Hoy se ha celebrado el primer pleno en que el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, se ha percatado de que gobernar en minoría no va a ser un camino de rosas. La oposición, en bloque, ha tumbado las propuestas más relevantes que el equipo de gobierno presentaba al pleno para su aprobación, como la modificación de la plantilla de personal y varias peticiones de crédito extraordinario para, por ejemplo, sacar adelante la licitación de eventos que organiza la concejalía de Fiestas. Serra, excepcionalmente nervioso, se lo ha tomado como una afrenta, a lo que PSOE-Reinicia, El Pi y Unidas-Podemos le reprocharon que presente a aprobación asuntos que no ha consensuado y sin tener en cuenta que ahora gobierna en minoría.
Marcos Serra ha probado el calvario que le espera hasta las elecciones de mayo desde los primeros compases del pleno, cuando se presentó la modificación de la plantilla de personal. La segunda teniente de alcalde, Maria Ribas, ha explicado que se trata de «un cambio en la plantilla necesario» para adaptarse a «las nuevas exigencias y ratios del departamento de Servicios Sociales». Esta concejalía recibirá una subvención de 800.000 euros (del plan de prestaciones básicas, pagado en parte por el Govern y en parte por el Consell) si añade «un trabajador social, un educador social y un auxiliar administrativo». Una de estas plazas se amortizaría con la plaza de delineante del Consistorio. Y ahí ha empezado la bronca.
Joan Torres, edil de El Pi y exprimer teniente de alcalde dijo estar «de acuerdo con los incrementos de personal, pero no con eliminar la plaza de delineante, que es necesaria, mucho, en Obras Públicas». En realidad es del departamento de Urbanismo. Torres cree que «restaría operatividad a esa concejalía», por lo que pide que se busque otra solución. En ese sentido, ha instado a dejar el asunto para otro pleno. Le secundaron Unidas Podemos y el PSOE, cuyo portavoz, Simón Planells, ha recordado al alcalde que estaba en minoría: «Ya no se puede hacer la tortilla y presentarla aquí hecha. Hay que cocinarla aquí, entre todos. Los responsables de que salga esto adelante son ustedes. Deben pactar».
Y Marcos Serra, que aún piensa que tiene la sartén de la tortilla por el mango, empezó a clamar contra la oposición: «Esa plaza está vacante desde hace un año. Y es ahora cuando mejor funciona Urbanismo. Se elimina porque hay que optimizar recursos. No hemos tenido en un año a ese delineante y no se ha echado a faltar», ha dicho, al tiempo que avisó de que «de no aprobarse, se perdería casi un millón de euros», que luego rebajó a 800.000.
Visiblemente contrariado, Serra ha soltado un chaparrón de reproches contra quienes han estado a punto de tumbarle esa propuesta, por ejemplo, por no haberle advertido en la comisión informativa su sentido del voto, o por no haber respondido a los audios que la edil Ribas mandó a Joan Torres para que presentara alternativas. «¿Se creen que, como en los presupuestos, pueden venir aquí, votar todo en contra y decir que es culpa del equipo de gobierno?», ha preguntado, retóricamente, el alcalde. Pues sí, sí pueden. «Vienen aquí a hacer política barata», ha afirmado, además de echar en cara a la oposición «cobrar dietas» por ir a los plenos sin aportar, a su juicio, nada.
El portavoz socialista ha insistido al alcalde en que «si uno gobierna en coalición debe hablar y consensuar. Si tanto le preocupa este asunto, ¿por qué lo metió por urgencia en el pleno? Plantear en 72 horas una alternativa plausible es imposible. Hay que presentar las cosas en tiempo y forma. No pida diligencia si usted no la tiene». El alcalde, llegado este punto, ha implorado que se abstuvieran y ha recordado a Planells que en la comisión dijo que votaría a favor. Debió llegarle al corazón, pues Simón Planells reculó y se ofreció a abstenerse si Serra se comprometía a, en un futuro a corto plazo, recuperar la plaza de delineante. «Si se abstienen, esto sigue adelante», le avisó Serra, si bien se ha comprometido a «dotar de mejor personal a Urbanismo» y a que en un futuro sin determinar Sant Antoni volvería a tener esa plaza.
El receso
Planells solicitó entonces «cinco minutos de receso para hablar este tema dentro del grupo municipal». Salieron fuera los de PSOE-Reinicia, pero también el edil de El Pi y la edil de Unidas Podemos presente. Como ya ocurrió durante el pleno de los presupuestos, Planells volvió y retiró la oferta. Sólo el PP y el edil de Cs votaron a favor, de manera que la propuesta fue denegada.
Algo parecido ha ocurrido cuando se trató luego la modificación de créditos con cargo al remanente de 2022. La oposición ha dado su voto a favor en el caso de las subidas salariales a funcionarios «por imperativo estatal» y de la construcción de una escoleta en Sant Rafel (un millón de euros), pero lo ha hecho en contra de los 2,5 millones de euros asignados a la recogida de residuos, jardinería, playas, vertedero de Ca na Putxa y el plan de prevención de incendios forestales. Y, sobre todo, ha mostrado su oposición frontal a que se aprobara el crédito para lanzar la licitación del servicio para sonido y escenarios del departamento de Fiestas, que dirige Miguel Tur. ¿El motivo? Que habían recibido los pliegos de la licitación 15 horas antes, tiempo «insuficiente» para estudiarlo. El alcalde les ha explicado que en realidad no se aprobaban esos pliegos, que deberán ser llevados a pleno, sino el crédito para algún día poder licitar esos servicios. Angie Roselló, concejala de UP, ha advertido al alcalde de que «hasta que no asuma responsabilidades políticas» por el Caso Sonitec, su formación no apoya «según qué iniciativas del equipo de gobierno». «Además, nos lo pasaron ayer, cuando los pedimos en marzo», añadió. El alcalde dice que no hay constancia de eso, si bien se puede escuchar la petición en el audio de aquel pleno.
Un gobierno de «sobrados»
«Se ponen de acuerdo para bloquear la acción de gobierno», ha expresado, muy nervioso, el alcalde, que ha visto que perdía su segunda votación. Marcos Serra ha intentado resumir el contenido de los pliegos para licitar servicios de la concejalía de Fiestas, por si convencía a la oposición para que, al menos, se abstuviera: ha explicado que divide los eventos en cuatro tipos (pequeños, medianos, grandes y de gran magnitud, multitudinarios) y que para cada uno habrá un tipo de escenario y de equipo de sonido. Pero la oposición quiere estudiarlo bien, por si hay gato encerrado, por si está hecho ad hoc, por si, como señala el podemista Fernando Gómez, se pide que el nombre de la empresa empiece por s y termine por c. «Se les ve el plumero: quieren bloquearnos y dar la espalda a los ciudadanos», ha exclamado Serra tras ver que no les convencía. «A quien se le ve el plumero es a usted, que dijo que se dedicaría a retratar a la oposición hasta las elecciones. Pero está ahora en minoría, debe consensuar. No es un complot, es que debe consensuar. Más humildad», le ha respondido el socialista Antonio Lorenzo. «¿No cree que van un poco de sobrados? No son lentejas. Y también son un poco prepotentes. Las cosas han cambiado, se ha de negociar. Piden los votos de la oposición sin dar la oportunidad de poder hablar de los asuntos que se tratan», ha replicado, en su caso, Joan Torres. «Increíble», se le ha oído decir al alcalde en cada votación perdida, mientras la primera teniente de alcalde, Neus Mateu, se echaba las manos a la cabeza, que movía como para despertarse de la pesadilla que, para el PP, comenzó hace dos meses.