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Testimonios en Ibiza: Cuando la Administración es más cruel que el cáncer

Reclaman a los evaluadores de los casos que se lean los informes médicos

Susana Ribas, en el Club Diario de Ibiza, en una exposición sobre el cáncer de mama. JUAN A. RIERA

El mensaje llegó un martes a las nueve de la noche. De forma totalmente inesperada, explica una enferma de cáncer, que prefiere no decir su nombre. En él, el Instituto Nacional de la Seguridad Social le comunicaba que tres días más tarde, el viernes, debía incorporarse a su puesto de trabajo. Desde hace años, desde que el cáncer entró en su vida, dormir se ha convertido en una utopía. Aquella noche fue aún más complicado. Y es que esta mujer apenas puede moverse. Es lo que ponen sus informes médicos, que detallan que no puede pasar mucho tiempo sentada. Ni de pie. Y que los dolores son constantes. Eso por no hablar de todas las secuelas que la enfermedad está dejando en su salud mental. Su día a día es ya una tortura. Levantarse de la cama cada día es una pesadilla. Como para ir a trabajar. «No puedo conducir, me duele todo el cuerpo constantemente, por lo que estoy esperando una cita en la Unidad del Dolor, tengo unos dolores de cabeza horrorosos y la movilidad, aunque me esfuerzo todos los días, no la he recuperado», detalla. A esta mujer le diagnosticaron un cáncer de mama. Al tiempo le detectaron metástasis. Hace dos años le tuvieron que quitar una vértebra en una operación que califica de «bestial», a la que se sometió fuera de la isla y gracias a la que «aún» puede caminar.

La enferma ha agotado el año y medio de baja que, como máximo, da la Seguridad Social. Tras recibir aquel mensaje de texto, a toda prisa presentó una alegación, tras lo que le aplazaron seis meses el regreso al trabajo. «Cuando llego a la revisión, a pesar de todo lo que dicen los informes médicos, de varios especialistas, me dicen que estoy estupenda y que puedo trabajar», relata esta mujer, que, incapaz de creer lo que le estaban diciendo, se marchó convencida de que nadie se había leído toda la documentación médica que había presentado. «Tienes un cáncer, con metástasis, te duele todo desde que te levantas y quienes deben ayudarte, en vez de hacerlo, te ahogan aún más», reflexiona.

A los tribunales

A esta mujer no le ha quedado otra que recurrir a los tribunales para reclamar su incapacidad. Algo «demasiado habitual», afirma la portavoz en las Pitiusas de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásico, Susana Ribas. Ella misma tuvo que hacerlo, recuerda. Tras meses de pelearse con la Administración, le concedieron una incapacidad total, pero no la absoluta, que es la que ella solicitaba, dadas las condiciones en las que se encuentra por la enfermedad que sufre. «La incapacidad absoluta es que no puedes trabajar y percibes el 100% de tu salario base. La total lo que decreta es que no puedes desempeñar el que era tu trabajo hasta la enfermedad, pero sí otro adaptado a tu situación, y percibes el 55% de tu salario base», relata. «Yo trabajaba de administrativa en el Ayuntamiento de Sant Josep. No tenía un trabajo exigente físicamente, no era limpiadora ni camarera de pisos, ¡era administrativa! Si no podía ni trabajar de eso, ¿de qué iba a trabajar?», comenta la portavoz de la asociación, a la que se la llevan los demonios. El tema le puede confiesa. No puede entender que la Administración, que debería estar ahí para ayudarles en una situación delicada y dolorosa, se lo ponga todo aún más complicado. Ambas, Ribas y la enferma de cáncer que lucha ahora por su incapacidad, aseguran que la sensación que tienen es que las tratan como si quisieran estafar a la Seguridad Social: «Te hacen sentir muy mal».

Ribas denuncia, además, las complicaciones con las que se encuentran los pacientes. Y la indefensión. «Estás enfrentándote a algo muy duro, tu enfermedad, y te encuentras con que, además, tienes que pelearte con la Administración», señala antes de destacar que muchos de los pacientes no saben qué hacer ni por dónde empezar. «Los hay que no tienen ni fuerzas ni ganas ni dinero para iniciar un proceso judicial. A veces no les queda ni tiempo», indica antes de destacar que muchos no hubieran seguido adelante si no hubiera sido por las asociaciones, que les orientan. «¡Benditas asociaciones. Si a mí, que estoy acostumbrada a trabajar en la Administración, me costaba, imagina a alguien que no lo está», recalca Ribas que exige al Instituto Nacional de la Seguridad Social que no actúe de forma automática «negándote todo por defecto y, si quieres, ya irás a los tribunales», que se lea los expedientes y la documentación de los enfermos y le pide «un poco de humanidad». En este sentido, la portavoz de la Asociación de Cáncer Metastásico destaca también la importancia de que los profesionales, médicos y otros sanitarios, detallen bien en los informes las secuelas y las condiciones en las que la enfermedad les ha dejado, ya que eso es «clave» para que les concedan la incapacidad: «Van tan saturados que a veces no tienen tiempo para especificarlo bien».

«No puede ser que tengamos que luchar con la Administración por algo a lo que tenemos derecho», concluye Ribas, que confiesa que cada vez que a la asociación les llega un caso de estas características no puede evitar sentir «rabia».

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