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Inquietud entre los constructores de Ibiza por el cambio en las ayudas y el alza de precios

La construcción mantendrá un alto nivel de actividad en 2023 a causa de la demanda de segundas residencias

Imagen de la construcción de un bloque de viviendas en Eivissa. J.A.Riera

El sector de la construcción vive un nuevo momento de auge en Ibiza, con un aumento de proyectos y obras visadas. No obstante, la felicidad nunca es completa. La decisión del Gobierno central de que desaparezca la compensación extraordinaria a las constructoras que había establecido el Govern balear para compensar el aumento de precio de los costes, ha sido recibida con inquietud y división de opiniones en el sector. Preocupa también, y de manera unánime, la persistencia de la subida de los costes y los materiales, así como la incertidumbre por los suministros.

En el caso de las ayudas a las empresas para compensar los costes sobrevenidos en las licitaciones de obra pública, el conflicto se produce porque el Ejecutivo central consideró que la decisión del Govern invadía sus competencias. Finalmente, Madrid ha impuesto su criterio a la hora de baremar los sobrecostes y las ayudas.

«El criterio de Balears se basaba en la justificación de los sobrecostes por la subida de materiales, pero a partir de ahora nos deberemos regir por el baremo estatal», explica Roger Parrot, director general de la empresa constructora Hermanos Parrot. Un baremo que se basa en una fórmula ponderada a la que se le añaden todo tipo de variables: «Si en una obra hay más asfalto, hormigón o acero, o si hay movimiento de tierras o si es una obra marítima. Si hay un incremento de más del 5% en un material tienes derecho a revisión», explica Parrot, «añades variables a esta fórmula y te arroja unos porcentajes. Es complicado pero no imposible de entender».

Consuelo Antúnez, presidenta de la Asociación de Construcción de la Pimeef, se muestra más reacia a este cambio: «Si tenías unos costes superiores podías solicitar la ayuda al Govern. Creo que ahora habrán más licitaciones desiertas».

Según la asociación balear de constructores, entre marzo de 2022 y enero de 2023 han quedado desiertos en Balears 87 proyectos de obra pública, cinco de ellos en Ibiza y Formentera.

Siguen los precios altos

Los constructores señalan que, pese a que la espiral inflacionaria se ha atenuado, los precios de los materiales se mantienen exageradamente altos. «Algunos han bajado un poco, pero no lo suficiente. El acero en enero ha bajado un 5%, pero venimos de alzas del 120%», explica Consuelo Antúnez. Pero algunos materiales siguen subiendo: «Desde el 1 de enero, el hormigón se ha encarecido 30 euros la tonelada a causa de una nueva regulación medioambiental», añade Roger Parrot.

Otro tema que genera incertidumbre en el sector son los problemas en el suministro de materiales que, en el caso de la construcción, suele tener orígenes muy diversos: los materiales cerámicos llegan de la Península, materias como el acero proceden del norte de Europa y los chips electrónicos provienen de China. «No es que haya problemas de suministro, pero nadie te garantiza un plazo. Haces un pedido para dentro de dos meses y te dicen ‘no te lo puedo garantizar’. A lo mejor te llega a los dos meses y una semana, a lo mejor te llega a los cuatro meses. Así es más complicado trabajar», explica la portavoz del sector.

El sector del ladrillo seguirá en auge este año

A falta de que la demarcación pitiusa del Colegio Oficial de Arquitectos de Balears (Coaib) presente la memoria de actividad del año pasado y los datos de proyectos visados, la presidenta de la Asociación de Construcción de la Pimeef, Consuelo Antúnez, avanza que las cifras van al alza: «Las perspectivas para 2023 son buenas. Hay un aumento de proyectos visados, sobre todo en el tema de reformas. También se mantiene la construcción de viviendas», confirma.

Por tanto, 2023 seguirá siendo un buen año para el ladrillo en Ibiza y Antúnez lo achaca a un motivo claro: «Hay mucha gente interesada en tener una casa en Ibiza. La gente quiere venir aquí. Esto es así. Hay muchísima demanda». Una ingente actividad constructiva que no servirá para solventar la falta de vivienda que sufre la isla y que padecen, especialmente, los residentes. Parece una paradoja, pero no lo es: «La demanda que nos llega es de segunda residencia y vivienda vacacional. A causa del precio que tiene el suelo aquí, es una oferta dirigida a personas con un alto poder adquisitivo». Antúnez lo dice bien claro: «Es un mercado para gente de otros países que están dispuesta a pagar este precio».

En 2021 en las Pitiusas se visaron obras por un presupuesto total de 251 millones, un 40% por encima de 2020, alcanzando las cifras de la época de la burbuja inmobiliaria.

El director general de Hermanos Parrot, Roger Parrot, confirma las buenas perspectivas: «Hay bastante trabajo. No nos quejamos», y señala que la preocupación va en otras direcciones: el precio de los materiales y su suministro: «La dificultad para tener recursos suficientes como para afrontar una obra con garantía de calidad y de precios».

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