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fernando suárez oficial de la unidad de delitos económicos y violentos de la policía nacional

Fernando Suárez, policía nacional de la UDEV en Ibiza: «Los estafadores meten presión a sus víctimas para que se nublen y paguen»

Para engañar a las empresas, los artífices de los engaños «obtienen la mayor parte de los datos posibles para dar confianza a las futuras víctimas y hacerles creer que hablan con otra empresa legal», indica Suárez

Suárez, en la Comisaría de la Policía Nacional. | J.A. RIERA

Fernando Suárez es oficial en la Unidad de Delitos Económicos y Violentos (UDEV) de la Policía Nacional de Ibiza, rama en la que trabajan 17 personas, detalla. Desarrollaron en Navidad el Plan Comercio Seguro, que trabajó con los negocios de Vila para ayudarles a prevenir las estafas bancarias. Una labor de prevención en la que Suárez hace hincapié, ya que, explica, en la mayoría de los casos estos timos son evitables si se realizan las comprobaciones oportunas.

¿Cuáles son las estafas más frecuentes en el municipio de Ibiza?

Las más comunes son las de cargos en tarjeta desconocidos. Normalmente, se realizan cargos en entidades o establecimientos que ni siquiera se encuentran en esta isla, y simplemente se ven los cargos en los extractos bancarios.

¿Cómo lo hacen?

Con la técnica denominada como phishing. Deriva del inglés pescar. Los estafadores ‘pescan’ en un gran banco de peces, al que perteneceríamos cualquiera de los ciudadanos, con el envío masivo de correos electrónicos, por ejemplo. Añaden un enlace o piden unas claves haciéndose pasar por tu banco. Si alguien pica, pueden obtener los datos para el acceso a las cuentas y hacer las operaciones.

El Plan Comercio Seguro buscaba prevenir a los negocios, ¿a qué engaños específicos están expuestos?

Son dos, mayoritariamente. Uno de ellos se llama ‘fraude al CEO’. Llaman a un empleado y le dicen que están en contacto con su jefe, que no está con él en el establecimiento. Piden un pago apresurado por un supuesto corte de suministro inminente o por algún tipo de paquetería. Lo que quieren es que se haga un pago rápido sin que se pueda hacer ninguna verificación. Muchas veces, los empleados hacen el pago. Últimamente, piden que se haga en bitcoin, porque las criptomonedas son bastante difíciles de rastrear.

El Ayuntamiento de Santa Eulària avisó en agosto de una estafa similar que amenazaba con un corte de luz. ¿También ha ocurrido en Vila?

Sí, se han dado varios casos recientemente. No siempre es con la excusa del pago de suministros urgentes. Puede ser por la recepción de paquetería, por algún algún tipo de impuesto que tiene que pagarse para que no figure un impago y tenga intereses de demora... Son diversas excusas, pero la metodología siempre busca pillar desprevenida a la persona. La intención es meterle presión para que se nuble y no haga las verificaciones que tiene que hacer. Al final suele realizar el pago.

¿En cuanto a la segunda estafa común a negocios?

Es una en la que aprovechan alguna vulnerabilidad de los sistemas informáticos. Introducen filtros o interceptan las comunicaciones, y modifican una factura que se ha enviado, normalmente desde un proveedor. Cambian los datos de la cuenta corriente para que se haga un ingreso en otra que no es la que corresponde, y que pertenece a los delincuentes. La empresa estafada se da cuenta cuando la otra parte no recibe el dinero.

Los delincuentes deben tener información realmente detallada de sus blancos para cometer estos delitos.

Es lo que se llama ingeniería social. Consiste en obtener la mayor parte de los datos posibles para, en este caso, dar confianza a la futura víctima y hacerle creer que habla con una empresa legal.

¿Qué puede hacer uno para evitar ser víctima de un timo?

El factor humano suele ser el decisivo. De ahí viene normalmente el fallo, cuando no se hacen las comprobaciones necesarias. Cuando alguien solicite un pago apresurado, hay que verificarlo siempre directamente con la persona encargada del establecimiento. Da igual que al otro lado de la línea telefónica te digan que están en contacto con tu jefe. Tampoco hay que dar por hecho que una factura es auténtica porque viene con el mismo membrete o de un correo electrónico similar a uno que conocemos.

También hay pistas que nos deben hacer sospechar.

Es muy improbable que una empresa amenace legalmente con un corte inminente de suministro si no hay un pago rápido. Estos pagos apresurados tienen que hacer que nos salten las alarmas. Normalmente, hay requerimientos previos y plazos para cumplirlos. También si hay un cambio de factura, y aún más si el nuevo número de cuenta es extranjero.

¿Cómo investigan en la Policía Nacional estos actos perpetrados desde el anonimato?

La investigación de los delitos parte de los datos que tenemos de cada una de las denuncias: teléfonos, números de cuenta, carteras de criptomonedas... Tratamos de rastrearlos hasta donde nos permita la legislación, porque muchas veces no se pueden hacer peticiones a ciertos países. Los delincuentes lo saben y realizan las actividades desde allí. También es difícil por cuestiones de informática, ya que la información pasa por diferentes servidores, a menudo en países extranjeros que ni siquiera tienen tratados con el nuestro. A nivel local, hacemos el primer rastreo para llegar al primer o segundo escalón de esa organización, aunque no alcancemos a los últimos. La interceptación de las personas que reciben el dinero en primera instancia sí se lleva a cabo siempre.

Son estructuras de crimen organizado en toda regla.

