Empresarios y políticos salieron de Fitur con la sensación de que el próximo verano promete. Sí, hay factores económicos y sociales preocupantes, pero todo parece indicar que las Pitiusas tendrán una temporada igual o mejor que la pasada. Con los estands de Ibiza y Balears llenos de visitantes, quizás más que nunca, Juan Miguel Costa, director insular de Turismo de Ibiza, contempla 2023 con optimismo. El sector, con el que mantiene un contacto estrecho, le ha dicho que «hay unas expectativas similares a las del año pasado, una temporada que se podrá considerar dentro de la normalidad». Será, afirma, un verano «muy similar al de 2019 o 2022». Las reservas suben, pero de momento no son como las de antes de la pandemia, cuando el turista, sobre todo británico, compraba sus vacaciones con mucha antelación: «No volveremos de momento a los porcentajes de reservas adelantadas . Ahora habrá una especie de híbrido. Incluso habrá muchos más británicos que se decidan con menos tiempo de antelación, aunque sean proclives a reservar muy pronto». El last minute seguirá imperando este año, a pesar de que muchos viajeros que en 2022 esperaron al último momento para reservar salieron escaldados porque los precios se dispararon.
Y eso que las tarifas ya son más caras que las de hace un año. Los hoteleros han repercutido ya la elevada inflación en los precios de la próxima temporada, que en los meses de julio y agosto crecerán un 7%, si bien hay cadenas que los aumentan hasta el 15%.
En Fitur también hubo buenas noticias, como que al fin se materializara la construcción de la segunda fase del Palacio de Congresos, un anhelo que el Consistorio de Santa Eulària lleva persiguiendo desde hace una veintena de años.
La presidenta del Govern, Francina Armengol, aprovechó la feria turística de Madrid para anunciar, en el propio estand de Ibiza, su respaldo al proyecto, que costará 21 millones de euros (más IVA), de los que el Govern aportará 10 (de los que ocho son fondos europeos), el Ayuntamiento cinco millones y el Consell otros cinco millones de euros.
«Es una infraestructura importante para la isla que nos ha de ayudar, sin lugar a dudas, a la desestacionalización y a atraer el turismo de calidad, pues permitirá acoger grandes eventos de todo tipo», indicó la presidenta balear. La alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, valoró el «esfuerzo» realizado por los arquitectos encargados de su diseño, Jesús Ulargui y Eduardo Pesquera, «para actualizarlo», algo en lo que también ha participado el sector turístico y de turismo MICE (de congresos y exposiciones) para que se adaptara «a las necesidades que hay ahora».
Tendrá «una sala diáfana de 2.400 metros cuadrados» que puede transformarse en un auditorio para 1.000 personas. Puede tener hasta siete salas diferenciadas.
Además, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, aprovechó su paso por el pabellón de Balears en Fitur para anunciar que «la prioridad nacional» de su departamento este año «serán los destinos de sol y playa, los destinos pioneros de España», como las Pitiusas.
El propósito será «modernizarlos», lo cual, indicó, «ayudará a atraer turistas durante otros meses en los que aún no estamos posicionados o no conocen cuáles son nuestros atractivos. Tendrá importantes recursos económicos», aseguró. Su objetivo es que las islas estén «abiertas los 365 días como destino, para descongestionar la temporada alta. Ese es el reto».
El conseller balear de Turismo, Iago Negueruela, presente durante ese anuncio, aseguró que esos fondos serán para todas las islas de Balears: «La convocatoria se presenta para este año y saldrá en el primer trimestre de 2023».