Gonzalo Barettino y David Hospedales: «La pandemia nos dio la opción del teletrabajo y seguimos en Formentera»

Gonzalo Barettino y David Hospedales son un ejemplo de cómo ha penetrado el teletrabajo en determinadas profesiones | Desde la pandemia se han instalado en la isla, desde donde siguen con su actividad profesional, que completan con desplazamientos

Gonzalo Barettino y David Hospedales, en casa del primero. | C.C.

Gonzalo Barettino y David Hospedales, en casa del primero. | C.C. / Carmelo Convalia. Formentera

Carmelo Convalia

Carmelo Convalia

Hace tres años, con la pandemia estalló el fenómeno del teletrabajo, que también llegó a Formentera. Profesionales de todos los sectores se trasladaron a la isla para convertirla en su centro de trabajo. Esa tendencia parece que se ha asentado y cada vez son más los que han fijado su residencia en la isla y compaginan el trabajo en casa con desplazamientos, casi semanales, a otros puntos del país.

Dos ejemplos son Gonzalo Barettino y David Hospedales. El primero es secretario general del Banco Sabadell y el segundo, CEO de una compañía, con sede en varias ciudades de España y dedicada a la asesoría de empresas, Salomó&Bonet-Godó. Ambos coinciden en que un factor fundamental para poder trabajar desde Formentera es que la situación familiar lo permita y, por supuesto, contar con vivienda.

Gonzalo Barettino dice que en su caso la decisión la venía madurando desde que conoció la isla en los años noventa: «Formentera me atrapó desde el primer día y luego la pandemia nos dio la posibilidad de teletrabajar y en mi caso compartir mi trabajo entre Barcelona y aquí; era perfecto, teniendo en cuenta también mi situación familiar».

Reconoce que viajar, el ir y venir, no es para él algo ajeno y no le resulta complicado: «Formentera te ofrece una tranquilidad que no tienes en Barcelona, un contacto permanente con la naturaleza. Y luego, lo que más me ha llamado la atención y es lo que más me engancha es la gente, que es encantadora».

El caso de David Hospedales es casi paralelo ya que vino por primera vez en 1992: «Me recordó a mi tierra, Venezuela, y luego llegó la pandemia y ya me instalé en la casa que tenía de antes».

Otra característica que subrayan en contraposición a la vida urbana es que durante diez meses, «el clima es espectacular y solo hay dos meses malos», apunta Hospedales. Barettino interrumpe para subrayar otro factor determinante que ha marcado su decisión: «Seré sincero: la edad. La edad es un factor y yo no me veo aquí [en Formentera] con 35 años. Ahora, con 20 años más, sí».

Respecto a la movilidad, los dos señalan que existen conexiones suficientes con Barcelona y Madrid, que suelen ser los destinos a los que habitualmente vuelan desde Ibiza, aunque en invierno se reduzcan.

Al hablar de su rutina diaria, Barettino señala que «es bastante compleja. Además de apagar incendios, una parte importante son las reuniones del concejo de administración y de otros órganos; las actas y toda la parte jurídica de operaciones y transacciones; tengo un despacho aquí y es desde donde trabajo». Pero también están los desplazamientos a Madrid y a otras sedes del banco «con una media de cuatro vuelos a la semana, entre idas y vueltas».

El trabajo de David Hospedales consiste en la asesoría de empresas, elaborando nóminas, contabilidades e impuestos.

En su caso empezó en 1992 y montó una red de oficinas «con socios en cada una de ellas: en Madrid, dos en Barcelona, en Mallorca y en Ibiza». «En mi caso tengo gente tan buena que no tengo que estar [presente], pero mi punto de inflexión fue hace 12 años, cuando pensaba que todo pivotaba en torno al dinero y a las cosas materiales, quería más y más y no podía seguir así. Al final pude deshacer todo y querer menos y menos... Bueno, en realidad es que necesito menos». Barettino comparte la idea: «Es cierto, el nivel de consumo baja, necesitas menos y eso también va con la edad», insiste.

Estos dos amigos se conocieron hace unos dos años en la isla y enseguida conectaron . Los dos están de acuerdo en esa visión o forma de entender la vida, que se resumen en que menos es más.

Como ejecutivo de un importante banco, Barettino analiza que «ahora Formentera está en un momento estratégico, tiene grandes decisiones que tomar sobre qué quiere hacer en el futuro y a dónde quiere ir. Su mercado principal es el turismo y está cambiando rápidamente, luego tiene que elegir qué senda tomar para llegar a destino. Pienso que es algo que tenemos que hacer todos los habitantes de la isla».

Admite que llegar desde fuera y opinar con solo dos años de residencia puede parecer atrevido, «hay mucha gente aquí que lleva muchos años rompiéndose los cuernos para sacar sus proyectos adelante», reconoce. Pero insiste en que el momento es clave para tomar decisiones, «de lo contrario es insostenible; no hay vivienda para los trabajadores, los precios suben estrepitosamente pero los turistas quieren venir y los servicios no son lo suficientemente buenos».

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