El centro de baja exigencia de sa Joveria acoge a 40 personas sin hogar en Ibiza

Además, hay otros seis usuarios que acuden a las instalaciones para ducharse y lavar la ropa, detallan desde el Consell de Ibiza

Una de las trabajadoras del centro, en una habitación de la zona para mujeres.

Una de las trabajadoras del centro, en una habitación de la zona para mujeres. / Vicent Mari

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

El centro de baja exigencia de sa Joveria, inaugurado hace ahora dos meses, acoge en estos momentos a 40 personas sin hogar, según explican desde el Consell de Ibiza. La inmensa mayoría, un total de 36, son hombres y el 70% (28) correspoden al municipio de Ibiza. Otros siete de los internos son de Santa Eulària, tres proceden de Sant Antoni y dos de Sant Josep. Por el momento no ha ingresado ninguna persona sin hogar de Sant Joan. A los usuarios que pasan ahí la noche y que en muchos casos han comenzado un itinerario para tratar de recuperar las riendas de su vida se suman otros seis, todos ellos del municipio de Ibiza, que no residen en sa Joveria pero que acuden regularmente para ducharse y utilizar la lavandería, detalla la memoria del centro.

La capacidad total del centro es de 56 personas, por lo que aún quedan 16 plazas vacantes: cuatro de hombres y doce de mujeres, ya que las habitaciones para unos y otras se encuentran en alas separadas. Los datos de estos dos primeros meses de actividad son algo diferentes de las previsiones que tenía el departamento de Bienestar Social del Consell de Ibiza antes de su apertura. En las reuniones previas con los técnicos de servicios sociales de los ayuntamientos se contemplaba que entre los primeros usuarios del nuevo recurso habría más mujeres (10) así como más internos de otros municipios: una decena de Santa Eulària, otra de Sant Antoni y hasta tres de Sant Joan. En aquel momento ya se tenía claro, sin embargo, que no todas esas personas aceptarían ingresar en sa Joveria. De hecho, el trabajo previo recae en los servicios sociales municipales, que son los encargados de explicar a las personas sin hogar los beneficios de estar en el centro, en el que, al ser de baja exigencia, pueden acudir quienes tengan una toxicomanía activa, posibilidad que no se da en el albergue municipal. «Es un centro abierto 24 horas del que pueden entrar y salir cuando quieran y en el que tienen una cama para dormir sin pasar frío, comida, servicio de ducha, lavandería y espacio para descansar. Y donde están atendidos en todo momento por profesionales», indica el documento que detalla las características del servicio.

«Se sirven cuatro comidas al día a los usuarios: desayuno, comida, merienda y cena», apunta Alba López, trabajadora del Consell y coordinadora del centro, cuya gestión se ha asignado a la Fundación Samu. La entrada de los usuarios, recuerda, se ha hecho de forma paulatina, algo imprescindible en un servicio de estas características. Esta misma semana, indica, está previsto que entren otras cuatro personas.

El principal escollo al que se han enfrentado durante estos algo más de dos meses de funcionamiento ha sido, precisamente, ajustarse a los diferentes perfiles que conviven en el centro: personas que están acostumbradas a vivir en la calle, algunos con toxicomanías, los hay que trabajan pero a pesar de eso carecen apenas de recursos...

De hecho, para tratar de evitar situaciones conflictivas los responsables de sa Joveria han instaurado una asamblea semanal en la que se comentan los problemas o roces que van surgiendo con el objetivo de evitar que vayan a más. Relacionado con esto también han puesto un buzón de sugerencias, explica Alba López, que destaca que se intenta que los internos participen en alguno de los itinerarios de orientación laboral con los profesionales del centro para tratar de reconducir sus vidas. También, señala, se organizan actividades y rutinas durante todo el día para intentar evitar que mantengan las de la vida en la calle, algo especialmente importante en el caso de las personas que consumen drogas o alcohol.

Suscríbete para seguir leyendo