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El escritor Olivier Bourdeaut, en Ibiza: «Escribir es la única cosa que me tomo en serio en la vida»

El autor del superventas ‘Esperando a Mister Bojangles’, adaptado al cine en 2021, está en la isla para escribir su quinta obra, una «autobiografía» en la que contará qué le llevó a escribir y le condujo al éxito después de «36 años de fracasos»

Olivier Bourdeaut, ayer, en el exterior del Estudi Tur Costa, en Jesús.

Olivier Bourdeaut, ayer, en el exterior del Estudi Tur Costa, en Jesús. / JA RIERA

Maite Alvite

Maite Alvite

Olivier Bourdeaut (Nantes, 1980) llegó hace quince días a Ibiza «en busca de paz e inspiración» y la ha encontrado en Benirràs. Desde que pisó la isla, que conoce «como turista» desde hace dos décadas, ha escrito a diario. «Llevaba bloqueado cinco meses, en los que había empezado y abandonado cinco novelas, y me dije a mí mismo que tenía que ir a Ibiza para cambiarlo todo, mi estilo y mi forma de ver la vida y de trabajar y mi escritura», explica a Diario de Ibiza durante la entrevista, que se lleva a cabo en el Estudi Tur Costa, en Jesús.

El escritor francés, autor del bestseller ‘Esperando a Mister Bojangles’, ha cambiado temporalmente su vivienda en Andorra, «un antiguo secador de tabaco», por una casita en el campo en el norte de Ibiza sin internet y sin televisión. Solo tiene a su disposición libros y un ordenador con el que ha escrito doce páginas de lo que, anuncia, «será una autobiografía». «No me gusta hablar de mí mismo. Mis cuatro libros anteriores son de ficción, pero en los últimos meses la ficción se me resiste, así que lo único que puedo escribir sin imaginación es mi pobre vida», reconoce con aplastante sinceridad.

Explica que comenzó a teclear en el ordenador sin ideas previas en la cabeza y que en ese proceso le surgió la pregunta de qué le había llevado a a escribir su primera novela, ‘L’Intérêt du crépuscule’, que no se ha publicado. Fue entonces cuando decidió que en su quinto libro iba a contar su vida, las razones que le llevaron a convertirse en escritor y «cómo 36 años de fracasos le condujeron a un éxito mundial». Ha comprobado en los encuentros con lectores y periodistas que esos aspectos de su trayectoria vital son los que más interés despiertan en su público.

Los motivos que le llevaron por el camino de la escritura los tiene muy claros. La ‘culpa’ de todo, resumiendo mucho, se podría decir que la tiene François Mitterrand. «En 1981 la tele que teníamos en casa se estropeó y mi padre dijo que si Mitterrand era elegido presidente no la repararía ni compraría una. No quería socialismo en su salón. Así que su elección como presidente de la República Francesa en 1981 es la razón por la que escribo hoy», relata entre risas. «Sin televisión en casa solo tenía dos opciones, leer mucho y aburrirme mucho, y esas dos cosas son esenciales para estimular la imaginación», explica.

Oda al fracaso

Además de no tener tele, otros dos factores que «han determinado» su vida son «ser disléxico y tener problemas de oído», razones que le llevaron a sentirse desplazado en el colegio. «Gracias a estas tres maldiciones estoy ahora en Benirràs. Les debo todo», afirma con sonrisa triunfante. La lección le ha quedado clara: «Las cosas negativas se pueden transformar con el paso del tiempo en cosas positivas, basta con ser paciente».

Convencido de que «el fracaso es más interesante que el éxito», Bourdeaut no tiene ningún miedo a hablar de los suyos: «Vivimos en una sociedad en la que los fracasos se esconden, pero yo siempre los he reivindicado porque dan un sabor particular cuando llega el éxito».

«Me han expulsado de la escuela y de los Boy Scouts, he repetido curso, he estado parado mucho tiempo y cuando he encontrado trabajo me han despedido, me han quitado hasta la cuenta bancaria por falta de movimientos, me han echado de mi propia casa, me han echado de todas partes...», relata sin ápice de dramatismo. Admite que es «muy perezoso» y que ha sido un «viva la vida» y «un parásito simpático» que más de una vez ha tenido que dormir en los sofás de sus amigos.

