Colisée Sa Residència

«Los familiares debemos tener voz en lo que afecta a la atención de los usuarios de Colisée Sa Residència de Ibiza»

Mañana un grupo de familiares de usuarios de este centro se reunirá con el director de Calidad de Colisée, Toni Guerra, para estudiar cómo pueden participar en la gestión y toma de decisiones del centro

Carmen Ortiz y María, ayer en la sede de Diario de Ibiza.

Carmen Ortiz y María, ayer en la sede de Diario de Ibiza. / Toni Escobar

Maite Alvite

Maite Alvite

«Los familiares nos ofrecemos a ayudar en la solución a la problemática de Sa Residència, pero para eso nos tienen que dejar opinar». El comentario lo hace María (nombre ficticio), que tiene un pariente en esa residencia del municipio de Santa Eulària. Precisamente, la reunión programada mañana con Toni Guerra, director de Calidad de Colisée, es para abordar este asunto. «Hablaremos de cómo se puede incorporar a los familiares de usuarios en la gestión y en el proceso de toma de decisiones de la residencia. Debemos tener voz en lo que afecta a la atención de los usuarios», afirman con rotundidad ella y Carmen Ortiz, que tiene a su madre en esta residencia gestionada por La Saleta Care S.L.U., que cuenta con plazas privadas y públicas.

Este asunto los familiares de usuarios de Sa Residència ya lo pusieron sobre la mesa en un reunión previa con Toni Guerra mantenida el pasado 30 de enero. En ese encuentro también se expusieron al director de Calidad de Colisée la larga lista de deficiencias detectadas en la residencia, empezando por la «acuciante falta de personal».

A pesar de que todas esas irregularidades que se abordaron en la reunión con Guerra se llevan denunciado desde 2022, de que el Consell de Ibiza hizo una inspección al centro el 13 de enero y de que el tema saltó a los medios de comunicación el 4 de febrero a raíz de una información de Noudiari, los familiares aseguran que «todo sigue igual» en Sa Residència. «Lo único que se ha hecho es unificar comedores y la sala común de estar de los residentes y hoy (por ayer) nos hemos enterado de que están poniendo de nuevo timbres», afirma Ortiz, recordando que una de las quejas de los familiares era que en muchas habitaciones no había estos aparatos o estaban desconectados. Aseguran, además, que no se ha contratado más personal, «al contrario, la doctora y la fisioterapeuta se van y la plaza de psicóloga no se ha cubierto todavía».

Quejas desde verano de 2022

Fue el pasado verano cuando llegaron a la dirección de Sa Residència las primeras quejas y sugerencias de familiares, según explican María y Carmen Ortiz. «La respuesta de la directora fueron buenas palabras, pero hechos, ninguno», señalan. «La situación se fue deteriorando y al ver cada vez más presencia de familiares en el centro para controlar la higiene y la comida que recibían los usuarios y que se empezaban a producir hospitalizaciones de residentes» varias personas decidieron hacer llegar esas quejas de forma individual al Govern, a través de la Delegación de Dependencia que hay en Ibiza. Además, se formó un grupo de Whatsapp donde decenas de familiares comparten a diario sus testimonios. El 19 de diciembre de 2022 mantuvieron una reunión con el Consell de Ibiza, que es el que tiene la capacidad inspectora en el caso de las residencias. En ese encuentro, la consellera de Bienestar Social, Carolina Escandell, se comprometió a hablar de inmediato con la dirección General de Atención a la Dependencia del Govern y aseguró que llevaría a cabo una inspección extraordinaria, que se realizó el pasado 13 de enero. «Sospechamos que en Sa Residència estaban avisados porque ese día los trabajadores estaban mejor uniformados, había manteles en las mesas, pastel de postre y una clase de gimnasia que hasta entonces no existía», comenta María.

El expediente de inspección del Consell de Ibiza está en tramitación y ha dado lugar a un requerimiento a la entidad para que enmiende las deficiencias detectadas. «No me gustaría que todo esto se quedara en una mera sanción», señala Ortiz, antes de que María añada que lo que está ocurriendo con Sa Residència «no es un caso aislado», como quedó patente, dice, en el especial sobre residencias del programa ‘Hablando en plata’, que se emitió hace unos días en Antena 3 .

«Nos sentimos ninguneados»

En diciembre pasado los familiares también contactaron con Estefanía Serratusell, subdirectora de Atención a la Cronicidad, Coordinación Sociosanitaria y Enfermedades Poco Frecuentes de los Servicios Centrales del Ib-Salut. A raíz de ese encuentro, en el que Serratusell se mostró «muy colaborativa», se coordinó una nueva reunión, el 10 de enero, en la que estaba presente, entre otros cargos, la gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Carmen Santos. «Aunque sabemos que Salud no tiene competencias en esto, nos dirigimos a esta conselleria en busca de amparo y solidaridad para que nos echen una mano y nos ayuden a dar más voz a esta situación porque lo que está en riesgo en definitiva es la vida de los residentes», señala María. «En ese encuentro nos vinieron a decir que no podían hacer nada porque una vez que entra la persona en la residencia la atención sociosanitaria se delega en los profesionales sanitarios del centro. También nos comentaron que se habían puesto en contacto con el director general de Atención a la Dependencia del Govern, Gregorio Molina, que negó saber nada del asunto», detalla.

Sintiéndose «ninguneados» por el departamento de Dependencia, el 16 de enero le enviaron «un escrito formal con 136 firmas» con todas las negligencias detectadas. El documento se lo hicieron llegar también a la dirección general de Consumo. La respuesta del Govern llegó el 1 de febrero a través de una carta en la que se informaba, entre otras cosas, de que «el 24 de enero había reenviado el escrito de los familiares al Consell de Ibiza para que llevara a cabo la inspección del centro y que había convocado una reunión con la dirección de Sa Residència en Palma, en la dirección general de Atención a la Dependencia, en la que la empresa había informado de las medidas que estaba adoptando y se le había requerido que trasladara su plan de acción por escrito».

«Hemos pedido a la conselleria balear de Asuntos Sociales que se persone en Sa Residència para que vea la realidad del centro y ha declinado la invitación tres veces», lamenta María, que insiste en lo que persiguen los familiares de los residentes: «Lo que queremos es una acción rotunda y contundente para garantizar la calidad del servicio y la atención a los usuarios para que puedan vivir sus últimos años con dignidad».

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