Sin duda. De hecho, habrá diferentes funciones y escalones. En una primera instancia, estas organizaciones se aprovechan de personas sin recursos a las que ofrecen una pequeña cantidad de dinero por la apertura de las cuentas bancarias que reciben el primer envío. Estas personas intermedias tienen una participación bastante limitada dentro del delito y se les suele denominar ‘mulas’.

Quizá el banco devuelva al afectado lo sustraído, pero ¿se recupera el botín?

Es difícil llegar. Muchas estafas no llegan a esclarecerse por el problema del anonimato. Aunque se detenga a las ‘mulas’, normalmente no tienen capital para hacer frente a las responsabilidades que se les puedan pedir.

Funcionan como empresas.

Sí, tienen una estructura bastante jerarquizada y un reparto de funciones para saber lo que hace cada uno. Sobre todo, intentan que sean bastante independientes, con el objetivo de que no lleguemos a relacionar unas con otras y desmontar la estructura organizativa.

Estos delitos no vendrán solos, ¿qué otros detectan?

Podría haber financiaciones de cualquier tipo de actividades delictivas y muchos delitos conexos. El que más detectamos en la Comisaría de Ibiza es el de usurpación de identidades. Es el más identificado aquí, porque el resto necesitan una investigación posterior y mucho más compleja.

Para que no los descubran.

Sí, intentan mantener la mayor parte del tiempo el anonimato, dificultar la investigación y que se tengan que dar muchos más pasos para llegar al verdadero autor. El problema es que muchas veces el autor no está ni en este país. Entonces, los plazos se alargan mucho más y las peticiones son más complicadas de realizar.

Afuera, ¿cuáles son sus puertos francos?

No tenemos ninguno identificado como tal. Si el delito ocurre dentro de la Unión Europea, nos facilitarán los datos. Con países extracomunitarios es mucho más complicado. También es mucho más fácil obtener la información con países, por decirlo, del primer mundo, como Estados Unidos o Japón. Con otros es muy difícil por diversas circunstancias, tanto las propias del país como por los tratados entre países, aunque no es algo que nosotros hayamos estudiado, ya que escapa del ámbito de nuestra competencia.

¿En España suele haber algún punto de la red?

En la mayor parte de los casos, el primer eslabón es alguien que está en España. Es lo más fácil para hacer la distribución posterior.

¿Es Ibiza un escenario atractivo para los atracadores dada su actividad económica?

Nosotros no hacemos estudios comparativos con otras comisarías. De todas formas, no creo que por ser un destino turístico por excelencia, tenga mayor número de este tipo de estafas. Al final, muchas de ellas ni siquiera se realizan a personas de Ibiza, aunque tengan lugar aquí, sino a extranjeros. Puntualmente y en verano, sí puede haber más estafas inmobiliarias que en otras partes, aunque creo que toda la costa mediterránea turística y las grandes ciudades estarán en unos niveles similares, proporcionalmente hablando. Todo ello a causa de la presión habitacional que estamos sufriendo y los elevados precios.

Se aprovechan de la necesidad.

Sí. Hay poca oferta y mucha demanda. La oferta legal sube los precios, y en la parte ilegal, además, muchos aprovechan para extraer beneficios con anuncios falsos. De nuevo, no se realiza la verificación correcta. Es verdad que, si se hace una copia de una página web, es complicado. Por eso, tenemos que teclear la consulta a través del buscador. No hay que ir a través de enlaces, porque de ahí es de donde suele venir el engaño.

¿Han aumentado las estafas que usan el gancho de las criptomonedas?

Hay un incremento, pero no es muy significativo. Es cierto que antes no se daba ningún caso porque no existían las criptomonedas, o las conocía una mínima parte de la gente. Estadísticamente no es algo muy relevante.

¿Con qué se encuentran?

En muchos de estos engaños se ofrecen inversiones millonarias, que le llegan a la víctima a través de publicidad o de un conocido que dice haber obtenido una gran rentabilidad. Los estafadores envían datos fraudulentos de unas supuestas inversiones para mantener el engaño, e intentar que la persona siga invirtiendo, hasta que llega un momento en que ya no puede seguir haciéndolo. Lo ha perdido todo y no ha tenido ningún tipo de rendimiento. También aquí es básica la verificación.

Comentaba antes que los delincuentes prefieren los pagos en este tipo de divisas por su difícil rastreo.

También depende de los exchanges en que se encuentren estas criptomendas. Estos exchanges serían asimilables a entidades bancarias depositarias de las cuentas. En algunas de ellas, para abrir una cuenta hacen falta unos requisitos documentales que están obligadas a facilitar si hay una investigación. El problema es que si lo abren en otro tipo de entidades que ya no piden ningún tipo de identificación o no nos la ofrecen, nos es más complicado llegar allí.

El entorno digital está en constante mutación, ¿reciben cursos para actualizarse?

A nivel central, la dirección general convoca cursos cada vez más técnicos y especializados en este tipo de delincuencia, pero se trata de combatir a hackers profesionales. Son gente que tiene muchos conocimientos y, posiblemente, ingenierías informáticas. Para cometer el delito, ya tienen que ir por delante de nosotros, y no es fácil que los conocimientos se puedan adquirir a través de cursos.

Hablando de ‘hackers’, ¿hay en la Policía Nacional de Ibiza expertos en infiltrarse en sistemas informáticos?

En la Policía Nacional de Ibiza dudo que haya alguno. A nivel central, puede ser que haya gente muy especializada que lo esté haciendo.

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