«Vivimos en una sociedad en la que los fracasos se esconden, pero yo siempre los he reivindicado porque dan un sabor particular cuando llega el éxito»

Antes de ponerse a escribir en serio, Bourdeaut, ejerció oficios muy variopintos. Fue durante cinco meses cosechador de flor de sal en una salinera de Bretaña, «el trabajo más poético, pero también más duro» de su vida. También fue, durante diez años, agente inmobiliario con escaso éxito. Esas dos experiencias le sirvieron de inspiración para su tercera novela, ‘Pactum Salis’.

Acumular tantos «fracasos» ha llevado a este escritor a quitarle hierro a los dramas de la vida. «Escribir es lo único que me tomo en serio», admite Bourdeaut, que prefiere provocar la risa con sus problemas que hacer llorar con sus «pequeñas preocupaciones». Esa filosofía de vida la aplica también en sus libros. Le gusta «hablar de cosas graves con un tono ligero», como queda patente en la novela que en 2016 le condujo a la fama.

El autor francés lleva quince días en Eivissa, instalado en una casa de campo en el norte de la isla.

El autor francés lleva quince días en Eivissa, instalado en una casa de campo en el norte de la isla. / JA RIERA

Cuenta que, al contrario que en su primera obra, cuya historia tenía ya en la cabeza antes de escribirla, cuando empezó ‘Esperando a Mister Bojangles’ solo tenía ideas vagas: «jazz, baile, fiesta, España» y, por su puesto, la vida de Scott Fitzgerald y su mujer Zelda, que fue su inspiración fundamental. Asegura que leer en 2008 ‘El Crack-Up’, una recopilación de ensayos, apuntes, reflexiones, correspondencia y artículos de este autor americano, fue lo que le motivó a «empezar a escribir en serio».

Entre 2009 y 2012 se dedicó a crear ‘L’Intérêt du crépuscule’ y en 2013 terminó su segunda novela, que antes de convertirse en superventas estuvo tres años guardada en un cajón. «Nadie quería publicarla y eso me hizo empezar a dudar de su calidad, hasta que un día me llamó una mujer, que ahora es mi actual editora, y me empezó a decir cosas muy bonitas y positivas del libro. Al principio pensaba que me estaban gastando una broma», explica. «Fue muy agradable que en 2016 se me abrieran todas las puertas con la publicación de ‘Esperando a Mister Bojangles’. Pasé de una entrevista al año a quince al día y yo, que había sido un desastre en el colegio, vi cómo mi libro se convertía en lectura obligatoria en la escuela», comenta.

De la adaptación cinematográfica de ‘Esperando a Mister Bojangles’ que hizo el director de cine Régis Roinsard, estrenada en salas en 2022, comenta que le gusta, «pero no todo». «Una adaptación es necesariamente una traición, lo hubiera sido incluso si la hubiera hecho yo mismo», reconoce. Valora mucho que esta película sea una vía para que más lectores descubran su obra, como la adaptaciones que se han hecho al teatro, de las que se muestra más satisfecho.

No asoma un ápice de ego en Bourdeaut, parece que el éxito y los premios cosechados con su novela no se le han subido para nada a la cabeza. Sus «36 años de fracasos» le hacen tener los pies en la tierra.

Sin duda, de todo lo positivo que le ha reportado el triunfo de su primera publicación se queda con «la libertad editorial total» de la que goza ahora. El estilo y la temática de las obras posteriores a ‘Esperando a Mister Bojangles’, ‘Pactum Salis’ y ‘Florida’, tienen poco que ver con la primera. Lo mismo ocurre con la que está gestando ahora, autobiográfica. Para Bourdeaut «es la historia la que define el estilo» que emplea en cada ocasión.

El escritor francés ha llegado a Ibiza con ganas de renovación y dispuesto a experimentar en lo literario. Estará unos días más y luego regresará en primavera con la intención de terminar en la isla el libro. En Benirràs Bourdeaut ha empezado a cambiar su rutina de trabajo. «Antes me levantaba a las cuatro y media de la mañana y con un café, un pitillo, velas y la música muy alta me ponía a escribir. Ahora me despierto a las ocho, he dejado de fumar, hago jogging y escribo al aire libre. Estoy pensando, de hecho, en probar a escribir en mi coche y convertirlo en mi oficina ambulante, sería una experiencia total», cuenta mientras bromea sobre sí mismo y su reconversión a la vida sana. «Parezco una caricatura de una ex rock star».

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