aguas estaban a la misma temperatura. Vicent Marí

La encuesta realizada tras la cata revela un dato importante: un 20% de los participantes indicaron que beben agua del grifo habitualmente pero previamente filtrada mientras que un 10% aclararon que consumen el agua directamente del grifo, mientras que el resto aseguró beber solo agua embotellada.