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Cuatro años de problemas para aparcar en el hospital de Ibiza

El estacionamiento se transformó en gratuito a principios de 2019, desde entonces, encontrar una plaza se ha convertido casi en imposible para pacientes y familiares

Imagen de archivo del aparcamiento del Hospital Can Misses, lleno. Juan A. Riera

«¿Tan difícil es hacer como Vila con el aparcamiento del Cetis? ¿Tan difícil es que si tienes consulta o eres un familiar de alguien ingresado te den un ticket para descontar unas horas y, si no vas al hospital, se pague una tarifa?». Son las preguntas desesperadas que lanza a primera hora de la mañana de ayer Vicente mientras trata, sin éxito, de encontrar una plaza en el parking del Hospital Can Misses. El hombre estalla porque no es ni la primera ni la segunda ni la tercera vez que da vueltas y más vueltas para aparcar. Lleva sufriendo esta situación un tiempo. El mismo que un familiar cercano lleva ingresado en el Hospital Can Misses. Acude muchas mañanas para visitarlo y ninguna de ellas ha sido fácil aparcar.

La mayoría de la gente que tiene que acudir a Can Misses, conocedores de la situación, de la que se acaban de cumplir cuatro años, lo hacen con tiempo de sobra para dar vueltas por el aparcamiento donde, critican, no hay ningún tipo de control sobre el buen uso de las instalaciones. De hecho, es habitual encontrar vehículos ocupando dos plazas. También, denuncian los habituales, «curiosamente» hay coches estacionados siempre en las mismas plazas. «O son de personas que se marchan de viaje o por una temporada y lo dejan aquí porque está más seguro que en la calle o son de trabajadores», afirmaba hace unos días Maria Serra quien, con su madre ingresada, lleva más de un mes haciendo turnos con su hermana y buscando aparcamiento en el hospital «todos los días». «Es una tortura. Vengo después de dejar a mis nietos en el colegio y veo mucha gente que aparca y, en vez de subir al hospital, sale y se marcha dirección a Vila», indica.

El pasado miércoles, quienes acudieron a Can Misses alrededor de las diez de la mañana se encontraron con vehículos estacionados en zonas en las que está prohibido aparcar, como al final de las filas de plazas o pegados a las paredes. «Cuando llevas tiempo dando vueltas y ves que tienes ya la consulta lo dejas donde puedes», indica Paqui Gracia, que afirma que siempre que puede pide a alguien que la lleve al hospital.

De las quejas por el precio a las quejas por el mal uso

Las quejas por la saturación y el mal uso del aparcamiento del hospital se suceden desde que a principios de 2019, hace cuatro años, pasó de ser el aparcamiento más caro de la isla (lo que suscitó no pocas quejas de los usuarios) a ser gratuito sin ningún mecanismo de control para asegurar que únicamente lo emplean quienes tienen que acudir a Can Misses. En aquel momento, desde el Govern se apeló a la «buena voluntad» de la gente para hacer un buen uso del estacionamiento. Sin embargo, desde el primer momento, pacientes y familiares de pacientes alertaron de que ocupaban las plazas vecinos de la zona, familias de los colegios cercanos en las horas de entrada y salida de los escolares o personas que acuden a Vila a trabajar, hacer trámites o de compras. Una empresa de coches de alquiler llegó, incluso, a usarlo como aparcamiento base durante el verano.

Desde la gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera insistieron ayer en que llevan «meses trabajando» con la concesionaria para tratar de encontrar una vía que permita «controlar los accesos al aparcamiento del Hospital Can Misses». «Hay una voluntad clara de solucionar esto», insisten antes de recalcar que la concesionaria, Gran Hospital Can Misses, es la «prestataria» del servicio de parking. En este sentido, hacen hincapié en que en 2019 «no se rescató el aparcamiento», sino que simplemente se levantaron las barreras y se convirtió en gratuito para los usuarios. «Pero la concesionaria sigue siendo la que se encarga de la prestación», reiteran.

Así, explican, corresponde a la concesionaria presentar propuestas para limitar y controlar el acceso de forma que se garantice que quienes aparcan en Can Misses sean, realmente, quienes tienen que acudir al centro hospitalario.

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