Fin a tres años de mascarillas en el autobús en Ibiza: «Es un alivio»

«Lo que hemos pasado en este tiempo, no está pagado», aseguran los conductores

David Ventura

David Ventura

La noticia de la supresión de la obligatoriedad del uso de las mascarillas (instaurada desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020), en el transporte público ha supuesto una gran alegría para muchos ciudadanos, pero ninguna comparable a la de Antonio, conductor de autobuses que ayer ejercía su oficio en un vehículo de la línea 3, que une Ibiza con Sant Antoni. «No te puedes ni imaginar el alivio que siento hoy», confiesa. La alegría no es por el hecho de dejar de llevar la mascarilla. De hecho, él la sigue usando «por precaución». El motivo de su felicidad es otro: «Ya no tendré que ir recordándoles a los pasajeros la obligación de llevar la mascarilla puesta».

Algunos pasajeron optaron por mantener el uso del cubrebocas. | TONI ESCOBAR

Algunos pasajeron optaron por mantener el uso del cubrebocas. | TONI ESCOBAR / David Ventura

Una función de controlador que se le hacía muy cuesta arriba: «Tú no sabes lo que ha supuesto esto. Discusiones. Peleas. Insultos. Gente que se te encara, que se enfada contigo, cuando yo no tengo la culpa de nada». Una situación de conflicto permanente que le generaba un enorme estrés emocional: «Lo que hemos pasado los conductores durante este tiempo, no está pagado», resume.

Fin a tres años de mascarillas en el autobús: «Es un alivio»

Fin a tres años de mascarillas en el autobús: «Es un alivio» / David Ventura

Discusiones que, en muchas ocasiones, no servían para nada, como explica un pasajero, llamado también Antonio: «Hacían como que se la ponían, pero luego iban al fondo del bus y se la quitaban. Era una pelea para nada».

Una situación que confirma Victoria Cañizares, conductora del autobús de las líneas 13 y 18, que unen Ibiza con Santa Eulària y es Canar: «Mucha gente no quería ponérsela y se provocaban situaciones muy incómodas. El solo hecho de saber que no tengo que discutir con nadie es un alivio enorme», confiesa, y lamenta «la mala educación de mucha gente» durante todo este tiempo en que era obligatoria.

Una opción personal

Una vez que la obligación se ha levantado, llevar el cubrebocas se convierte en una decisión estrictamente personal. Una comprobación de su uso en varias líneas a primera hora de la mañana confirma varias tendencias: en la línea 3 (Ibiza-Sant Antoni) la mitad de los usuarios todavía prefieren llevar la mascarilla puesta, una proporción parecida entre los pasajeros de la línea 12 (Ibiza, Cap Martinet), mientras que en las líneas 13 y 18, el uso del cubrebocas es residual.

«En la salida de las 7 de la mañana, cuando el bus va lleno, muchos pasajeros todavía llevaban la mascarilla», comenta Victoria Cañizares, conductora de las líneas 13 y 18, «pero ahora [a las 9.45 horas] ya casi nadie la lleva». Ella prefiere no volvérsela a poner, «a no ser que el bus vaya a tope».

José Ramón Borrego, conductor de la línea 12, lleva la mascarilla a mano y se la pondrá a lo largo del trayecto: «Esta línea pasa por el centro médico de Vila y hay mucha gente tosiendo. Además, es un bus muy pequeño y las ventanillas no se pueden abrir, así que en estos momentos prefiero llevar la mascarilla puesta».

Juan José, conductor de la línea 3, prefiere conducir con la mascarilla puesta, pero en su caso se debe a que está resfriado. Una respuesta que coincide con la de otros pasajeros que también han optado por el cubrebocas: «Creo que me ronda una gripe y prefiero ser precavida. Además, a mí no me molesta», comenta Marisela Torres, pasajera de la línea 3. Otras personas, en cambio, abrazan la posibilidad de no llevar mascarilla con entusiasmo: «¡Tenía muchísimas ganas!», confiesa Luján Martínez, usuaria también de la línea 3, «además, a mí, que llevo brackets, la mascarilla me molesta muchísimo».

«¡Por fin podemos respirar!», exclama Rosa Bañuelo, pasajera de la línea 13, que se muestra exultante por deshacerse del cubrebocas: «Durante años nos hemos mirado como bichos raros. ¡Por fin podemos mirarnos a la cara con normalidad! Estoy muy contenta, casi que el paisaje se ve con otros ojos».

Una alegría que comparte otra pasajera de la misma línea, Ana Isabel Carcelén: «Estaba harta de que se me empañaran las gafas. Ahora puedo respirar muchísimo mejor».

Antonio Ramos, por su parte, mantiene la mascarilla puesta, aunque se alegra por los conductores: «Se montaban unas discusiones tremendas para nada». Pese a todo, él no se fía: «¿Seguro que ya lo ha aprobado el Gobierno? ¿Ha salido en el BOE?». Pues efectivamente, a las 8.30 de la mañana ya se había publicado el BOE con el Real Decreto que modificaba el uso de este sistema de protección contra el covid: «Es que todavía mucha gente la lleva», comenta y, efectivamente, la mitad del pasaje lo hace.

Estigma al transporte público

El conseller de Transportes del Consell de Ibiza y portavoz de Ciudadanos en las Pitiusas, Javier Torres, ha celebrado la supresión de la obligatoriedad de la mascarilla porque, a su juicio, «estigmatizaba el uso de medios de transporte como el autobús», y señala que la prolongación de esta medida «frenó la recuperación del número de usuarios del transporte público».

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